Yakuza 3
El dragón está de vuelta.
La variedad de acciones y movimientos es muy amplia, pero lo mejor de todo es que además es altamente ampliable. No sabemos si por influencia de GTA IV en Yakuza 3 se ha introducido una curiosa novedad respecto a la forma en cómo aprenderemos nuevas técnicas de combate. De esta manera, si en las aventuras previas Kazuma aprendía observando los movimientos de los animales, ahora se ha modernizado y aprenderá grabando con su teléfono móvil diversas acciones cotidianas que realizan los transeúntes que divagan por la ciudad.
Y pasamos ahora a uno de los puntos clave que bien podrían explicar el éxito del juego producido por el famoso estudio Amusement Vision, más conocido como el SEGA AM4. Nos referimos obviamente a la recreación de los ambientes urbanos, de los bajos fondos y de la vida nocturna en las grandes ciudades japonesas, nuevamente una de las bazas más importantes de Yakuza 3. Disfrutamos observando cómo los habitantes de la ciudad deambulan a su libre albedrío, mirando al móvil, conversando entre ellos, o tratando incluso de seducir a las mujeres que pasan por allí. Realmente se nota el mimo con el que sus programadores han querido dotar de vida a la ciudad. Y si estamos hartos de actuar como observadores siempre podremos buscar riña en combates pseudo-aleatorios que, casi sin ningún motivo, llevarán a Kazuma a luchar contra casi cualquier persona que pase por allí. Así, rodeados por un corro formado de ciudadanos sin escrúpulos, se delimitará de manera elegante y sutil el campo de batalla.
Visualmente el título cumple con un acabado gráfico espectacular a la altura de PlayStation 3. Además de ser más real que nunca, ya que en los combates podemos ver cómo los impolutos trajes de los combatientes se llenan de sangre a medida que los golpes se suceden. Las expresiones y los movimientos labiales bordan la experiencia cinematográfica que pretende transmitir la aventura. En lo referente a las escenas cinemáticas nuevamente hemos de quitarnos el sombrero en lo que se refiere a su cuidadísima elaboración. El excelente doblaje realizado por actores muy conocidos en Japón es otro de los emblemas de la saga, y realmente aquí volvemos a disfrutar de esa sonoridad tan característica de este tipo de filmes.
A todo esto no podía faltar el que es otro de los elementos que más han dado que hablar de Yakuza. Nos referimos, evidentemente, a la posibilidad que nos brinda el juego de alejarnos de la trama principal y darnos un garbeo por la ciudad para disfrutar de todo el ocio que hay en ella. Así, aunque en la versión final del título las posibilidades serán mucho más amplias, los locales a los que podemos acceder en dicha demo son abrumadoramente variados. Citando sólo algunos, por un lado están los establecimientos “culturales” como las tiendas Poppo, donde podemos ojear y comprar revistas; también encontramos las tiendas Don Quijote, llenas de todo tipo de productos variados a pesar de su curioso nombre puramente español; y si lo que queremos es comer podemos acudir desde auténticos refugios para sibaritas hasta a un fast-food para comernos una hamburguesa. Cuando se acerca la noche quizás queramos tomarnos unas copas, y es el momento de visitar los ya míticos clubes, como el Ageha, donde además de acabar bien chispas podemos intentar seducir a las chicas que allí trabajan.
Mención aparte para todo lo relativo a mini-juegos, porque las posibilidades que nos ofrece Yakuza 3 en este aspecto son algo fuera de lo común dentro de lo que podríamos catalogar como un título de acción. En la demo podemos visitar el Karaoke y desatar el lado más sensible de nuestro curtido protagonista cantando a la vez que pulsamos los botones que nos indican en el momento preciso, como si de un juego de baile se tratara. Está también el clásico Sega Club, un centro con diversas máquinas recreativas con varios juegos disponibles, desde un shooter, un juego de preguntas y respuestas o las clásicas máquinas de gancho de las ferias, donde podemos intentar coger los objetos que allí se exponen.
Es la unión de todos estos elementos, que ya se ve desde la primera parte aparecida hace cuatro años para PS2, lo que ayuda a crear esa ilusión en el jugador de encontrarse totalmente inmerso en una película de yakuzas. Nuevamente esta tercera entrega sigue ese camino, el marcado por directores de cine que van desde la tradición de los primeros trabajos de Kinji Fukasaku hasta la ultra-violencia de Takashi Miike. Nos encontramos ante uno de los futuros pilares de PlayStation 3, gracias por encima de todo a su cuidada ambientación y a la desmesurada variedad de posibilidades. Un mundo de una riqueza tal que inevitablemente hace que pensemos en la épica historia creada por Yu Suzuki con su inacabado Shenmue.
Ahora sólo queda rezar –si es posible en japonés– para que los dirigentes de SEGA se decidan a lanzar este soberbio Yakuza 3 en territorio europeo y poder disfrutar así de las aventuras de Kazuma Kiryu que tanto furor están causando en Japón a escasos días de su lanzamiento.