Skip to main content

Análisis de Yo-Kai Watch 2

Patitas furiosas.

Eurogamer.es - Recomendado sello
Un punto de entrada perfecto para nuevos jugadores: derivativo, pero con conceptos y mecánicas frescas y novedosas.

Del mismo modo que cualquier videojuego con una curva de dificultad un poco acusada que haya sido lanzado en el último lustro tiene que vérselas con la obligatoria comparación con Dark Souls, cualquier título que basa su atractivo, aunque sea de forma remota, en recoger monstruos fantásticos para hacerlos combatir entre ellos recibe una más que comprensible equiparación a Pokémon. Incluso la saga Monster Hunter -que se parece a Pokémon un poco como un huevo a una castaña- es descrita día sí, día también como un "Pokémon para adultos".

No es para menos. Veinte años después de que Pokémon Rojo/Azul alcanzara un éxito sin precedentes en los últimos estertores de la Game Boy original, la franquicia del ratoncito eléctrico amarillo, con sus más y sus menos, no ha publicado un solo título que no haya arrasado en ventas y se haya granjeado una crítica relativamente positiva. Yo-Kai Watch es tan consciente de que la comparación con Pokémon es obvia que no se esfuerza nada en disimular y fingir que no pretende hacernos bailar sobre esta misma dinámica que ya conocemos.

En este juego nuestro protagonista obtiene un Yo-Kai Watch, el gadget que da nombre a la franquicia, que nos permite ver y comunicarnos con los yo-kais, criaturas fantasmales basadas en el folclore japonés que residen en la tierra e interfieren en la vida de los humanos. Tendremos que derrotarlos para solventar determinados conflictos "corrientes", como una discusión entre nuestros padres causada por Negatalia, un yo-kai que hace que el humor de cualquiera que se encuentre a su alrededor empeore drásticamente.

En ocasiones, después de la batalla estos yo-kais se acercarán a nosotros y nos ofrecerán ser nuestros amigos, permitiéndonos guardarnos su "medalla" para poder invocarlos en combate, y así derrotar a otros bichos más fuertes o utilizar convenientemente sus habilidades para ayudar a otros personajes. El sistema de combate, aunque se basa en los turnos, es más dinámico que los RPG tradicionales; nuestro equipo, compuesto por seis monstruos (tres en primera fila, y tres "de reserva" que podremos ir rotando según nos convenga) fluctúa automáticamente entre tres tipos de ataques predeterminados con los que encarar a los enemigos. Nuestro papel se limita a cambiar sus posiciones estratégicamente, ejecutar ataques especiales y curarles cuando estén heridos, mediante una serie de minijuegos que son definitivamente más sencillos de explicar que de ejecutar en el calor del encuentro.

Yo-Kai Watch 2: Carnánimas y Yo-Kai Watch 2: Fantasqueletos son esencialmente el mismo juego, pero hay ciertos yo-kais que sólo pueden atraparse en cada una de las versiones.

Algo en esto de recolectar y combatir suena familiar. Es fácil ver que estamos hablando de una saga extremadamente derivativa, y el primer título de 3DS ya giraba alrededor de conceptos ya conocidos para prácticamente cualquiera que posea una consola portátil de Nintendo. Por eso Yo-Kai Watch 2 decide quitarse la careta del todo e incluso adopta el ya conocido modelo de lanzar dos versiones con leves diferencias: Yo-Kai Watch 2: Carnánimas y Yo-Kai Watch 2: Fantasqueletos son esencialmente el mismo juego, pero hay ciertos yo-kais que sólo pueden atraparse en cada una de las versiones, así que si quieres tenerlos todos tendrás que intercambiar con tus amigos.

Es difícil entender Yo-Kai Watch 2 sin saber que fue publicado en Japón en julio de 2014, un añito raspado después del lanzamiento del primer título de la franquicia para la misma consola. Un lanzamiento un poco apresurado fruto de la creciente popularidad del videojuego y el anime en Japón, pero que no tuvo tanta repercusión en Europa como para que la localización se diese prisa. Han hecho falta tres años para que las consolas europeas y americanas pudiesen dejarse encandilar por el folclore japonés versión cartoon, pero el mundo no ha dejado de girar porque Occidente no estuviese mirando. Yo-Kai Watch ha tenido una influencia bastante marcada en títulos similares por la introducción de conceptos novedosos en un género que a estas alturas es ya tan clásico como inmovilista. Y quizás le desmerece un poco a día de hoy que a Europa y Estados Unidos nos hayan llegado antes los videojuegos que han sido influenciados por este, como Pokémon Sol y Luna, que saca algunas de sus grandes novedades de aquí, que el propio Yo-Kai.

Ver en YouTube

Yo-Kai Watch 2 es un punto de entrada perfecto para nuevos jugadores: las primeras cinco horas de juego nos resumen, de forma relativamente rápida, los eventos y la esencia de la primera entrega para después encaminarnos a mapas, zonas y mecánicas nuevas. El arranque del juego es a la vez virtud y defecto: si bien puede servir como reclamo para jugadores novatos, aquellos que ya hubiesen jugado previamente a la saga probablemente encuentren algo tedioso tener que recorrer los mismos mapas y tener que solventar situaciones ya conocidas. A pesar de eso, una vez pasada la barrera de las primeras horas el juego despega, y las similitudes con la primera entrega se acortan.

