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Trinity Universe

Fanservice.

En los círculos de manga/anime se suele denominar fanservice a los elementos integrados en la historia exclusivamente para contentar al público, aunque no vengan a cuento o incluso rompan el ritmo de la narración. Desde escenas con contenido subido de tono hasta cameos de personajes de otras series, este término ha terminado convirtiéndose en algo despectivo, porque suele terminar cansando y destrozando un buen producto. Como con el juego que nos ocupa.

Trinity Universe transcurre en el Netheruniverse, una dimensión en la que millones de objetos flotan por el espacio, colisionando entre ellos, y en algunos casos albergando vida. Para evitar que las poblaciones reciban el impacto de estos objetos, cada ciertos años es necesario seguir un ritual en el que se convierte a una deidad en una gema. Esta vez el turno es de Kanata, que decide no cumplir con su destino y fugarse en busca de aventuras (creedme, odiaréis esta palabra tras unas horas de juego).

En el juego podemos desarrollar las historias de dos personajes: Kanata, que con el apoyo de su asistente Tsubaki se dedica a huir de su destino y por el camino desviar todos los objetos que se dirigen a su planeta o Rizelea, una valkiria encargada de que Kanata vuelva a completar el ritual, apoyada por su compañero de armas Lucius. Ambas historias se cruzan continuamente, siendo los momentos en que ambos personajes están presentes los únicos con auténtica carga argumental, así que las mayores diferencias entre uno y otro vienen de mano de la dificultad, que es menor en la historia de Kanata, amén de la eliminación de los elementos estratégicos más complejos.

Todos ellos se cruzarán con personajes de los universos de Disgaea (Etna, Flonne y los Prinnies) y Ar Tonelico (Pamela y Violet) aparte de algunos nuevos creados para la ocasión. Su presencia no aporta absolutamente nada a la historia, y lo único que logra es introducir a piñón una cantidad insultante de fanservice, desde discusiones al respecto del perímetro pectoral de las protagonistas hasta referencias muy poco escondidas a otros títulos, especialmente el Prinny: Can I Really be the hero?

A largo plazo, el argumento va simplificándose al extremo, quedando reducido al esqueleto del mismo: Kanata quiere aventuras y Rizelea quiere capturar a Kanata. Los personajes apenas son desarrollados a lo largo del juego y terminan siendo extremadamente caricaturescos de tan estereotipados, metiendo con calzador a los secundarios en todas las conversaciones. Incluso los que ya conocíamos terminan siendo repetitivos. Ver a un Prinny saltar por los aires (esto no os lo toméis de forma muy literal, los diálogos se presentan con imágenes de los personajes casi estáticos) es gracioso una vez. Una vez cada capítulo no. Al final tenemos la sensación de que el grueso de diálogos son paja, puesto que las pobres motivaciones de los personajes terminan por cansar al jugador.

Los primeros 15 minutos de Trinity Universe

Destripado el asunto del argumento, pasemos a otro de los grandes pilares de un juego de rol: el sistema de combate. Aquí se puede decir que el desastre ha sido menor, si bien nos queda un sistema muy mejorable. Siendo un juego enfocado tan claramente al jugador experto en Tactic-RPG, las peleas de Trinity Universe se antojan demasiado simples y dirigidas a un público nuevo en el mundillo. Los tutoriales se alargan durante unos tres o cuatro capítulos, aunque están mal planteados y sólo logran que el jugador termine por no utilizar ni la mitad de opciones a su alcance. Por ejemplo, algunos de los movimientos especiales precisan de unos requerimientos que sólo nos permite emplearlos en batallas contra jefes finales y consecuentemente, caen en el olvido.