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Trine

3 maneras distintas de enfrentarte al peligro.

Una de las cosas que más llama la atención del juego es la posibilidad de resolver puzzles de distintas maneras, apelando únicamente al sentido físico del jugador. El que más partido saca a esto es el mago, pero la solución a distintos puzzles puede —y debe— ser combinada en muchas ocasiones. La gracia de todo esto radica en que, muchas veces, únicamente con nuestra astucia, podremos eliminar el concepto de puzzle de una dificultad que nos asalte durante el camino, para convertirlo en un simple problema de juego de plataformas.

Ésta es la magia de Trine, la capacidad para transmutar únicamente con el ingenio el concepto de juego. Todo ello aderezado con un apartado artístico genial. Si Fable es el referente a la hora de crear mundos preciosos de fantasía medieval, Trine es un fantástico sucesor. Aunque la estética es, en líneas generales, algo más oscura que el título de Peter Molyneux, destaca por la meticulosidad de los detalles en cada uno de los elementos mostrados en pantalla, y en el uso inteligente de la luz y la oscuridad, según el momento de juego. De hecho hay una habilidad única de la ladrona que consiste en lanzar flechas de fuego; su principal utilidad es encender antorchas y quemar madera, más que hacer daño.

Aunque parezca aventurado, Trine recuerda mucho a Braid. No comparten demasiadas similitudes a pesar de ser del mismo género, pero todo el contexto que hay alrededor de ambos es parecido: pocos recursos, mucho ingenio en la creación del juego, y un apartado artístico genial. Incluso la música, a pesar de no llegar al nivel de la genial creación de Jonathan Blow, es muy buena y no desentona en absoluto con el resto del título.

Sin embargo, hay algunos pequeños defectos que no pueden ser obviados. Es fácil, y poco rejugable. La combinación de estas dos características lo convierten en un juego muy corto. Cada fase puede llevar entre 15 y 20 minutos. Un servidor se pregunta porqué no se han decidido a aumentar un poco la dificultad de las fases eliminando algunos checkpoints, por ejemplo. Podían hacerlo, puesto que la última fase es absurdamente difícil en comparación al resto del título. Además, la versión de PC no tiene multijugador online, cosa que hoy en día se antoja imperdonable. Y por añadir alguna pega los enemigos se repiten demasiado, aún siendo un juego tan corto.

El contraste entre luz y oscuridad es muy acusado en algunas fases.

Quizás en un futuro podamos ver una continuación mejorada. Aunque el argumento queda cerrado al acabar la historia el concepto de juego tiene mucho potencial para ser explotado y llevado a un nivel superior. El uso de la física realista como elemento principal es algo que nunca ha acabado de cuajar demasiado bien, pero cada vez más, con los nuevos motores de físicas, pequeños desarrolladores pueden animarse a apostar por una tecnología aún novel en el mundillo.

Seamos justos: los finlandeses de Frozenbyte han hecho un trabajo magnífico con este pequeña obra de arte en movimiento llamada Trine. Es el ejemplo perfecto de que aún se puede innovar con éxito en nuestra industria, sin necesidad de un gran sustento económico detrás del equipo de desarrollo. Es una experiencia efímera, pero recicla y mejora conceptos de otros géneros muy acertadamente, haciendo que sea una delicia desde principio hasta fin.

8 / 10

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