Unity cancela su polémico sistema de cobros por instalación
Tras "consultas" con los desarrolladores.
Unity ha anunciado la cancelación con efecto inmediato de su polémico "costo de Runtime" para el uso de su motor, a través del cual se cobraba a los desarrolladores por cada instalación de sus juegos.
Este plan se introdujo el año pasado y generó una fuerte polémica entre la comunidad de creadores. Muchos títulos en desarrollo, como consecuencia de ello, migraron a otros motores.
El actual presidente y CEO de Unity, Matt Bromberg, explicaba en el blog oficial que han decidido volver al anterior modelo de suscripción "tras profundas consultas con nuestra comunidad, consumidores y socios".
Según Bromberg, el objetivo de la compañía es "democratizar el desarrollo de videojuegos" permitiendo que cualquiera tenga acceso a las herramientas necesarias. "Sin embargo, no podemos perseguir esa misión si estamos en conflicto con nuestros consumidores. En su corazón, debe ser una asociación basada en la confianza".
"He podido conectar con muchos de vosotros a lo largo de los últimos tres meses, y he oído una y otra vez que queréis una Unity fuerte, y entendéis que los incrementos de precio son una parte necesaria para poder invertir y seguir adelante. Pero esos incrementos no deben llegar de forma nueva y controvertida".
Tras el anuncio de hoy, Unity Personal seguirá siendo gratuito y su límite de beneficios y financiación se aumenta hasta 200.000 dólares, permitiendo que muchos más desarrolladores usen Unity sin coste alguno.
Mientras, los paquetes Pro y Enterprise volverán a la suscripción que tenían antes, con precios y límites de beneficios que aumentarán el 1 de enero de 2025.
"Cancelar el Runtime Fee para los juegos e introducir estos cambios en los precios nos permitirá seguir invirtiendo para mejorar el desarrollo de juegos para todo el mundo, al mismo tiempo que seremos unos socios mejores", concluía Bromberg.
Bromberg fue nombrado como CEO de Unity en mayo de este año, tras haber trabajado anteriormente en Electronic Arts y Zynga. Este nuevo movimiento, claramente enfocado a volver a ganarse la confianza de los desarrolladores, se produce tras una mala época para la compañía, la cual despidió a 1.800 empleados a principios de este mismo año.