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BattleForge

Adictivo, online y gratis. Lo nuevo de EA promete.

La vida de un coleccionista se sustenta en un armazón volátil, atada a la más urgente de las contingencias: orientada por una búsqueda que no conoce descanso, el siguiente paso que se da ha de dejarle siempre más cerca de la posesión total que el anterior. Esta sensación es familiar a todos los que alguna vez nos hemos asomado a ese agridulce abismo, mezcla de fugaces triunfos y constantes derrotas parciales. Libros, videojuegos, cómics, figuras, películas, discos… cualquier excusa es buena.

Sé de lo que hablo porque he estado –y vivo aún- allí, y sólo una vez he vencido la tentación: durante el cénit de la epidemia de coleccionismo de juegos de estrategia con cartas que se llevó a una generación completa de aficionados, yo me mantuve incólume, firme en mi determinación de no sucumbir ante esa vocecilla que me insistía en comprar una pequeña baraja de iniciación. Ésa y la de no engancharme a ningún MMO eran las últimas barreras y me juré no cruzarlas.

Y entonces vino el desastre; me senté en una sala de las oficinas de Electronic Arts España y allí estaba: BattleForge (PC), un juego de estrategia en tiempo real –desarrollado por el estudio alemán Phenomic- cuya estructura refleja el funcionamiento de un juego de cartas y que se desarrolla en un mundo online persistente. Tras sólo veinte minutos de charla con uno de sus desarrolladores, su colorido y elegante diseño, su inteligente propuesta, su atractivo sistema de creación de barajas y su trepidante ritmo de juego acabaron con toda mi capacidad de resistencia. RTS; MMO sin cuota alguna de suscripción; baraja de cartas coleccionables… Este simpático alemán quiere acabar con mi tiempo libre, y yo le voy a dejar.

En BattleForge nos haremos con el equivalente virtual de una baraja de iniciación de 150 cartas –sobre un total de 200 posibles- que se distribuyen por colores entre diferentes poderes: fuego, hielo, naturaleza y sombra (rojo, azul, verde y morado). En ellas encontraremos la descripción y los datos relevantes de lo que, sobre el campo de batalla, serán nuestras unidades de combate. La construcción de nuestras barajas es uno de los dos elementos centrales de BattleForge porque determinará nuestra estrategia en las partidas. Antes de comenzar cada batalla elegiremos, de entre nuestra baraja completa, las veinte cartas con las que nos enfrentaremos a nuestros oponentes. Los jugadores más agresivos tenderán hacia barajas mayoritariamente ígneas, del mismo modo que los más arriesgados y versátiles harán acopio de los poderes oscuros de las sombras y aquellos que gusten de avanzar con paso firme optarán por la estabilidad del hielo o los poderes curativos y regeneradores de la naturaleza. Un jugador realmente preparado sabrá equilibrar sus elecciones y un maestro será capaz de ganar eligiendo sus cartas a ciegas.

El ritmo de juego promete quedarse en un punto intermedio entre la acción rápida y la locura frenética, en función de la dificultad del mapa y de las capacidades del oponente y nuestro acierto a la hora de elegir qué veinte naipes nos acompañarán, oscilando las muy vistosas y espectaculares partidas entre los treinta y los sesenta minutos. El sistema de combate huye de la gestión de recursos y se basa en la más inmediata mecánica de puntos: ¿tienes una carta y los puntos necesarios para usarla? Entonces puedes desplegar esa unidad en el campo de batalla. Cuantos más logros realices y más pozos de puntos controles, más y mejores cartas podrás utilizar, delimitando así una progresión que acabe derivando en finales épicos con gran cantidad de unidades en todos los bandos.