Estamos hablando de un juego claramente orientado al público joven, y como es de esperar, es bastante amable con el jugador; si bien es cierto que su curva de dificultad, en algunos momentos, alcanza picos más elevados de lo que nos esperaríamos, la forma de superar estas dificultades suele ser pensar con calma y planificar mejor la estrategia en lugar de gastar horas sin sentido subiendo niveles. A pesar de eso, si en algún momento nos vemos con necesidad de derrotar enemigos constantemente para subir hacernos más fuertes - que no es muy probable, porque el juego facilita otras formas de conseguir experiencia en caso de atasco - la opción de aumentar la velocidad del combate, uno de sus grandes aciertos, hará la tarea menos dolorosa.

Aun con sus ventajas, las mecánicas de Yo-Kai Watch tienen dos puntos flojos. El primero es lo mucho que depende de la aleatoriedad, especialmente a la hora de atrapar yo-kais: sólo tenemos una oportunidad por combate de conseguir que un yo-kai se haga nuestro amigo. Nosotros podemos incidir sobre la probabilidad de que esto suceda dándole comida que le guste, pero en realidad, no hay forma de asegurarnos que el monstruo que queremos se viene con nosotros. Si no tenemos éxito, deberemos buscarlo de nuevo e intentarlo otra vez, con escasa garantía. Este sistema, en un juego que nos exige atrapar ciertos tipos de criaturas para avanzar en la aventura, supone un inconveniente en medio de un modo de juego que por todo lo demás nos da casi total libertad para avanzar como queramos.

El segundo defecto es que hay muchas cosas que el juego no te explica. El sistema de evolución de yo-kais, por ejemplo, es más complejo de lo que cabría esperar, pero rara vez te lanza alguna pista sobre qué objeto hace falta fusionar con qué bicho para hacerlo más fuerte. De hecho, y a pesar de que me gustaría mucho recomendar la localización española del juego porque es una traducción muy buena, con gran esfuerzo en traducir incluso los nombres de los yokais y un doblaje bastante conseguido, quizás sería más fácil para aquellos que planeen pasar largas horas en este juego simplemente cambiar el idioma de la consola a inglés, porque va a haber ciertas informaciones que van a tener que buscar, y los datos son más sencillos de conseguir en este idioma que con los nombres traducidos de los monstruos.

Yo-Kai Watch 2 es un punto de entrada perfecto para nuevos jugadores: las primeras cinco horas de juego nos resumen, de forma relativamente rápida, los eventos y la esencia de la primera entrega para después encaminarnos a mapas, zonas y mecánicas nuevas.

A pesar de estos factores, también hay multitud de cosas donde el juego acierta de lleno, y quizás el más notable es la sensación de cotidianeidad que consigue plasmar con ciertos detalles. No podría cerrar este texto sin dedicarle unas líneas al sistema de tren del juego, que nos permite desplazarnos de zona a zona. No siempre hay que usarlo, y cuando avanzamos encontramos formas más rápidas de transportarnos, pero a la hora de descubrir una misma zona siempre tendremos que subirnos y esperar a que llegue nuestra parada, como haríamos en la vida real. Todos los yo-kais tienen su propia historia y su función y eso hace que nos interese atraparlos por motivos que van más allá del hacernos más fuertes. El juego utiliza conceptos y situaciones cotidianas y habituales y les da una explicación fantástica y menos creíble pero más divertida, animándote a mirar las cosas con nuevos ojos, hasta el punto de que a veces es difícil no trasladarlo a nuestro propio día a día. Probablemente vas a pensar en Prestragón, el yo-kai que hace que la gente no devuelva los objetos prestados, la próxima vez que un amigo se quede algo tuyo más tiempo del que debería, o de Rebelcebú, que vuelve a la gente maleducada, después de alguna interacción poco agradable con algún desconocido en el transporte público.

Es más que evidente que mucha gente pasará por alto este título por parecer un poco más de lo mismo. Y me gustaría defender que no hay que pensar en Yo-Kai Watch 2 como en una copia sino como una simbiosis perfecta: de lo fresco y nuevo y con más margen para el riesgo y la fórmula inmovilista que funciona igual de bien que siempre. La coexistencia de ambas sagas puede, en última instancia, garantizarle al género de los RPG con animalitos simpáticos el éxito al que ya están acostumbrados durante todavía más años. O quizás no, y la moda desaparezca tras unos pocos meses. Pero aun así, e incluso cuando haya pasado el tiempo suficiente como para que me haya olvidado de todos los pequeños detalles del juego, sé que seguiré acordándome de Jibanyan cada vez que cruce un paso de cebra en rojo.

Me gusta pensar que sólo eso hace que merezca la pena.

También te puede interesar