FIFA 12
No hay nada más peligroso que no arriesgarse.
Las consecuencias de este cambio se expanden a casi todas las áreas de la jugabilidad. El atacante tiene no solo más tiempo para avanzar, sino que ahora también más espacio. Eso da lugar a nuevas fintas y cambios de sentido y de ritmo, a una circulación más madura. Puedes pensar, y ahora tus fallos son más tuyos que nunca porque las decisiones dependen más de tu talento.
El tridente de FIFA 12. Ya nos han machacado suficiente con eso, y detesto utilizar la terminología con la que nos machacan a fuego y que repiten sin parar para que sin querer te la acabes haciendo tuya, pero es que no tengo más remedio. Hablo de las dos otras novedades que, sumadas al sistema de defensa, marcan la diferencia. Todas tienen mucho que ver entre sí.
Una de ellas es el regate de precisión. Cada jugador, y depende mucho de sus habilidades, se adapta dinámicamente al contexto y modifica su posición y ritmo para proteger la pelota. Los centrocampistas como Xabi Alonso o Iniesta dan ahora pasitos más cortos y precisos cuando alguien les acecha, y eso permite que se puedan zafar de la presión solo con movimientos del stick izquierdo. En general funciona también con los extremos y los delanteros, y eso hace que regatear sea algo más asequible. Evidentemente puedes hacer las filigranas de toda la vida, pero ahora también es muy factible, sencillamente, ir dando vueltas sobre ti mismo para intentar despistar al otro y encontrar un espacio por el que meterte. Lo mejor de todo es que sale natural, casi ni te das cuenta.
A eso hay que sumarle otra curiosidad que mucha gente está pasando por alto pero que puede tener implicaciones importantes, sobre todo en los cientos de miles de vídeos fiferos que pronto se empezarán a colgar en YouTube. Estoy hablando del glorioso botón de la espectacularidad (RB/R1), que embellece los pases y balones altos. Se pierde precisión, pero se gana en espectacularidad y, a veces, en rendimiento. La mayoría de lo que salen son de tacón; si alguien te dobla puedes pasarle la pelota a lo Messi-Alves, o sin mirar, por detrás o con una pequeña finta. Y fácil.
Enlazan perfectamente con ese tercer elemento del que hablábamos, el motor de físicas. Por suerte para todos los que hayan jugado a la demo en la versión final está muchísimo más arregladito. Sí, volveremos a ver recopilaciones de fallos y reacciones desmesuradas, pero tú te vas a encontrar una en cada mil partidos. Pero a lo que vamos. El motor de físicas se ha hecho casi de cero y los choques entre jugadores son fabulosamente reales, hasta el punto en el que cuando hay lesiones éstas suceden justo en las zonas golpeadas. También repercute en la forma en la que protegemos el balón -de ahí lo de los pases espectaculares; mientras lo escondes puedes lanzar pases de tacón cuando alguien pasa flechado por tu lado- y aumenta el valor de determinado estilo de jugador, como puede ser el caso de Messi o de Higuaín. Tienen el centro de gravedad muy bajo y una estabilidad extrema y son capaces de ir esquivando piernas sin frenarse. El único problema que hemos detectado es que los árbitros, a veces, toman decisiones algo controvertidas y aleatorias. Pero, en general, es un cambio bienvenido y que dará mucho juego.