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TRON: Evolution

Perdido en el ciberespacio.

Dentro del mundo del ocio interactivo hay pocos axiomas tan ciertos como que la adaptación de una película de éxito tiene todos los números para ser un mal videojuego. Hay algunos casos aislados que se saltan la norma, pero lo habitual es que resulten productos mediocres y poco originales que únicamente tratan de aprovechar el tirón comercial de la última moda surgida de Hollywood. El videojuego que acompaña al estreno de la segunda parte del clásico de culto TRON es diferente, porque intenta aportar algo nuevo y desmarcarse del enfoque típico de las adaptaciones cinematográficas (que siguen al dedillo el desarrollo de la película), pero lamentablemente el resultado final obtenido por Propaganda Games es igualmente decepcionante.

TRON: Evolution se ambienta entre las dos entregas cinematográficas, TRON y TRON: Legacy, ofreciendo una historia que actúa de nexo de unión entre ambas y que teóricamente debería ayudar a comprender mejor los sucesos que se narran en la película que actualmente podemos ver en los cines, así como la motivación y trasfondo de nuevos personajes como Quorra o viejos conocidos como CLU. Desgraciadamente la narración es caótica, acelerada y en muchas ocasiones no presenta ningún tipo de contexto, con lo cual lo que debería ser uno de los principales atractivos del juego acaba resultando uno de sus lastres más destacados. Y eso sin contar en la total falta de carisma de Anon, el nombre del mudo programa protagonista, o de Abraxas, el principal villano, cuya aportación a la mitología de TRON es casi anecdótica.

Bastan unos pocos minutos, además, para descubrir que TRON: Evolution copia de forma descarada el planteamiento y mecánica del Prince of Persia publicado en 2008, alternando combates bastante monótonos con secciones de plataformas y parkour. El problema radica en que mientras el título de Ubisoft ofrecía un buen sistema de control el de Propaganda Games es muy poco preciso, provocando auténtica frustración cuando nos veamos obligados a repetir una y otra vez el mismo tramo debido a que o la cámara no ofrece el ángulo más adecuado para representar la acción o porque los controles simplemente no responden como deberían y no trasladan a la pantalla lo que realmente queremos hacer. Cuando funciona es reconfortante saltar de una plataforma a otra, pero cuando falla dan ganas de tirar el pad por la ventana.

Una sensación que se acrecenta todavía más en las secciones con las motos de luz y el tanque, fases que deberían servir para añadir un poco de variedad pero que lo único que consiguen es desnivelar aún más el resultado global, al ser aburridas y contar con un control desquiciante (en el caso de las motos). El combate a pie con los discos, al menos, no se ve lastrado por ese tipo de problemas y responde bastante bien, pero peca de una excesiva simplicidad y nula profundidad.

Es una pena que se falle en aspectos tan básicos, porque lo cierto es que en TRON: Evolution hay algunas buenas ideas. El sistema de progresión con niveles de experiencia, por ejemplo, está bastante bien llevado y ofrece numerosas mejoras y actualizaciones que aportan algo de variedad al combate con el desbloqueo de nuevos movimientos. Y los modos multijugador, sin ser nada novedosos (un deathmatch y dos variantes de capturar la bandera), sí presentan un detalle peculiar: se puede alternar entre juego online y offline en cualquier momento a través de los numerosos terminales que encontramos en el mapeado, pudiendo así saltar a una partida con amigos si nos encallamos en la aventura principal y luego volver a ella con una transición casi instantánea, sin necesidad de navegar a través de varios menús. Es una idea interesante y bien implementada, puesto que además los puntos de experiencia son comunes a ambos modos formando parte de la misma experiencia.

Quorra, por desgracia, es poco más que un precioso florero.

TRON: Evolution también cumple a nivel técnico, aunque sin sobresalir de la media. Muy probablemente se deba de forma inherente a la propia estética del mundo virtual (aséptica y plagada de neones y texturas planas), pero visualmente solo destaca por las buenas animaciones del protagonista y su fidelidad con las películas. El doblaje al castellano es correcto (aunque hay secuencias en las que la sincronización labial se descuadra por completo) y la banda sonora acompaña a la perfección, destacando especialmente los dos temas compuestos por el dúo francés Daft Punk, 'Derezzed'" y 'The Grid'.

Como producto TRON: Evolution solo es recomendable para fans de la saga cinematográfica, puesto que actúa como lazo entre las dos entregas y su argumento les ofrecerá algunos datos interesantes. Sin embargo como videojuego deja mucho que desear por culpa de un control poco preciso, un desarrollo extremadamente lineal y unas mecánicas jugables derivativas y muy poco inspiradas. Es una verdadera lástima que pese a no ser la típica adaptación del blockbuster de turno el resultado haya acabado siendo igualmente mediocre, con algunas buenas ideas que han quedado sepultadas bajo decisiones de diseño cuanto menos discutibles.

5 / 10

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