Warhammer 40,000: Space Marine

Lo que te mantiene pegado a la pantalla es la historia. Es muy de fantasía, está claro, de esa en la que solemos escuchar a menudo palabras como "disformidad", "caos", "Aguja orbital" o "Inquisidor" y en algunas ocasiones, si no has estado atento, te perderás entre tanto argot. Pero en cierto modo es gratificante y acogedor si te apasiona este universo, porque ves que de eso en Relic saben un rato, curtidos en las batallas de Dawn of War. Ves las tensiones que hay entre los personajes -a veces vas solo y a veces te acompañan un par o tres de compañeros-, intuyes que todos tienen un pasado y sus dudas. Lo mismo con los escenarios: todos grandes, imperiales, muy cuidados, con una iconografía perfectamente distinguible y una variedad más que suficiente.

Para los fans también han hecho un multijugador en el que la estrella es, sin duda, el editor. No es como pintar miniaturas, pero casi. Una vez llegas a nivel 4 lo desbloqueas y puedes elegir entre varios diseños predeterminados o ir personalizándolos a tu gusto con iconos, piezas, colores y logos.

Y luego está la acción. Por el momento solo hay un par de modos, que son Duelo por Equipos, en el que gana el primero que llega a 41 muertes, y otro en el que tienes que capturar distintas zonas del mapa para ir sumando puntos hasta llegar a 1.000. El matchmaking funciona bien y aunque hay bastante desequilibrio entre los jugadores novatos y los otros sí que está muy bien el poder elegir entre tres clases distintas con estilos muy diferenciados. Una es la estándar, con rifles y cuerpo a cuerpo. Otra es la pesada, con un arma que se fija al suelo y que es muy potente pero que no te da tanta movilidad y la otra va con jetpack, pistola y espada. Con el jetpack te manejarás bien porque lo utilizas unas cuantas veces durante la campaña, y aunque las armas que puedes llevar son menos potentes tiene un ataque cuerpo a cuerpo que te lanza disparado contra los enemigos que va francamente bien.

Hay que alabar la valentía de Relic por querer buscar una fórmula propia. Son un estudio que ha demostrado con creces que tiene talento, y no se han limitado a clonar a los referentes del género. La ambientación y la historia gustará, seguro, a todos los fans de Warhammer, y la forma en la que se juega, aunque se deshincha un poco, es atrevida y original.