Un nuevo reportaje sobre la cultura interna de Ubisoft asegura que RRHH conocía las conductas abusivas desde hacía años
La influencia de ciertos directos evitó que las mujeres tomaran protagonismo en sus juegos.
Un nuevo reportaje de Jason Schreier para Bloomberg asegura que las conductas abusivas dentro de Ubisoft eran conocidas por el departamento de Recursos Humanos de la empresa desde hacía años.
En las últimas semanas se han repetido las acusaciones de acoso sexual en diversas ramas de Ubisoft, en particular en las oficinas centrales en París, descrita como "una fraternidad". Schreier ha entrevistado a unas cuarenta personas empleadas en la actualidad o previamente por la compañía gala, las cuales coinciden en que estos casos ya se habían reportado internamente desde hacía años y apenas se habían tomado medidas desde entonces.
Los casos reportados van desde comentarios sexistas y racistas en las oficinas hasta agresiones sexuales, creando una atmósfera descrita como hostil hacia las mujeres. Después de que saliesen a la luz numerosos testimonios con estas actuaciones, Yves Guillemot publicó una carta anunciando una serie de medidas para cambiar la cultura interna de la empresa. Las reacciones de estas propuestas fueron en general positivas entre los empleados con los que contactó Schreier, aunque otras personas mostraron dudas de que una empresa donde la mayoría de altos cargos siguen siendo hombres sea capaz de cambiar la cultura de la compañía.
Uno de los movimientos más sonados ha sido la salida de Serge Hascoët, que durante años fue el principal responsable del departamento editorial. Él personalmente decidía qué juegos se desarrollaban y cuáles no recibían luz verde. Hascoët era amigo íntimo de la familia Guillemot desde hacía décadas, y Cindy Fitzpatrick, trabajadora en el departamento de relaciones públicas de 2005 a 2009, asegura que él y su equipo "parecían intocables" dentro de la empresa.
Numerosos testimonios aseguran que Hascoët realizaba reuniones de trabajo en clubs de striptease; muchas mujeres optaban por no acudir y sus carreras sufrían por ello, ya que su posición de poder en la empresa le permitió durante años ascender a sus colegas de borracheras a puestos de directores creativos dentro de Ubisoft. Al menos tres mujeres aseguran haber recibido consejos de nunca salir a beber con Hascoët y sus compañeros.
Los problemas, sin embargo, iban mucho más allá de Hascoët o sus subordinados, como los comentarios homófobos del veterano Tommy François; el reportaje desvela comportamientos abiertamente racistas en las oficinas de Ubisoft Sofia o comentarios sexistas en San Francisco.
En todos los casos el problema era el mismo: los empleados problemáticos eran inmunes a Recursos Humanos. En uno de los casos más extremos, Maxime Béland (ex-director de la oficina de Toronto) tenía como escudo en el departamento a su propia esposa, que se aseguraba no solo de que Béland no sufriese repercusiones por sus acciones, sino que además las denunciantes se sintiesen marginadas por la dirección. Béland era conocido por gritar a sus empleados en reuniones y por tocar inapropiadamente a mujeres en las fiestas de la empresa.
La influencia del equipo editorial modificaba, además, las historias de los juegos. El equipo de Assassin's Creed Unity quería que Evie y Jacob tuvieran el mismo protagonismo, pero finalmente Evie fue relegada a un segundo plano. Bayek iba a quedar herido relativamente pronto en Origins para dar el protagonismo a su esposa Aya, pero de nuevo la historia se alteró. En Odyssey, que permitía escoger protagonista, los desarrolladores originalmente solo pensaron en una historia para Kassandra y desde editorial se obligó a añadir a Alexios.
En todos estos casos se ha señalado a dos culpables: el departamento de marketing de Ubisoft y al propio Hascoët, que mantenían que los juegos con protagonistas femeninas no iban a vender bien. Los guionistas introducían a personajes masculinos protagonistas solo para asegurarse de que Hascoët no cancelaba sus juegos, además de reducir la presencia de escenas y narrativa lineales, ya que era algo que no soportaba.
Tras los fracasos comerciales de The Division 2 y Ghost Recon Breakpoint, la compañía decidió repartir su poder entre siete vicepresidentes, todos ellos hombres y dos de ellos ya mencionados en este artículo: Maxime Béland y Tommy François.
Después de las acusaciones recientes, Béland abandonó la empresa y François está suspendido de empleo y sueldo. El 12 de julio Hascoët abandonó la empresa junto a Cécile Cornet y Yannis Mallat.