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Yurukill: The Calumnation Games mezcla novela visual y shoot'em'up con mucho talento, pero tiene un defecto

Like a damn sociopath.

Un prisionero condenado injustamente a cadena perpetua por un asesinato en masa que no cometió tiene, gracias a una serie de extraños acontecimientos, una oportunidad para redimirse y demostrar su inocencia. Una extraña mujer con máscara de zorro le ofrece la oportunidad de participar en los Yurukill Games, una especie de competición sádica en la que tendrá que hacer equipo con un desconocido - su “ejecutor” - para superar una serie de pruebas mortales. Se verá obligado a competir con otros prisioneros en situaciones similares en cada obstáculo, y sólo uno de ellos conseguirá la absolución… si sobreviven. Los ejecutores tienen, sin embargo, la posibilidad de acabar con la vida de los prisioneros en cualquier momento.

La premisa de Yurukill: The Calumnation Games suena a regalo para cualquiera que haya jugado Danganronpa, o Zero Escape. O quizás, incluso para cualquiera que el año pasado se viese atrapado en el fenómeno que generó El Juego del Calamar. Los death games, este género en el que varios personajes tienen que luchar por su vida y supervivencia en estrambóticos y peligrosos juegos, lleva unos años en alza dentro y fuera de Japón; y Yurukill, sin ocultar sus evidentes referencias, nos ofrece su propuesta dentro de este área. Un título guionizado por Homura Kawamoto, autor del manga Kakegurui, que nos ofrece un giro de guión nada más entrar a la pantalla de título: es una novela visual, sí, pero también un juego de naves.

Durante grandes segmentos del juego, avanzaremos como en una visual novel tradicional, con algunos elementos de puzles e investigación. La ambientación del juego, la verdad, es un pelín predecible: un parque de atracciones siniestro como escenario, una señora vestida de animal como maestra de ceremonias y un grupo de personajes con transfondos dispares y extraños que desconfían activamente los unos de los otros. Pero, en la práctica, funciona bastante bien: desvelamos poco a poco el crimen cometido por cada uno de ellos, vemos como se desarrolla la relación con sus ejecutores y hacemos cábalas sobre quién será el verdadero responsable de todas las cosas extrañas que suceden.

Los Yurukill Games están divididos en varias pruebas, y al final de cada una de las pruebas nos enfrentaremos a una fase de shoot’em’up. La excusa narrativa es que prisioneros y ejecutores tienen que enfrentarse unos contra otros, en una especie de interfaz de realidad virtual, para llegar a conclusiones sobre los sucesos que acaban de vivir y llegar a una conclusión sobre si quieren seguir colaborando juntos. Durante el progreso de la historia iremos alternando entre los puntos de vista de los distintos prisioneros y, como tal, nos pondremos en sus zapatos cuando toque subirse a la nave y disparar un rato. Cada personaje tendrá una nave con distintas características: algunas más rápidas, otras con más rango, otras más ágiles pero con menos capacidad de daño…

Lo que en origen parece una excusa para mezclar dos tipos de juego totalmente diferentes acaba dándole una estructura muy particular y original a la trama. Al principio de cada fase de naves, tendremos que contestar una serie de preguntas sobre el capítulo que acabamos de jugar, y las respuestas correctas que obtengamos determinarán el número de vidas con el que abordamos cada fase. Después, los segmentos están divididos en tres tramos en los que tendremos que enfrentarnos a los disparos enemigos, que progresivamente se van tornando más complejos. Al final de cada fase, nos enfrentaremos a un jefe creado con las características y la personalidad del ejecutor del prisionero al que estemos interpretando. Y, al vencerle, tendremos que enfrentarnos a un pequeño juicio, en el que presentaremos las pruebas necesarias para que el personaje siga fiándose de nosotros y acceda a seguir colaborando con nuestro personaje durante un capítulo más. Si presentamos las pruebas incorrectas, perderemos vidas, y si perdemos todas las vidas, terminará la partida y tendremos que empezar la fase shoot’em’up desde el principio. Así, hacerlo bien en la fase shoot’em’up nos da más margen para fallar en nuestros razonamientos o presentar pistas incorrectas, y presentar pistas correctas nos da más margen para poder fallar en algunos de los enfrentamientos con los jefes. La combinación de ambas cosas hace que estos segmentos sean, con diferencia, las partes más tensas del juego, pero también las más emocionantes, ya que sentimos que nos ponen a prueba y nos incentivan a prestar atención y a analizar muy bien toda la información que el juego nos presenta en cada momento. Si al principio de la trama quizás nos parece un poco extraño mezclar dos géneros tan diferentes en un mismo título, en la mitad de éste y, sobre todo, en los compases finales, estaremos esperando con ganas estos combates.

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La excelencia con la que Yurukill: The Calumnation Games consigue generar tensión, expectativa y momentos memorables en las fases de disparos se disuelve bastante en el transcurso del resto de la trama. A pesar de que no creo, en general, que el juego esté mal escrito, sí me temo que tiene un problema. No sé cómo decir esto sin sonar como una sociópata, pero ahí va: Yurukill es un death game que tiene demasiado miedo de herir a sus personajes. Si parte de la gracia del género es, precisamente, que la posibilidad de que nuestros personajes favoritos fracasen en cualquier momento y pierdan, y se encuentren con un final trágico, en Yurukill rara vez nos encontramos con este tipo de situaciones. Sin entrar en spoilers, lo más común dentro del juego es que las situaciones límite que se nos plantean terminen por no ser para tanto porque alguien se saca un as de la manga que permite que los personajes accedan, cómodamente y sin ningún rasguño, al siguiente capítulo. Como tal, la tensión de las circunstancias y de la ambientación se diluye poco a poco conforme avanzamos: en la décima ocasión en la que se nos amenaza de muerte pero somos conscientes de que es extremadamente improbable que le suceda nada malo a nadie empezamos a perder interés por las revelaciones trágicas o por los momentos emocionales que se nos presentan.

Si este defecto no mata por completo al juego es porque la aventura es, la verdad, bastante breve para los estándares a los que estamos acostumbrados en los títulos de este estilo. Yurukill: The Calumnation Games puede terminarse en poco más de diez horas, y aunque la resolución de algunas situaciones sea un poco decepcionante, el final sí es lo suficientemente intenso como para no dejarnos mal sabor de boca. Si sois adeptos del género, probablemente lo disfrutaréis igualmente; aunque, seguramente, también echaréis de menos un poco de drama.


Yurukill: The Calumnation Games se publicará el próximo 5 de julio en Nintendo Switch, PlayStation 5, PlayStation 4 y PC. De momento, no hay localización al castellano y sólo está disponible en inglés.

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