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Alan Wake

Salgamos de dudas... ¿de qué va este juego?

En realidad, lo que la desarrolladora quería explicar es que el título sigue los pasos del último Alone in the Dark, es decir, la aventura se divide en episodios "televisivos" en los que no faltará el típico "en anteriores capítulos de Alan Wake...". Además, tanto la narración como la ambientación beben bastante de la mítica serie Twin Peaks, donde el siempre polémico director David Lynch demostraba que tras la capa amable de los pueblos pintorescos se oculta el rostro más cruento de la maldad humana.

La tendencia actual del doblaje en los videojuegos consiste en vanagloriarse de tener actores de voz profesionales e intentar que el jugador no se dé cuenta de su nefasta dirección y de los problemas de interpretación que ésta conlleva. Por suerte, Alan Wake es una milagrosa excepción que no sólo cuenta con las aportaciones de dobladores de renombre como Lorenzo Boteta –David Duchvony, Robert Sean Leonard– o de Conchi López –Jennifer Morrison– para los papeles principales, sino que además el resultado está a la altura de las circunstancias.

El inminente proyecto de los creadores de Max Payne no es lo que muchos esperaban que fuese. No es un título ambicioso que pretende aunar una historia potente con un mundo abierto y sin restricciones. No es un juego de miedo repleto de monstruos con extremidades de más. No es una aventura distribuida por episodios, ni gozará de un lanzamiento pintoresco.

He aquí la gran pregunta suscitada por las anteriores negaciones: ¿Alan Wake será un juego más convencional de lo que parecía? Para nada.

Wake huye del concepto 'caja de arena' en esta imagen metafórica sobre la fragilidad de los desarrollos de videojuegos. O no.

El jugador se enfrentará a sombras enloquecidas que lo acosarán en todo momento, incluso no dudarán en utilizar una grúa para destrozar su refugio improvisado. Las emociones tendrán un papel importante, como cuando Wake descubre que su mujer tiene miedo a la oscuridad y juntos se quedan abrazados bajo el cobijo de la llama de una vela. Las interacciones con los personajes serán inesperadas, y hasta a veces divertidas; sirva de ejemplo la escena en la que el editor del protagonista le pega una charla lenta y cansina que se va tornando auto-paródica conforme ambos se patean un búngalo en pos de pistas sobre el paradero de la esposa del protagonista.

Por no olvidar “La noche despierta”, un programa que homenajea a The Twilight Zone y que contiene situaciones tan esperpénticas como la explicación científica de los "suicidios cuánticos". O la enfermiza obsesión de los pueblerinos por la fiesta del Venado, hasta el punto que las pesadillas nocturnas incluirán debates radiofónicos sobre el evento. ¿Y qué hay de esa fuerza invisible y poderosa que vigila a Alan y que es capaz de derruir árboles a su paso?

Alan Wake es Remedy en estado puro: una atracción de feria lineal pero efectiva repleta de giros narrativos y secuencias tan originales como trepidantes que de ninguna forma hubiesen tenido cabida en un planteamiento "caja de arena". Por supuesto, el título todavía tiene mucho que demostrar, pero como mínimo ahora los lectores sabrán a qué están a punto de enfrentarse: a una pesadilla perturbadoramente seductora y poco convencional de la que nadie querrá despertar.

Alan Wake saldrá a la venta en exclusiva para Xbox 360 el próximo 14 de mayo.

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