Artículo de coleccionista
Esas Cajas de Pandora que nos vuelven locos.
Si el poeta de la antigua Grecia Hesíodo levantara cabeza seguramente se preguntaría por qué no se le ocurrió en su día vender su mítica Caja de Pandora por eBay. Y es que un simple vistazo a la página de subastas online más visitada revelará que muchos individuos han puesto a la venta el presunto origen de todos los males al "módico" precio de 300-400 euros. No obstante, aquellos usuarios que logren adquirir uno de estos peculiares objetos no tendrán en su poder el arma definitiva, sino la edición especial de God of War III, cuyos contenidos se encuentran en el interior de la réplica de uno de los elementos clave de la trilogía de Kratos y de los mitos en los que se sustenta la susodicha.
Licencias históricas aparte, el lanzamiento de la última aventura del espartano gruñón ha desencadenado un negocio paralelo cuyos orígenes no se remontan al hurto del fuego primordial sino a inicios de enero de este año. Pocos días después de que Sony anunciase la Edición Exclusiva de la Trilogía -en forma de atractiva Caja de Pandora, ésta desapareció de la faz de la Tierra, en parte por los fans incondicionales de la saga y en parte por los pérfidos especuladores, que reservaron más de una unidad para subastar las restantes por eBay a precios de proporciones titánicas.
Este acto ignominioso digno de recibir como castigo todas las némesis habidas y por haber es tan sólo una de las consecuencias de la nueva tendencia por parte de las desarrolladoras de convertir lo especial en rutinario. Las estanterías de la sección de videojuegos de cualquier establecimiento han sido invadidas por cajas que contienen figuras de plástico a un paso de convertirse en carnaza de mercadillo, caratulas holográficas cuyos personajes se burlan de su comprador cuando éste les da la espalda y estuches metálicos que intentan justificar en vano el inminente sablazo económico.
¿A qué se debe esta aglomeración de ediciones especiales? Una de las explicaciones posibles podría ser el aumento del mercado de segundo mano debido a la crisis económica o a un cruce de brazos colectivo para expresar rechazo hacia el precio estándar de los títulos. Ciertos establecimientos no se avergüenzan en convertir la sección de juegos usados en el eje central por el que giran sumisamente el resto de los productos en venta, por no olvidar las ofertas especiales en las que el comprador interesado puede adquirir gratuitamente un videojuego recién salido del horno a cambio de unas cuantas hogazas con un poco de moho. Y la "voluntad", claro está.
Antaño, las expectativas alimentadas a partir de condimentos precocinados como imágenes, videos, primeras impresiones... bastaban para que los fans más empedernidos salieran a la caza y captura de la nueva entrega de su serie favorita al mínimo indicio "foril" de que alguna tienda había ignorado la fecha oficial de su lanzamiento -convirtiendo las secciones de atención al cliente de estos establecimientos en un infierno temporal para sus trabajadores. Actualmente, los entusiastas "me lo pillo inmediatamente" han dado paso a los más tímidos "bueno, me esperaré un tiempo a que baje de precio o quizás lo compre de segunda mano...", así que las compañías se han visto obligadas a recurrir a un mecanismo ya aposentado en otros medios: las ediciones de coleccionista.