Análisis de WWE 2K22 - Un regreso a lo grande lastrado por una falta de pulido en algo más que los detalles
You think you know me.
A veces es necesario tomarse un descanso para tomar perspectiva y volver en la mejor forma posible. Esto es verdad tanto para las personas como para las franquicias; nada quema más que el no poder descansar, desconectar y hacer un necesario ejercicio de deconstrucción que nos permita entender cómo funcionan exactamente los mecanismos internos que nos componen. Por eso vemos tan poco riesgo en las franquicias anuales, y por eso llegan a fracasar tan estrepitosamente incluso cuando no asumen riesgos. Porque sin tiempo para pensar, para redefinir y entender qué se tiene entre manos, es fácil acabar hundiendo algo que, con un poco de perspectiva, podría haber funcionado.
En ese sentido, WWE 2K20 fue un absoluto desastre. Repleto de bugs, con unos gráficos desfasados y unas físicas sin ningún sentido, el juego fue un desastre de crítica y ventas que llevó a 2K a cancelar la siguiente entrega del juego, WWE2K21, alegando también el impacto del COVID en su rutina de trabajo. Pero eso no significó la muerte de una franquicia que funciona muy bien tanto en Estados Unidos como en Europa, sino la evidente necesidad de al menos un año de descanso para redefinir algunos aspectos de la misma. Esto se ha traducido en un WWE 2K22 que, tras un importante retraso tras su salida original planeada para 2021, aparece bajo la promesa de que no se repetiría el desastre que fue WWE 2K20. Y Visual Concepts, desarrolladores de la franquicia desde hace casi ya diez años, han cumplido en ese aspecto.
Lo primero a destacar de WWE 2K22 es que no es un desastre. Gráficamente no es puntero, pero nunca llega a ser decepcionante, y a diferencia de su anterior entrega, sus mecánicas son sólidas y fácilmente entendibles. Con un botón para golpe fuerte, otro para golpe débil y otro para agarre, con los combos basándose en la mezcla de estos tres botones, es un juego en el cual es fácil dominar al menos a un personaje, incluso si para jugar en serio necesitaremos dominar más que eso, ya que tenemos también botones de esquiva y bloqueo, pero que solo servirán para el primer movimiento de cada combo, teniendo que utilizar el botón de golpe o agarre que vaya a hacer en cada momento el rival para poder romper su combo, obligándonos o a adivinar lo que va a hacer o saber cuáles son sus combos para adelantarnos a los mismos. Todo esto añade un componente interactivo muy divertido a la vez que da otra capa de profundidad al juego sin hacerlo excesivamente complejo.
De hecho, una de las mayores virtudes del WWE 2K22 es que se le puede dar el mando a alguien que no haya jugado nunca en su vida y puede hacer un trabajo medianamente digno sin necesidad de aporrear los botones sin ton ni son. A esto contribuyen los avisos en pantalla, que nos dicen cuándo podemos hacer los diferentes movimientos especiales y finishers indicando qué botones usar para ello, siempre una combinación de dos de ellos, pero también la propia sencillez del juego, que acaba usando cuatro botones y dos gatillos para la totalidad de sus acciones.
Esto significa que a quienes jueguen casualmente, como si de un party game se tratara, el juego no les pondrá excesivas barreras para coger el mando y jugar un combate casual sin reglas, pero también que, para quienes quieran profundizar y jugar bonito, hay suficiente espacio como para aprender a hacerlo. Y eso se debe, especialmente, a la cantidad de modos diferentes que nos presenta este juego.
Además de los sempiternos modos de juego online y offline, WWE 2K22 nos ofrece varios modos con el cual alargar la vida útil del mismo. En el modo Carrera, aquí renombrado Mi LEYENDA, tendremos que crear nuestro propio wrestler y llevarlo desde sus orígenes como un novato dentro de la compañía hasta convertirlo en una superestrella a través de historias secundarias, feudos y peleas contras leyendas del pasado. En el modo Mi GM, que vuelve al juego tras su desaparición tras WWE SmackDown vs. Raw 2008, tendremos que elegir a uno de los directores generales de una de las cuatro marcas de la WWE y competir con los otros tres por hacer la promoción más exitosa dentro de la compañía, negociando contratos, planeando encuentros y haciendo combates que simulan la estructura de los programas semanales de la franquicia. Por desgracia, ambos modos están todavía muy en pañales; muy necesitados de un fuerte lavado de cara gráfico, tanto en la interfaz como en los modelados, también necesitan un importante trabajo en su profundidad jugable, muy limitada y apenas un esqueleto de lo que realmente deberían ser como modos de juego completos. Esta es la razón por la que, al final del día, los dos platos fuertes son un nuevo modo de juego y otro que vuelve: Mi FACCIÓN y Showcase.
