WarioWare: Do It Yourself
Microjuegos a medida.
Resulta francamente curioso el ejercicio de deconstrucción que Nintendo ha realizado durante los últimos años con la saga WarioWare. Es un interesante estudio sobre las mecánicas jugables de los juegos en dos dimensiones, una portentosa muestra del minimalismo y la simplicidad llevadas a su máxima (o mínima, según se mire) expresión.
Pero también es una saga que ha llegado a un ineludible punto de estancamiento. El primer WarioWare sentó unas bases, pero sus secuelas se han limitado a simplemente repetir la misma formula aprovechando nuevos sistemas de control, ya sea el sensor de movimiento incorporado en el cartucho de WarioWare: Twisted! para GBA, la pantalla táctil de DS en WarioWare: Touched!, el WiiMote en WarioWare: Smooth Moves! o la cámara de DSi en WarioWare: Snapped!. La nueva entrega, que llegará a finales de abril, da un giro de 180 grados: no apuesta por la deconstrucción, sino por la construcción. Es algo así como el LittleBigPlanet de los microjuegos, por llamarlo de alguna manera.
El nucleo diferencial de WarioWare: Do It Yourself es un completo modo que nos permitirá crear nuestros propios minijuegos en diferentes facetas creativas: idear la mecánica de juego, dibujar y animar los gráficos o componer la música, por ejemplo. Todo ello se hace a través de sencillos editores muy intuitivos, con una curva de aprendizaje rápida pero tan potentes como funcionales. Al principio puede imponer, pero diferentes tutoriales nos ayudarán a sacarle todo el jugo a este particular entorno de desarrollo.
Incluso sorprende gratamente que Nintendo deje en manos del jugador la posibilidad de asignar comportamientos y crear rudimentarios sistemas de inteligencia artificial. Para ello no son necesarios conocimientos de complejos lenguajes de programación (como C o Java, por poner un par de ejemplos), sino que todo se realiza a través de un pseudo-lenguaje que imita la sintaxis real con secuencias tipo "Si ocurre A, reacciona con B". Es un sistema tan sencillo como brillante, porque convierte una tarea complicada en algo trivial pero al mismo tiempo nos da la libertad necesaria para implementar cosas mucho más rebuscadas.
Todo este conjunto de herramientas creativas funciona de forma excelente: permiten crear casi cualquier cosa que pueda pasarte por la cabeza, pero en ningún momento te intimida por la complejidad inherente de ciertos elementos y en menos de media hora puedes tener creado un minijuego desde cero. Una vez terminada nuestra obra maestra, podemos compartirla usando la conexión inalámbrica de forma local con otra DS, a través de internet con los códigos de amigo o incluso con la versión para Wii (Showcase), que también permite jugar a nuestros minijuegos en pantalla grande.
Y si no te interesa crear y compartir, no hay problema: WarioWare: D.I.Y. no sólo incluye una buena colección de microjuegos para disfrutar al instante de forma individual, sino que Nintendo también ha prometido ir añadiendo nuevos de forma periódica en internet, que podrán ser descargados totalmente gratis (una formula muy similar a la de los puzzles adicionales de los Profesor Layton). D.I.Y. es, en ese sentido, muy similar al juego de MediaMolecule: da las herramientas y potencia la creatividad del usuario, pero no aliena a quien simplemente quiere coger la consola y jugar.
Como hemos comentado antes, WarioWare: D.I.Y. llegará a finales del mes que viene y entonces será el momento de, con calma, analizar si Intelligent Systems ha conseguido con éxito completar su particular ejercicio de construcción, pero a priori apostaríamos por el sí: resulta muy ilustrativo que habiendo probado el juego por primera vez durante escasos treinta minutos fuésemos capaces de crear un minijuego que poco tenía que envidiar a los que hemos disfrutado hasta ahora en la saga. Eso, sin duda, ya dice mucho a su favor.