Virtua Tennis 4
El número 2 de la ATP.
Probablemente lo peor que puede pasarle a un creador es que su primera obra resulte tan buena como para que su posterior trayectoria sea incapaz de superarla. Es una enorme losa que han sufrido directores de cine (Orson Welles, Richard Kelly), grupos de música (Led Zeppelin, New York Dolls) o escritores (J.D. Salinger, Harper Lee). Algo parecido le pasa a Mie Kumagai, uno de esos mitos vivientes que todavía quedan en SEGA: por más que lo intente, seguramente esta diseñadora japonesa jamás podrá alcanzar la perfección lograda en 1999 con el primer Virtua Tennis.
El secreto, algo que Virtua Tennis 4 mantiene intacto, es una accesibilidad inmediata, un ritmo rápido y adictivo, una mecánica jugable simple pero profunda e intuitiva y un perfecto equilibrio en las partidas multijugador. VT4 vuelve a estar programado por AM3, el equipo que creó el original (en las últimas entregas la franquicia pasó a manos de los británicos Sumo Digital), y eso se nota desde el primer instante.
Esa marcada apuesta por el acercamiento arcade también se aprecia en pequeños detalles, como el hecho de que en los partidos haya música machacona de fondo, los jugadores sean inmunes al cansancio o la pelota tenga un constante efecto de estela. Obviando que la simulación brilla por su ausencia, el problema es que si ya has jugado mucho a anteriores juegos de la saga la sensación de dejà vú es constante incluso a pesar de la inclusión de varias mejoras.
Porque la mecánica jugable sigue siendo la misma del juego de 1999, con muy poquitos cambios, y la verdad es que, hasta cierto punto, es comprensible: ahora mismo se me ocurren muy pocos ejemplos de videojuegos que hayan acertado de forma tan brutalmente certera a la hora de sentar sus bases como Virtua Tennis. Aún así, AM3 ha introducido un par de novedades que tienen una ligera influencia en el devenir de los partidos y que ayudan a mejorar la fórmula.
La primera son los estilos de juegos que definen a cada uno de los jugadores y que les hacen comportarse de una forma más específica. Federer, por ejemplo, tiene un tipo de juego equilibrado, Nadal se basa en una defensa sólida, Roddick en un saque potente y Del Potro en golpes secos y fuertes. El sistema no es tan bueno como la progresión que vimos en Top Spin 4, pero sí tiene la suficiente importancia como para dar matices al juego según el personaje escogido y está lo suficientemente equilibrado como para que un estilo no tenga una clara ventaja sobre los demás. La otra novedad son los power shots, un tiro especial muy a lo Mario Tennis que se recarga lentamente con una barra de energía y que permite dar un golpe casi imparable con el que podemos salvar momentos delicados como un break o match point.
Lo que más ha cambiado, en todo caso, es el modo carrera (World Tour). A lo largo de cuatro temporadas nos vamos moviendo a través de un mapa mundial plagado de eventos, jugando torneos, exhibiciones, minijuegos y haciendo pruebas especiales para ganar puntos con los que mejorar los atributos de nuestro tenista, dinero para comprar ropa y accesorios y estrellas para ir ascendiendo puntos en el ranking de jugadores. Al principio su desarrollo parece extraño si se compara con el modo carrera de Top Spin 4, pero la verdad es que al poco rato se le va pillando el gusto a la forma en que se van desbloqueando las cosas y se vuelve más y más adictivo. Su longevidad y variedad es considerable, algo que también es de agradecer.
Al World Tour lo acompañan los habituales modos arcade, exhibición, party (con varios minijuegos bastante divertidos) y las diferentes opciones online. No es demasiado vistoso ni innovador en este sentido, como tampoco lo es gráficamente: si bien el motor gráfico funciona con un envidiable frame-rate a prueba de bombas, el modelado de los jugadores es bastante realista y algunos efectos de iluminación superan claramente a lo visto en Top Spin 4, en líneas generales no puede decirse que Virtua Tennis 4 sorprenda, ni para bien ni para mal.
También se ha implementado 3D estereoscópico en 360 y PS3 y control gestual en todas las plataformas. En este aspecto algunas salen mejor paradas que otras: mientras que con Move y el Wii Motion Plus el resultado es bastante aceptable, con Kinect VT4 se convierte en una especie de Wii Sports, en el que la consola controla el movimiento del jugador y nosotros nos limitamos a agitar los brazos con las manos abiertas intentando imitar una raqueta.
Como lo que es, un juego puramente arcade, Virtua Tennis 4 cumple sobradamente. Es accesible, divertido, tiene una mecánica jugable simple pero sólida y un apartado técnico notable. Hace seis meses, de hecho, se hubiese coronado sin demasiadas dificultades como el mejor videojuego de tenis del mercado. Sin embargo, la falta de novedades de peso y, sobretodo, el hecho de que esté disponible una alternativa que le supera claramente en casi todo (Top Spin 4) hace que ahora lo nuevo de SEGA quede ensombrecido. Algo injusto, quizás, pero nadie dijo que jugar en la pista central de un Grand Slam fuese fácil: ahora mismo Top Spin 4 es Nadal, el número 1 del ranking de la ATP, y Virtua Tennis 4 debe contentarse con ser Djokovic, el número 2. Lo cual no está nada mal, conste...