Mi FACCIÓN es un modo donde tenemos que crear nuestro equipo de superestrellas, tanto masculinas como femeninas, para combatir con ellas en pruebas que van actualizándose tanto diaria como semanalmente. Las recompensan serán puntos con los que comprar sobres para abrir y conseguir cartas de otras superestrellas a las que sumar a nuestro roster, además de objetos decorativos para mejorar nuestra imagen de marca. Pudiendo comprar estos sobres con dinero del juego, pero también pudiendo invertir dinero real en su sistema de sobres aleatorios, es un modo que alarga enormemente la vida útil del juego al estar en constante evolución, pero que no deja de ser un gacha particularmente opaco, por más que Mi FACCIÓN no tenga un modo online y esté circunscrito enteramente a una experiencia PVE.
Del mismo modo, Showcase vuelve fijándose en la historia de la WWE para narrarnos el ascenso de una de sus superestrellas a través de sus combates, haciendo que tengamos que pelearlos nosotros mismos siguiendo una serie de requisitos de qué hacer en cada momento del combate para imitar lo que sucedió en la realidad, intercalando vídeos del combate real y comentarios de la superestrella entre medias. En este caso, el afortunado protagonista es Rey Mysterio, al cual seguimos a través de una docena de combates para presenciar los hitos más importantes de su carrera desde que entrara en la WCW hasta su reciente regreso a la WWE.
Por desgracia, aun con todo el amor por la WWE que hay aquí contenido, eso no exculpa todos los problemas que sigue arrastrando el juego. El más grave seguramente sea su tutorial; si bien enseña lo absolutamente básico, muchos elementos necesarios para jugar más allá del 1v1 en un match sin reglas especiales quedan sin explicar, completamente recluidos en unas explicaciones únicamente en texto que muchas veces son más confusas que explicativas. Esto, que también sucede con las explicaciones tutorializadas de qué hacer para cumplir cada objetivo del modo Showcase, hace que el juego tenga una barrera de entrada mucho más abrupta para quienes no estén ya familiarizados de entrada con la franquicia.
Para quienes tengan curiosidad por el wrestling, pero tampoco sean expertos, también hay algunos problemas. A falta de una enciclopedia, o explicaciones de cualquier clase en cada modo, es difícil saber qué tenemos que hacer exactamente para ganar, por qué nos han descalificado o qué es exactamente cada movimiento que nos marca el menú de combos. Esto lastra enormemente la experiencia al tener que acudir a una fuente externa para conocer ciertos elementos que pueden ser básicos para los fans del wrestling, pero que resultan extremadamente confusos para los neófitos, y que se arreglarían con algunas explicaciones someras o, incluso, añadiendo un pequeño vídeo que mostrara lo que vamos a ejecutar.
Si a eso sumamos una interfaz de usuario no siempre todo lo clara que debería, el juego puede resultar refrescante para los fans, pero también un hueso extrañamente duro de roer para quienes están fuera de todo el mundo del wrestling, algo que es difícil obviar en un juego que tiene unos principios más próximos al party game que al juego de lucha hardcore.
Por supuesto, nada de lo anterior implica que el juego esté mal. Quienes ya sean fans de los WWE 2K deberían lanzarse sin problemas a comprarlo, porque de hecho, para ellos, existen promesas de futuro y problemas básicamente inexistentes. Pero eso no significa que eso sea así para los demás. Esta es una entrega que entusiasmará a los fans y, a pesar de todo, debería ilusionar también a los demás. Quizás no sea la más accesible, la más bonita o la más pulida, pero sí son unos buenos mimbres a partir de los cuales construir entregas anuales que puedan pulir los detalles que no terminan de estar bien rematados. Y cuando eso ocurra, entonces quizás podamos hablar de un juego de la WWE no solo notable para sus fans, sino sobresaliente para cualquiera que sienta un mínimo de curiosidad por esta particular fusión de deporte y entretenimiento.