Análisis de WRC2 - FIA World Rally Championship
Trata de arrancarlo.
La licencia oficial del campeonato del mundo de rallies de la FIA no ha estado muy bien tratada en el mundo de los videojuegos estos últimos años. Durante toda la segunda mitad de esta pasada década no ha habido juegos oficiales hasta que apareció la primera entrega de esta saga realizada por la desarrolladora italiana Milestone, y a parte de productos como DiRT o incluso el permiso dado a Gran Turismo 5 de esta licencia, sólo disponíamos de ese título.
Recientemente ha aparecido la segunda entrega de esta saga iniciada hace apenas un año. Por desgracia, este título no ha mejorado muchos aspectos de su predecesor y, en general, parece que se haya aprovechado demasiado el trabajo realizado anteriormente. Por ejemplo, muchos de los trazados de los distintos rallies oficiales han sido directamente extraídos del primer juego. No es un desastre catastrófico pero, en general, se echa de menos algo más de dedicación para hacer de éste un producto relevante.
Nada más entrar en WRC2, en el vídeo introductorio sorprende cómo, a simple vista, se aprecia un nivel de calidad de la imagen muy por debajo de lo que estamos acostumbrados a ver en esta generación, y es algo que también se nota durante la conducción. No obstante, los coches se ven bien mientras se navega por los menús, y es que, seguramente, eso es debido a que muchos de los detalles se han conseguido a partir de las texturas del modelo 3D, y al poner todo el conjunto en movimiento se ve postizo y poco creíble. Eso, junto con unos escenarios un poco simples, acentúan aún más este defecto.
No obstante, la conducción es algo más realista que en juegos de la competencia directa como DiRT. A pesar de no ser perfecta, si desactivamos las ayudas al pilotaje se aprecia un comportamiento distinto en los varios tipos de terrenos, las inercias en las frenadas y en cómo se toman las curvas. Además, las indicaciones del copiloto pueden indicar muchos y variados tipos de curvas, cambios del tipo de terreno y posiciones de los obstáculos, entre otros.
En este apartado hay que citar el doblaje de la voz del copiloto. Puede ser masculina o femenina y están dobladas al castellano de forma correcta, a excepción de algún fallo de fluidez vocal debido al montaje de frases muy largas con pedazos muy cortos -son del estilo: "derecha 3, larga, valla por fuera, asfalto...". Además de eso, las voces podrían ser algo más claras y cuesta entenderlas en medio del trazado hasta que uno se acostumbra. Pero en general no es algo muy problemático a la hora de disfrutar de la experiencia de pilotaje. Otros puntos en este apartado técnico son la apreciación del sonido de los neumáticos si derrapan en asfalto o si circulan por tierra, y el sonido de los motores varia según el vehículo, a pesar de que lo encuentro demasiado "electrónico" para mi gusto.
Los modos de juego son bastante efectivos. Entre los modos que podríamos llamar "directos" tenemos disponible poder correr un trazado de un rally, un rally entero, o un campeonato entero de cualquier número de rallies (desde cuatro hasta todos los oficiales). WRC2 dispone, además, de un singular modo multijugador local en el que hasta cuatro jugadores se turnan para realizar el mismo trazado, algo que tiene sentido si el deporte original se caracteriza por la falta de contacto directo entre los distintos participantes. De modo parecido, conectarse en línea ofrece una experiencia similar hasta con 16 participantes.
Además, el juego dispone de una escuela de rallies para enseñar las técnicas usadas en este mundillo, empezando por lo básico y avanzando en puntos como tomar horquillas usando el freno de mano y complicándolo más. En este modo están desactivadas las ayudas al pilotaje y sólo en este modo se puede usar la ya clásica línea de colores que indica las aceleraciones, frenadas y la trayectoria a seguir.
El gran qué del juego es el modo historia, en el que simulamos ser piloto y propietario del equipo. Por medio de objetivos dictados tanto por nuestros propios intereses de ganar reputación como los solicitados por los patrocinadores, se puede ir progresando hasta alcanzar la cúspide en este deporte. Mientras tanto, se pueden usar los beneficios en adquirir nuevos vehículos o en contratar miembros del equipo que pueden mejorar la mecánica de estos mismos o negociar con los patrocinadores, haciendo de éste un sistema basado en una base de datos de proporciones épicas. Quizás demasiado esfuerzo por parte de la desarrolladora por una mecánica un poco simple, algo pasiva, repetitiva y lenta desde el punto de vista del jugador. El hecho de tener que comprar desde cero y lentamente cosas menos importantes como los colores o los diseños artísticos disponibles para los coches no hace sino aumentar esta sensación.
El gran punto a favor es cómo el juego exprime las licencias oficiales, y a disposición están los coches World Rally Car con los pilotos más conocidos por todos, los SWRC, y los PWRC. Otros añadidos incluyen clásicos como los coches del Grupo B de la década de los 80 como el Peugeot 205 T16 o el Ford RS 200, joyas como el Lancia Delta Integrale o el Toyota Celica ST185, y algunos vehículos del Rally Safari - lástima que no haya ninguna prueba en Kenya. No obstante, y a pesar de tener tramos repetidos del juego anterior, hay tramos de todos los rallies del campeonato del mundo, etapas especiales y una etapa urbana en Berlín.
Otro punto a favor es la variedad en la dificultad, que combina las ayudas al pilotaje, ya sea a la hora de frenar o la forma de tomar las curvas, con el esmero con que nuestros rivales se esfuerzan en conseguir buenos tiempos. Las ayudas son a veces más perjudiciales que beneficiosas, pero el juego sigue siendo fácil incluso si se quitan, por lo que podríamos considerarlas como un complemento para iniciados o para torpes y entonces ajustar la dificultad de los vehículo de la IA a nuestro nivel. Si eso no fuera suficiente, el juego también presenta el sistema de rebobinado que ya se está haciendo popular dentro del género automovilístico.
WRC2 tiene algunas mejoras con respecto a su predecesor, pero no son suficientes y, en general, es un conjunto algo flojo con un apartado técnico a años luz de sus rivales en el mercado y un modo historia poco atractivo. Es un título para los auténticos fanáticos de los rallies por su licencia oficial y algún toque nostálgico, o para aquellos que busquen una sensación algo más realista que lo acostumbrado en juegos de este tipo por su simulación medianamente decente.