World of Goo
Un juegazo por 15 euros.
World of Goo, que ya había salido hace un tiempo para PC y Mac, llega ahora al servicio de descarga de Wii por 1.500 puntos (es decir, 15 euros). Y sería un error dejarlo pasar. Tras este halo de juego independiente molón se esconde una de las mecánicas más encantadoras y refinadas que hemos probado.
La premisa es bien simple. Es un juego de puzzles en el que tienes que construir estructuras con una serie de bolitas para conseguir llegar a una tubería. Esa tubería absorbe las bolitas que no has utilizado para crear tu estructura. Cuantas más absorba, mejor. La gran dificultad está en que las físicas son terriblemente realistas y, por tanto, tienes que pensar muy bien cómo colocar cada bolita de mugre (“goo” es mugre) para que tus edificaciones no caigan. Para que te hagas una idea puedes mirar este vídeo.
Pero, antes de nada, centrémonos un poco en la historia del desarrollo. World of Goo es un juego hecho por dos personas, Kyle Gabler (diseño, historia, arte y música) y Ron Carmel (programación y producción). Eran dos empleados de EA que atravesaban una crisis laboral y que, para solucionarlo, un buen día decidieron que se lanzarían a la piscina y crearían un estudio de desarrollo independiente: 2D Boy.
En recientes entrevistas han comentado que fue un desarrollo difícil. Tuvieron que ahorrar y pagarlo todo con su dinero. Mes a mes veían cómo su cuenta bancaria descendía peligrosamente. Tuvieron ofertas de trabajo pero las rechazaron: querían acabar lo que habían empezado. Bien por ellos, porque han conseguido traernos uno de los mejores juegos independientes de los últimos años.
Ese sentimiento y amor por el medio que han demostrado los creadores ha representado gran parte del éxito de World of Goo. Además de ser un brillante juego de puzzles es también una metáfora de lo que supone crear un juego. De hecho cada uno puede interpretar la historia de World of Goo como le de la real gana, pero esa era la intención de 2D Boy. Pequeñas bolitas que representan los desarrolladores independientes tienen que llegar a tuberías, que serían los canales de distribución mainstream. También se ha comentado la metáfora de que el “Goo” venga de “Google”. Y por medio hay una serie de críticas sociales contra la publicidad indiscriminada, la búsqueda de la belleza y el capitalismo feroz. Ahí es nada.
Podríamos decir, entonces, que World of Goo rema en la misma dirección que otros pesos pesados como Portal o Braid. Van un poco más allá de buscar la estricta diversión y proponen una reflexión paralela la mar de interesante. Con todo, no es en absoluto necesario tener que buscarle una interpretación o un sentido al argumento.