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World of Warcraft: Wrath of the Lich King

El acontecimiento multijugador del año.

Todo el mundo debería crearse un Caballero de la Muerte, por lo menos hasta completar los dos primeros niveles. Estos dos niveles sirven de introducción a la clase y presentan los orígenes del Caballero en una espectacular y desmedida demostración de poderío narrativo. Es difícil encontrar en un MMO una experiencia tan plena y satisfactoria contenida en una sola sesión de juego. Proporciona un trasfondo a la clase y a su vez enriquece la historia principal de Warcraft y de Wrath of the Lich King, y lo hace de una manera breve y amena. Un perfecto aperitivo de lo que esta por llegar.

También sirve de escaparate para una de las características menos comentadas de la expansión que es, a su vez, una de las más profundas: las fases. La inclusión de esta nueva tecnología permite a los jugadores sentir que están influenciando los sucesos en el juego, o por lo menos sentirse parte de un universo cambiante. Lo extraordinario es que se integra homogéneamente, con unas instancias mínimas y sin interrupciones en el ritmo. Completa una cadena de misiones en concreto y te aparecerá un grupo nuevo de personajes que te proporcionarán nuevas misiones, pero permanecerán invisibles a los jugadores que no hayan completado dicha cadena, sin separaros del mismo mundo persistente en el proceso.

Este sistema no está exento de sus rarezas, pero el resultado es más apropiado para un MMO que, por ejemplo, el uso de instancias en cada evento único para cada jugador que se utiliza en El Señor de los Anillos Online. La historia fluye según lo que decidas hacer en vez de forzarte a seguir un camino establecido, y raras veces te separa del resto de jugadores. Los pueblos se queman, los aldeanos huyen, los personajes mueren, las capitales son atacadas o se llenan de refugiados.

Hasta ahora, los mejores contenidos de WoW estaban reservados para los jugadores más hardcore, aquellos que se dedican a hacer las instancias de alto nivel y enemigos finales casi imposibles. Wrath of the Lich King pone a disposición de todos los jugadores la posibilidad de disfrutar de esos contenidos. Las mazmorras de banda están abiertas ahora a grupos de 10 hasta 25 jugadores, haciéndolas más accesibles a todo el mundo y proporcionando a un grupo mayor la posibilidad de ver todo el contenido del juego. No sólo eso, además se han incluido los mejores detalles de diseño y retos de las mazmorras de banda en las mazmorras de cinco personas, menores en número pero mayores en calidad (y eso aún dentro del juego que, sin duda, es el rey en diseño de mazmorras).

Admitámoslo, la mayoría de nosotros pasamos mucho tiempo jugando en solitario, y este aspecto del juego también ha recibido la parte de atención necesaria. La mejoría en las misiones cotidianas se aprecia desde el primer momento. Los detractores de WoW siempre han aprovechado para criticarlo, y con razón, por su diseño de misiones extremadamente conservador, siendo el 99% de las veces del tipo “mata X enemigos” o “recoge X cosas”. La expansión sigue inevitablemente la línea prescrita; si estás harto de recolectar alguna parte de algún animal para que te den una armadura que no va a usar… Mala suerte, aquí tendrás tu ración de ese tipo de misiones.

A pesar de ello, la experiencia global ha mejorado mucho. Si Burning Crusade aumentó considerablemente la variedad, la cantidad y los premios de las misiones, Lich King va mucho más allá. Introduce nuevos tipos de enemigos con diseños interesantes, mientras enlaza series de misiones en pequeñas dosis de aventura, que son salpicadas con personajes memorables y nuevas mecánicas para escapar de la maratón de niveles. Tan pronto te encontrarás controlando una abominación, eliminando diez enemigos de una sola explosión, a los mandos de un traje-robot-golem para colarte entre las líneas enemigas o apuntando un cañón desde la cubierta de un barco pirata.

Subir niveles suele ser algo tedioso y repetitivo. WoW, como otros MMORPG antes (te estoy mirando a ti, Lineage), nos han acostumbrado a sufrir incontables horas de aburridas tareas que podríamos calificar como “trabajos forzados”. Mata 10 lobos. Ahora mata 10 lobos más feroces. Aumentar la dificultad y repetir. La variedad y originalidad de algunas de las misiones que encontraréis en el nuevo continuente de Rasganorte es tal que cuando os estéis en los albores del nivel 80 ya pensaréis en subir otro personaje para completar las misiones que os habéis perdido por el camino.