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A todo gas

Los simuladores y arcades de carreras que vienen.

Todo esto son noticias cretácicas, pero el tráiler del E3 trajo buenas nuevas entre su metraje. Para empezar, y dejando de lado el apartado gráfico espectacular esperado por todos, se confirman las licencias de NASCAR y WRC, competición que empezábamos a echar de menos en el mundo electrónico, y la incorporación de un sistema de daños, como poco en la segunda categoría. El tráiler mostraba un Subaru con el frontal dañado, aunque no de forma estructural, pero no hacía lo mismo con el resto de vehículos. Es razonable suponer que, siendo los destrozos una parte indispensable del atractivo del WRC y especialmente la NASCAR ambas categorías lo tendrán implementado. El estudio de Sony anuncia daños en el juego, de forma genérica, así que seguimos a oscuras respecto a los demás modelos presentes en el juego. Por lo demás no ha habido ninguna mención sobre el sistema de físicas que rige el juego y causante de la relación amor/odio que éste genera. Para el arriba firmante —yo— el juego está lastrado por unas leyes rígidas y cuadriculadas que se retrotraen a la primera entrega de la saga: una base arcaica. Para los fans, el silencio de Kazunori es la mejor noticia que podrían tener. En cualquier caso GT5 promete ser más grande que nunca, y eso es decir mucho.

Polyphony destina parte de sus esfuerzos a Gran Turismo PSP, desvelado finalmente en este E3 después de ser anunciado en otra era geológica bajo el nombre de GT Mobile, y que en principio estuvo pensado para acompañar a la PSP en su lanzamiento a la vez que ejercía de sidekick de Gran Turismo 4. Ha llovido mucho desde entonces. El juego, ya rebautizado, fue presentado en la última conferencia de Sony con un vídeo CG que poco o nada tenía que ver con el aspecto real del juego. Una torpeza porque el producto final, obviamente muy lejos del preciosisimo de las versiones de sobremesa, luce bastante bien para un hardware de naturaleza portátil. Mucho más importante que eso es la intención de hacerlo funcionar a 60 fps en todo momento, la posibilidad de un multijugador por Wi-Fi o la monstruosa cifra de 800 coches que se ha mencionado en varios medios —y se mantiene en la página de GT PSP en Wikipedia—.

Realismo y simulación asequibles

No es poca, por supuesto, la gente que no dispone de tiempo ni ganas para dedicarse a simuladores tan exigentes — dicho esto con el permiso de SimBin—. Ellos también tienen motivos para sentirse optimistas. Los que quieran quedarse a medio camino, esto es, con el feeling de la competición seria pero sin el temperamento inmisericorde de los anteriormente mencionados, pueden poner sus esperanzas en el último Need for Speed: Shift.

Need for Speed: Shift - Estilos de conducción.

Nadie, ni sus más testarudos defensores, puede negar que la saga de EA ha ido de más a menos desde, digamos, Porsche Unleashed, con un aceptable Underground 2 a medio camino. Y el mercado así lo ha hecho notar: tras el boom del tuning las ventas han empeorado hasta el punto de obligar a redistribuir, signifique lo que signifique eso, a los integrantes de EA Black Box, responsables del último Need For Speed Undercover. Esta pequeña crisis ha desembocado en una reinvención de la saga, que prueba suerte con una ambientación de competición urbana, pero de apariencia legal, tras un tímido intento con ProStreet. Shift pretende ir más lejos deshaciéndose, según impresiones de la demo del E3, del polémico —como poco— sistema de control al que nos tenía acostumbrado, siempre sin abandonar sus credenciales arcade.

EA ha aprovechado para tomar elementos de Project Gotham, implementando su propio sistema de kudos y recompensas a tu estilo de conducción —uno siempre ha querido ser premiado por su tacto de pedales a lo Jim Clark—, y se ha esforzado por equipar al juego con cierto sentido del espectáculo. Parte del drama se debe al sistema de cámaras y efectos que empleará y que, a semejanza del GRID de Codemasters, hará que nuestro punto de vista se sacuda, difumine y tiemble en función de lo que ocurra sobre el asfalto. Una característica interesante que Forza 3 y GT5 deberían adoptar; al fin y al cabo, el piloto sufre su parte con los avatares de la carrera, y no es propio de un simulador que se nos lo muestre como un testigo inmutable. Imprescindible anotar que Slightly Mad Studios, desarroladores de Shift, está compuesto por el equipo encargado de GT Legends y GTR2 con colaboraciones puntuales de otros veteranos de proyectos como Richard Burns Rally. Por pedigrí no será, desde luego.

Blur - Primer Tráiler

Bizarre, creadora de los excelentes Project Gotham —y MSR— ha estado dedicando su tiempo a Blur, un arcade puro y multiplataforma con una buena dosis de violencia automovilística en la mejor tradición de Twisted Metal o Full Auto, sin ametralladoras —lástima—, pero sí con distintos tipos de power-ups. Es, en realidad, una suerte de cruce entre Mario Kart y PGR con coches reales. Lo cual es sorprendente en un título de este tipo, teniendo en cuenta la reticencia de las marcas a mostrar sus preciosos retoños en cualquier tipo de luz negativa. Al parecer, Bizarre lo ha logrado renunciando a las marcas de lujo como Ferrari y Porsche, y las demás no han mostrado demasiados inconvenientes siempre que se muestre a sus rivales de la misma manera. De Blur sabemos poco y hemos visto menos, pero la entidad de sus creadores en el mundillo racer justifica el interés depositado en este proyecto.