Chrono Trigger
El curioso caso del juego que no envejecía.
La idea de viajar en el tiempo siempre ha sido algo que nos ha fascinado. Es uno de los planteamientos clásicos de la ciencia-ficción y, muy probablemente, hasta que un Emmett Brown de turno no invente algo al respecto, la sola la idea de recorrer las distintas etapas de nuestra historia o hasta de hacer una paradita en el futuro seguirá maravillándonos. Chrono Trigger va de eso mismo, de viajes en el tiempo, de paradojas temporales y de causas-efecto a través del vórtice espacio temporal. Llega ahora a Nintendo DS en una adaptación pixel-perfect de su homónimo para Super Nintendo, y talmente esta “nueva” versión es tan parecida a la original que parece que Square Enix la haya transportado a bordo de la nave Epoch desde el lejano 1995.
Quienes esperen encontrar en este CT una actualización con gráficos y sonido renovados, como ha pasado recientemente con otros RPG clásicos de esta compañía ya pueden ir olvidado esa idea, porque lo que tenemos aquí es un juego que se ha adaptado mínimamente al hardware de la portátil de Nintendo pero que en esencia sigue siendo exactamente el mismo. ¿Quiere decir esto que encontraremos un apartado visual y sonoro desacorde con los tiempos que corren? Efectivamente. Pero dejadnos decir una cosa, y sólo una: Chrono Trigger es tan rematadamente bueno que apenas lo notaréis.
El otro día leí en el diario una cita del filósofo alemán William Dilthey que me viene al pelo para explicar la importancia de este título. Así, en un intento de entender el éxito y prestigio del que goza CT (que por cierto, jamás llegó a salir por aquí), el pensador nos sugiere reconstruir lo que entonces supuso por dentro: los motivos, las intenciones , los pensamientos y las emociones de los que allí estuvieron y lo jugaron. De esta manera, podemos afirmar que CT representó un soplo de aire fresco en un momento en que los juegos de su estirpe parecían demasiado acomodados bajo la etiqueta de “la Edad de Oro los juegos de rol japoneses”. Fue capaz de desafiar la excesiva estructura lineal de sus coetáneos con un intrincado argumento de viajes en el tiempo y, además, le quitó hierro y seriedad al género incorporando aspectos como las auto-referencias en clave de humor. Y por si esto fuera poco, significó también una advertencia hacia los que pensaban que los 16 bits poco más podían decir en cuanto a despliegue tecnológico.
Y es que Chrono Trigger es como Schwarzenegger en los Los Gemelos Golpean Dos Veces, una especie de juego parido en un laboratorio genético a partir del trabajo conjunto de los mejores desarrolladores de JRPGs de aquel entonces. Se ha utilizado muchas veces el nombre de “Dream Team” para referirse a ese cónclave de genios que dio a luz a este prodigio de la naturaleza, pues en él encontramos a los ilustres Hironobu Sakaguchi (creador de Final Fantasy), Yuuji Hori (creador de Dragon Quest), Akira Toriyama (creador de Dr. Slump y Dragon Ball), Yoshinori Kitase (director de Final Fantasy VII) y los músicos Yasunori Mitsuda y Nobuo Ueamatsu. Y todavía hay más, Square Enix todavía no existía como tal, pues ambas compañías –Square por un lado y Enix por el otro– todavía no estaban fusionadas y eran rivales a muerte. ¡Imaginad si han cambiado las cosas!
Nada más empezar, el juego nos pone en la piel de Crono, un despreocupado joven aficionado a las katanas que jamás hubiera sospechado que salir de su casa ese día le daría tantos quebraderos de cabeza. En su visita al llamado Festival del Milenio, que vendría a ser la fiesta mayor del mundo de ficción donde tiene lugar esta historia, nuestro protagonista conoce por accidente a Marle, una chica que esconde un importante secreto. Hasta aquí, estaríamos hablando de algo bastante normal, ya sabéis, la típica historia de chico-conoce-chica y que acabarán tan felices y comiendo perdices. Sin embargo hay un pero, un gran “pero”. Y es que Lucca, una amiga inventora de Crono, ha creado una máquina del tiempo y tiene intención de presentarla en sociedad aprovechando las festividades del reino de Guardia. Dicho y hecho, la máquina resulta que funciona y, como ya os podéis imaginar, entre unos y otros la arman bien gorda viajando adelante y atrás en el tiempo. Al principio con el único objetivo de salir del entuerto en que se han metido, pero más tarde, descubriremos que sólo ellos y sus viajes temporales podrán evitar una gran catástrofe que amenaza con acabar con su mundo.