¿Vales lo que cuestas?
Porque no es lo mismo coste que valor.
Desde que a la humanidad se le ocurrió la "genial" idea de otorgar un valor específico a trozos de metal -o almejas, según el libro de historia que se consulte- e inventar el dinero, este ha sido el auténtico eje sobre el que ha girado todo y todos. Gracias al dinero, valorar el trabajo y el esfuerzo de las personas se volvió terriblemente más sencillo. Que un orfebre se tiraba 3 meses para confeccionar una joya, valía mucha pasta, que tardaba 1 día, barato barato, oiga. Y eso sigue siendo así hoy en día y en todas partes, evidentemente incluidos los videojuegos, si no no estaría escribiendo sobre esto aquí, que mi tiemo vale dinero... ops, ¿veis? otro ejemplo.
Aquí, ahí y más allá hemos oído comentarios o leído análisis que rezan algo parecido a esto "Es muy buen juego, pero ES DEMASIADO CARO PARA LO QUE OFRECE. Le doy un 8, si costara 20€ le daría un 9,5". Yo lo he hecho, y seguiré haciéndolo, no lo puedo ni quiero evitar. ¿Entonces de qué me quejo? De nada, sólo estoy escribiendo en voz alta de algo que es real y algunos dicen que hay que superar.
Quiero destacar ese pensamiento que surge siempre antes de comprar un videojuego: ¿Vale lo que cuesta?. ¿Es lo mismo gastarse 70 € en un Skyrim que en un Vanquish?
En el cine de mi pueblo, la entrada cuesta 3 euros. En ocasiones hay sesión doble, por lo que con el precio de una entrada, puedo ver dos películas. 1,5 euros por ver una película en el cine. Por ese precio, uno se come un bodrio con gusto y lo digiere con igual placer. Total, no ha dolido en el bolsillo. Imaginad ahora que la entrada para ver el bodrio ha costado 10 euros porque la película es en 3D Space Sinergy Digital. Dolor, mucho dolor. Y el odio aumenta en la misma proporción que el bolsillo se vacía, de golpe y sin casi sin avisar.
Trasladar esta situación al sector de los jugones es tan fácil que no voy a explicarlo otra vez ni dar ejemplos, todos conocemos alguno. Pero quiero destacar ese pensamiento que surge siempre antes de comprar un videojuego: ¿Vale lo que cuesta?. ¿Es lo mismo gastarse 70 € en un Skyrim que en un Vanquish? No, de igual forma que no llevó el mismo trabajo realizar Skyrim que Vanquish, y ojo, esto lo seguro desde la total ignorancia del proceso de creación de ambos juegos. Quizá desarrollar Vanquish fue un infierno para la gente de Platinum Games y los de Bethesda hicieron una versión renovada del código de Oblivion. Ni lo sé, ni lo sabré jamás.
Así que está claro que en los videojuegos, todos parten desde el mismo punto y sólo hay un baremo que hace que el precio de un videojuego baje: las ventas. Si el juego no se vende, su precio bajará prácticamente en el mismo mes de su salida al mercado, algo que a un superventas le costará mucho más hacer.
Imaginad por un momento que un juego sale a la venta directamente por 25 euros. Buen precio, 8 horas de modo historia, gráficos decentes, buena jugabilidad... pongo mi mano en el fuego a que sería GOTY en las quinielas de más de uno. Coño, es que incluso la gente se alegraría de que tuviera 16 DLC's.
Ahora vamos a cambiar el prisma, la lente o lo que leches uséis para ver las cosas. Pensad en un bundle, el saldo de los videojuegos, o mejor aun, pensad en las rebajas de Steam. Juegos que en su momento nos provocaban un descojone monumental al ver su precio se tornan objetos de deseo al ver que tienen un descuento del 80%. Lo de los bundle es mejor, barra libre y juegos que van a nuestro cajón digital para, quizá, nunca ser jugados. ¿Ha dolido pagar 5 euros por ellos? NO, JAMÁS.
Poderoso caballero es Don Dinero y algo muy fuerte tiene que caer desde el cielo o surgir de la tierra para que nuestra mentalidad consiga separar el valor de los videojuegos del dinero que exigen desembolsar. Es algo que viene en el paquete y que afecta de forma notable en el juicio que recibirá el susodicho por parte del periodista, blogger o chaval que ha ahorrado su paga durante meses para comprar ESE juego. Seguro que él es el primero en poner el grito en el cielo cuando vea que el juego no ha merecido el gasto.