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Avance de Wolfenstein II: The New Colossus

Probamos el inicio del juego.

Wolfenstein 2 empieza con una sorpresa: B.J. Blazkowicz, la furiosa máquina de matar nazis, está hecho polvo, y su cuerpo es una cáscara inútil. El final del debut de MachineGames no fue precisamente bueno para el pobre B.J., así que cuando se despierta de un coma en un submarino de la resistencia que está siendo atacado por el régimen nazi, no puede ni siquiera ponerse de pie. Lo intenta y cae.

Así que B.J., quien en Wolfenstein: The New Order era tan poderoso como puede ser el héroe de un videojuego, de repente está postrado en una silla de ruedas. Tienes una débil pistola automática con la que defenderte, y ya está. Con una mano mueves la silla de ruedas hacia adelante, con la otra aprietas el gatillo. Y cuando haces sprint B.J. deja la pistola sobre su regazo y utiliza ambas manos para impulsarse hacia adelante. No es así como estás acostumbrado a empezar un shooter de gran presupuesto.

Es una sorpresa agradable, y aplaudo que MachineGames esté haciendo algo interesante. El primer nivel de Wolfenstein 2 no es fácil. De hecho, es un poco difícil. Hay nazis por todas partes y tú, obviamente, no estás precisamente en forma. La verdad es que con cada empujón a las ruedas de la silla parece que mueras un poquito, B.J. sangra en el catéter y cada vez que recoges un botiquín no estás más que retrasando lo inevitable. Me gusta.

Es el conjunto de los pequeños detalles lo que hace que el primer nivel de Wolfenstein 2 funcione. Si tienes la pistola sobre tu regazo se tarda un poco -parece una eternidad- desde que B.J. para, pone una mano sobre la rueda izquierda y coge la pistola con la derecha. En la práctica, B.J. está indefenso cuando se mueve. Cuando giras una esquina y encuentras a un par de nazis esperándote, tu primera intención es retroceder. B.J. no puede correr y pegar tiros a lo Rambo. Así que este primer nivel lo juegas con cautela, asomándote con cuidado en las esquinas y cubriéndote cuando se desata la acción. Eres tú, tu silla de ruedas y una pistola contra toda una horda nazi.

Los nazis. Menudos desgraciados. Como los de Wolfenstein, los nazis de Wolfenstein 2 no caen con facilidad. Tienes que llenarlos de plomo antes de que caigan rendidos. Y cuando todo lo que tienes es una pistolita, cualquier encuentro es problemático. Para acabarlo de rematar tampoco abunda la munición, así que necesitas hasta la última bala. Todo en este nivel da un aire de desesperación, de estar perdiendo la guerra. Pero B.J., espoleado por su deseo de reunirse con su mujer, Anya, se agarra los machos y avanza por el claustrofóbico interior del submarino. Es una forma increíble de empezar el juego.

Había mucho que amar en Wolfenstein. El peso del movimiento, el retroceso de las armas, el impacto de las balas en la carne de los nazis. Pero cuando pienso en el sorprendente debut de MachineGames lo que me viene a la cabeza es el tono. Era un juego que se regocijaba en la destrucción de los nazis, un juego que no se avergonzaba de la iconografía del régimen ni se tomaba concesiones respecto a la violencia. Pero todo se desarrollaba con una amenaza exagerada, una ridiculez que le alejaba de otros shooters. Wolfenstein era un FPS tonto pero divertido, con historia, personajes memorables. Era un juego con corazón.

"Había mucho que amar en Wolfenstein. El peso del movimiento, el retroceso de las armas, el impacto de las balas en la carne de los nazis. Pero cuando pienso en el sorprendente debut de MachineGames lo que me viene a la cabeza es el tono."

Wolfenstein 2 mantiene esa ridícula amenaza, y desde el principio. Tras cruzarte con Set Roth, el científico judio alemán que ayudaba a B.J. en el primer juego, descubrimos unas secciones electrificadas del submarino. Cualquiera que pise estas secciones acaba desintegrado, al más puro estilo Doctor Manhattan. Mientras B.J. y Roth hablan, vemos como soldados nazis se adentran en la zona de peligro, uno tras otro, como Lemmings, evaporándose en una sangrienta nube. Es comedia negro al extremo, un momento de slapstick aderezado de gore.

La aterradora nazi Frau Engel -un personaje interpretado de forma magistral, con una horrible visión del mundo- vuelve a ser la estrella de la función. En una cinemática vemos como llama a B.J., reunido con Anya y otros miembros de la resistencia, a través de un megáfono. A su lazo está su hija; Frau Engel la humilla, la regaña, la degrada y la critica por su falta de fuerza.

Acorralado, B.J. acepta entregarse para salvar a sus amigos. Lo que sigue es una cinemática increíblemente tensa, que recuerda a lo mejor de Malditos Bastardos, la brillante película de Quentin Tarantino. Caroline Becker, la líder de la Resistencia que viste el traje Da'at Yichud que encontrabas casi al final de The New Order, es capturada. B.J. está inmóvil en el suelo, forzado a ver como Frau Engel se burla de él por ser un tullido. Frau Engel ríe a carcajadas mientras su hija, nerviosa, observa la escena.

Frau Engel coge un hacha y apunta al cuello de Caroline Becker. Su hija interviene.

"Pero madre, ¡prometiste liberarla!"

"Terminé mi primera toma de contacto con Wolfenstein 2 ansioso por saber qué viene después, lo cual es una buena señal y da buenas vibraciones de cara al resto del juego."

"La estoy liberando. Estoy liberando su cabeza de su cuerpo."

La hija se desmorona, y la madre vuelve a buscarse de ella. Vale, Frau Engel suspira. Tú lo harás. Le da el hacha a su hija, quien en estos momentos balbucea y está hecha un lío. Frau Engel vuelve a atacarla, esta vez en alemán. La hija levanta el hacha. B.J. (tú) miras con terror. Y la demo termina.

Terminé mi primera toma de contacto con Wolfenstein 2 ansioso por saber qué viene después, lo cual es una buena señal. El tráiler del juego confirma que B.J. acaba llevando el traje, quizás usándolo para compensar su maltrecho cuerpo, pero... ¿qué ocurre con la pobre Becker? Hay una peculiar teoría de los fans que asegura que la cabeza de B.J. acaba en el cuerpo de otra persona (el tráiler muestra a un mono con la cabeza de un gato, y más adelante a B.J. con... ¿una especie de cremallera en su cuello?).

Sea lo que sea, me encantó el primer nivel de Wolfenstein 2, y da buenas vibraciones de cara al resto del juego. Lo que me reafirma en ello es ver que MachineGames vuelve a ir a la yugular con la acción, las escenas, los niveles y las cinemáticas. Parece un juego alucinante, vamos.

Traducción por Josep Maria Sempere.

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