Assassin's Creed II
¿Renacimiento?
El primer Assassin’s Creed vendió muchísimo pero era un juego bastante deficiente en varios aspectos. Eso les daba algunas pistas valiosas a los de Ubisoft Montreal.
La más importante, que la fórmula funciona y es de éxito. ¿Qué era lo bueno y qué hizo que vendiese tantísimo? Escenarios abiertos, gráficos espectaculares, una dirección de arte fabulosa y que te permitiesen correr libremente por donde quisieses, haciéndote sentir como un ronin sigiloso.
La otra pista, y pocos desarrolladores lo han tenido delante de forma tan evidente, era la lista de fallos enumerada hasta la saciedad por todas las revistas especializadas —o por lo menos por las que tienen algo de criterio— de lo que debían mejorar. El desarrollo era linear y aburrido, la estructura de las misiones extenuantemente repetitiva y técnicamente había unos bugs imperdonables.
Veamos, pues, si lo han hecho bien.
En los primeros minutos del juego encarnamos a Desmond Miles en el año 2012. Los que jugasteis a la primera entrega ya lo conoceréis; se trata de un tipo que se mete en unas máquinas llamadas Animus y que viaja al pasado para encarnar a algunos de sus ancestros, que son asesinos famosos. Le acompaña Lucy Stillman —que es una no muy bien modelada Kristen Bell— y un par más de secundarios hackers y algro frikis que te ayudan a sabotear a Abstergo, una asociación con fines más que siniestros.
Las primeras escenas del juego son terribles y totalmente anticlimáticas, y podrían ser un perfecto ejemplo de cómo no empezar una historia. De hecho todo lo que sucede fuera del Animus parece una muy mala idea que está peor ejecutada, pero justificable si Ubisoft está pensando en un argumento a largo plazo, que va a ser que sí. Además, durante todo el juego he tenido la constante sensación de que querían explorar una narrativa original, muy metavideojuego —al final hay un tramo en el que es evidente, ya lo veréis— pero el resultado es bastante desconcertante.
Por suerte al cabo de poco nos sumergiremos en el oscuro pasado de los ancestros asesinos de Desmond gracias a nuestra moderna tecnología. Volvemos a ponernos la túnica de asesino y saltamos de la época de las cruzadas a la Italia de finales del siglo XV. El protagonista será ahora Ezio Auditore, un tipo tremendamente carismático que se ve envuelto en un complot que empieza con un desastre familiar y evoluciona en algo bastante más serio.