A todo gas

No es el único título que va a combinar conducción y violencia. Split Second está siendo desarrollado por Black Rock Studio, que no es un nombre excesivamente popular en la industria pero sí responsable de los MotoGP de THQ y el sorprendente y divertidísimo Pure, entre otros. Buenos antecedentes para desarrollar un arcade extremadamente alocado en el que acciones scriptadas y activadas por los corredores varían el desarrollo de la carrera. Sin mesura ninguna, con enormes explosiones en los alrededores del circuito que lo llenan de escombros o, claro que sí demonios, un 747 aterrizando en dirección contraria. Todo esto, cómo no, bajo el pretexto de un ultraviolento y futurista programa de televisión. Desde luego todo está demasiado cogido por los pelos como para despositar en él una confianza ciega, pero quizá la escala del espectáculo y la falta de complejos sean suficientes para justificarlo. Si Blur era Mario Kart éste, que también debe mucho al clásico de Nintendo, es Death Race 2000. Con Michael Bay en el asiento de Roger Corman.

Hay vida más allá del asfalto —y las explosiones gratuitas—. Codemasters vuelve a intentarlo con el multidisciplinar Colin McRae: DiRT 2, el primero desarrollado tras la desafortunada muerte del escocés, y añade aún más variedad a su modo World Tour con carreras en el interior de cañones y recorridos selváticos, sin duda inspirados por Motorstorm y su secuela. Codemasters, por cierto, ha vuelto a promocionar el juego con imágenes retocadas que no tienen nada que ver con el juego definitivo, a pesar de verse éste estupendamente bien al natural. De Codemasters y sobre pistas de tierra corre también FUEL. El más inminente de todos los mencionados en este artículo —probablemente haya salido ya a la venta— se centra más en carreras abiertas por un escenario desértico gigantesco con vehículos aparentemente construídos con chatarra. Las primeras críticas señalan a un mundo abierto demasiado vacío, aunque habrá que esperar a probarlo.

La competición reina

Y hablando de esperas, ninguno con tantos seguidores impacientes como los nuevos títulos de Codemasters con su flamante licencia oficial de F1. Muchos aficionados recibieron dolidos en su día la noticia de la compra en exclusiva de los derechos por parte de Sony, justo cuando GP4 y el F1 2002 de EA, ambos excelentes juegos, acababan de ver la luz. Las distintas entregas de Studio Liverpool funcionaron bien en el mercado —en España contaron con el empujón extra de la Alonsomanía— pero fueron recibidas con cierta frialdad, o abierto desdén, por los aficionados más veteranos. El cambio de poder trae algunas esperanzas de volver a disfrutar de un simulador a la altura de lo que exige el ¿súmmum? de la competición automovilística.

Antes de recibirlo en consolas HD y PC, por cierto, Codemasters planea publicar un F1 2009 en Wii y PSP del que apenas se han visto un puñado de capturas no muy halagüeñas. Esto es un juicio prematuro y posiblemente injusto, pero la experiencia nos dice que este tipo de desarrollos conjuntos y tan breves son mala señal. O quién sabe, quizá infravaloro la habilidad de Sumo Digital y estoy metiendo la pata hasta el corvejón. Esperemos que así sea.

Ocurra lo que ocurra, casi todo el mundo estará de acuerdo en que el plato fuerte de la dupla es F1 2010. De él sabemos aún menos que de su hermano menor y no hemos visto nada, pero algunas declaraciones de miembros del equipo invitan al optimismo al asegurar que el juego estará dividido en dos —sus propias palabras— de forma que satisfaga por completo a los jugadores casuales y a los más exigentes sin tener que llegar a un compromiso que no suele satisfacer a nadie. Se ha hablado de la importancia de la temperatura de los neumáticos en el juego, del respeto al reglamento —algunos casi vemos aquí algo más inverosímil que inmersivo— e incluso de las ceremonias con champán. No todo son loas, porque también han confirmado que el juego no permitirá mods, una medida entendible desde el punto de vista empresarial pero lamentable para una comunidad tan increíblemente activa como los fans del gran circo, que han mantenido vivo el Mundial en compatibles con un trabajo excepcional sobre títulos ya abandonados. Tampoco parece muy probable que se implemente algún sistema de actualizaciones para mantener modelos y plantillas actualizados durante toda la temporada —ya no hablamos de la siguiente, claro está— a semejanza de otros títulos deportivos. Y es que para algunas cosas parece que vamos muy por detrás.

Eso es, de un vistazo brusco y posiblemente lleno de lagunas, lo que nos espera los próximos meses. Es probable que haya dejado algunos en el tintero o que haya omitido detalles importantes, aunque puedo prometer que si así ha ocurrido se debe a mi ineptitud y no a ninguna intención oscura. Así que,por favor, os animo a compartir vuestras opiniones, debatir las mías o llamarme imbécil por osar compararme con Jim Clark, sé que me lo merezco. Pero regocijémonos todos ante el buen estado de la Nación Racer.