Análisis de Tribes Ascend
Un FPS a 300km/h.
Tribes Ascend ha conseguido dos cosas que pensaba que no me volverían a pasar en mucho tiempo: que un FPS me sorprendiese y que pagase por un juego free-2-play. Y lo segundo no lo hice porque te obliguen, al contrario -y ya hablaremos un poco de este sistema más adelante-, sino porque la propuesta me ha parecido tan interesante que no me ha importado nada.
La saga Tribes comenzó en 1998 y tras varias iteraciones se ha consolidado como una propuesta bien distinta a los demás juegos del género. En vez de centrarse en combates con armas reales y una progresión basada en la mejora del personaje y en el desbloqueo de armas presenta una alternativa que lo hace único: velocidad, anticipación y trabajo en equipo.
El "esquí" es la única mecánica fundamental que hay que aprender a dominar, y un breve tutorial te ayudará a la perfección. Con el botón derecho del ratón activamos un jetpack que nos eleva del suelo y con el espacio nos deslizamos. Así, como en el Tiny Wings del iPhone -y no se me ocurre mejor paralelismo- tenemos que ir deslizándonos por las bajadas y terrenos planos y pasar por encima de las subidas. Si lo hacemos bien iremos cada vez más rápido pero si no nos coordinamos corremos el peligro de ir tan lentos como para convertirnos en un blanco demasiado fácil. La curva de aprendizaje está muy bien llevada y es un juego en sí mismo.
Tribes Ascend no se parece a ningún shooter al que hayas jugado últimamente.
Las armas tampoco son las habituales, ya que la mayoría se centran en el disparo de proyectiles en vez de en ráfagas de balas. La clave está en predecir la trayectoria del rival y disparar un misil/granada/rayo justo donde creas que estará en uno o dos segundos. Pero claro, él también querrá darte, así que añade tu velocidad a la ecuación: no es tan fácil como parece. También hay metralletas y shotguns, pero mejor reservarlas para los enfrentamientos de cerca o para ocasiones muy concretas.
Otra gran aportación de Tribes Ascend a la saga es que introduce un sistema de clases. El Pathfinder, por ejemplo, es el más rápido de todos. Esquiarás a una velocidad de vértigo y sus armas no están mal, pero su insuficiente vida lo convierte, sobre todo, en un estilete para liderar incursiones en las bases rivales. El juggernaut, en cambio, es mucho más estático pero puede acabar con un enemigo de un solo disparo. Hay hasta nueve: tres que vienen desbloqueadas y seis que podemos comprar con experiencia o con oro. Estas tipologías de personaje son tan distintas entre sí que tu elección no solo influye en cómo vas a jugar, sino que también fija claramente cuál será tu rol dentro de cada partida. El modo estrella es sin duda Capturar la Bandera.
Cada equipo tiene una base que está protegida por torretas y radares, y esas defensas las alimentan un generador. El objetivo es o bien acabar con él o bien limpiar la zona de enemigos para poder robar la bandera enemiga y llevarla a tu base... pero solo sumarás un punto si tu bandera permanece ahí. El juego en equipo, como decíamos, es fundamental: cada uno de los 16 jugadores de cada -buen- equipo asume, por inercia y por limitaciones del personaje, un rol, y solo así triturarás al enemigo. No hace falta que juegues con amigos, aunque ayuda, para disfrutarlo; no tiene precio cuando estás en una partida en la que notas que esa coordinación sale prácticamente sola.
Al finalizar cada nivel te recompensan con una serie de puntos de experiencia -y no tiene nada que ver con las monedas que ganas en cada partida y que solo son para gastar en ataques especiales o en vehículos durante esa ronda. Al contrario que en muchos otros shooters no gana más el que más mata o el que más veces captura la bandera. Tribes sabe calcular, casi de forma mágica, el mérito de cada jugador. Yo he hecho partidas de las que he quedado especialmente satisfecho y en las que solamente había fulminado a uno o dos enemigos y, sin embargo, me han recompensado con un buen puñado de experiencia y con una primera o segunda posición en la lista de mi equipo. Esta forma de recompensarte hace que, por encima de todo, y como en cualquier deporte que se precie, quieras ganar la partida que estás jugando en cada momento. Cada instante es divertido.
Hay, sin embargo, varios apartados en los que esos puntos te ayudarán. Cada clase tiene armas desbloqueables, así como mejoras, armaduras o distintas apariencias. Podemos desbloquearlo con experiencia y, por tanto, no hará falta pagar nunca ni un duro o podemos pagar unos pocos euros y conseguir oro, que acelera considerablemente el proceso. Hi-Rez ha encontrado un sistema perfecto en el que conviven jugadores de todo tipo, y que no desnivela en absoluto las partidas, y que tampoco te empuja, inevitablemente, a pasar por caja: si lo haces es porque tienes curiosidad o porque te apetece, pero no por tener una ventaja sobre el enemigo.
Aunque Capturar la Bandera es prácticamente todo lo que necesitarás también hay un Duelo por Equipos ideal para comenzar a familiarizarte con el juego y un par de modos más que se desbloquean cuando llegas a cierto nivel. Los desarrolladores prometen que irán añadiendo más modalidades, así como algunas opciones que ahora se echan de menos, como el chat por voz o partidas equilibradas. Si saben evolucionar el juego adecuadamente, con nuevos mapas y añadidos bien pensados, tenemos tela para rato.
Tribes Ascend es un juego simple y directo y con unos gráficos que no son nada del otro mundo, pero que cumple su objetivo como pocos y que nos ha dejado con la boca abierta. Si te dijesen que por cero euros tienes uno de los mejores shooters del año, una propuesta original y frenética que te puede entretener durante meses y que tira en prácticamente cualquier equipo... ¿no correrías a descargarlo?