Análisis de Valkyria Chronicles para PC
Llamada a las armas.
Cuando le pregunté a uno de los miembros de esta misma página por Valkyria Chronicles me dijo textualmente: "Es el juego menos japonés que ha salido de Japón en la última década". Acostumbrado a asociar ese término a interminables horas de cinemáticas, doscientas acciones para realizar un simple movimiento, la necesidad de tener al menos dos carreras y un máster para adaptarse correctamente al control y la aparición en pantalla de un montón de conceptos culturales entremezclados, cada uno más estrafalario que el anterior; no puedo negar que sentí una especie de alivio suponiendo que, quizás, un sucio gaijin como yo sería capaz de entrar fácilmente en la dinámica e historia de uno de los títulos mejor valorados por los aficionados de la industria nipona.
Quienes ya conozcan bien el juego de Sega -que no han de ser pocos; no en vano estamos hablando de un título cuyo lanzamiento se produjo hace ya 6 años para Playstation 3- estarán seguramente sonriendo ante mi inocencia mientras me señalan con el dedo, porque eso es exactamente lo que podemos encontrar. Puede que por su tratamiento de un tema tan universal como la guerra (al menos inicialmente), que oscila entre la crudeza y el drama de "La tumba de las Luciérnagas" y la aparente ligereza de "Porco Rosso", la historia de Welkin y Alicia nos resulte más atractiva y accesible al público occidental, pero quién espere un Gears of War animado mejor que vaya a preguntar a otra ventanilla.
Extenderme más sobre el argumento sería perder el tiempo: Ya lo hizo en su momento y mejor de lo que lo haría yo nunca nuestro compañero Jaime San Simón en su análisis de la versión de PS3. Aquí, antes de entrar en valoraciones sobre este port para PC, nos llega con saber que la historia, lineal, avanza seleccionando cada capítulo en un gigantesco libro que incluye, además de las misiones correspondientes, vídeos y anexos que nos permiten desgranar la información que rodea a nuestros personajes y a esta suerte de Europa alternativa en la que trascurre el enfrentamiento bélico entre dos potencias militares, la Federación Atlántica -nosotros, vaya- y el Imperio Aliado de Europa del Este.
El sistema de combate se mantiene igual que hasta ahora, con esa mezcla entre estrategia y acción en tercera persona que definen con el concepto de Tactic-RPG. Tras avanzar un poco en la historia y desbloquear las distintas clases, cada una con sus peculiaridades a la hora de encarar el combate, nos situaremos en un mapa en el que veremos a nuestro enemigo y el objetivo a cumplir, contando con un número limitado de turnos para realizar nuestros movimientos. Los objetivos pueden variar según la misión, desde una simple escaramuza hasta esquivar los ataques enemigos para alcanzar un punto del mapa; pero la clave, como en cualquier otro RPG, reside en calcular correctamente los puntos de daño de nuestros rivales, elegir bien a nuestro equipo y emplear sabiamente las mejoras y habilidades ganadas en nuestros personajes. La diferencia con otros juegos del estilo, más que notable, es que una vez hecho esto somos también nosotros los que debemos de mover, apuntar, disparar o poner a cubierto a nuestras tropas, dándole al juego una cierta capacidad de improvisación y dinamismo que evita la posible repetitividad de unas misiones que, por sí solas, pueden llegar a durar más de media hora.
¿Y qué novedades incluye este port para justificar su salida en PC, os preguntaréis? Pues no muchas, la verdad. Lo más relevante es, sin duda, la inclusión de todo el contenido descargable posterior al lanzamiento original del juego, desde el modo de dificultad Hard Ex para las misiones de escaramuza hasta las seis misiones nuevas de desafío y los dos capítulos paralelos a la historia principal, que reciben el nombre de Enter the Edy Detachment y Behind Her Blue Flame. No es que hayan sido especialmente generosos con los extras, algo a lo que ya estamos acostumbrados en estos casos, pero hablando de un título cuya campaña por sí sola puede exceder las 25 horas de juego tampoco podemos decir que se hayan quedado cortos en cuanto a duración.
Gráficamente no ha sufrido ningún lavado de cara destacable, aunque es justo reconocer que no le hacía mucha falta. El estilo gráfico cell-shading mezcla entre anime y acuarela del motor CANVAS hace que el juego, que podemos además poner a una resolución mayor que la habitual -activando el v-sync para no obtener desagradables caídas de framerate-, siga luciendo francamente bien, y si a ello le sumamos que el control mediante ratón y teclado está adaptado correctamente obtenemos el pack básico de mejoras que se le suponen a un juego de estas características en ordenador. El punto negro, ya presente en el original, sigue siendo la ausencia de textos en español, pero se agradece al menos el tener la posibilidad de elegir el audio entre inglés y japonés.
Quizás se eche en falta, como suele ser habitual en estas reediciones, algo de contenido original o alguna chuchería para los fans en forma de vídeos, música o arte conceptual, pero no cabe duda de que estamos ante un buen port. Incluir todo el DLC publicado en un mismo paquete es un aliciente claro, pero por sí solo estamos hablando de uno de los juegos más interesantes para los amantes de este tipo de "chifladuras" niponas. Resulta imposible garantizar que sea un juego para todo el mundo, menos aún para aquellos de paciencia limitada, pero sabiendo qué esperar Valkyria Chronicles sigue siendo uno de esos títulos de culto por méritos propios que los amantes del RPG japonés que no lo cataran en su momento deberían de tener sí o sí en su radar.