Dark Messiah of Might and Magic
Half game.
El universo fantástico-medieval Might and Magic abarca dos sagas de videojuegos de rol bien diferenciadas, creadas ambas por los californianos de New World Computing.
La primera, llamada simplemente Might and Magic, nace en 1986 y comprende nueve títulos hasta la fecha, en los que se combinan rol y acción bajo una perspectiva en primera persona. La segunda, Heroes of Might and Magic, data de 1995 y cuenta en su haber con seis entregas y diversas expansiones basadas en la estrategia por turnos.
Con la quiebra en 2003 de 3DO Company, matriz de New World Computing desde mediados de los noventa, se produce la desaparición de los estudios que alumbraron ambas sagas y la adquisición por parte de Ubisoft Entertainment de los derechos de la franquicia por cuatro duros. Con el copyright ya en su poder, la empresa francesa decidió dar carpetazo a la saga original para centrarse en la quinta entrega de Heroes y en la inauguración de una nueva serie con Dark Messiah.
Para ello encomendó el desarrollo del off-line y on-line del título a dos estudios distintos (Arkane y Kuju, respectivamente). Pese a esta circunstancia, destaca la coherencia y cohesión que existe entre ambos apartados, con independencia de la cuestionable calidad del modo multijugador.
La gestación de la campaña individual a cargo de Arkane Studios es como la historia del tipo al que le toca la lotería y luego tiene problemas para administrar correctamente su fortuna. Fundado en 1999 en Lyon, este pequeño estudio francés presentó en 2002 su primer título: Arx Fatalis, juego de rol para PC y Xbox distribuido por Valve y que vendría a ser una suerte de sucesor espiritual de Ultima Underworld 2. Irregular en su calidad e inferior a la saga que le sirve de referencia, Arx Fatalis albergaba, no obstante, las suficientes bondades como para atraer la atención de Gabe Newell, quién no dudó en poner a disposición de los chicos de Arkane el motor Source empleado en el desarrollo de Half Life 2. Por su parte Ubisoft, impresionada por una demo del motor de Valve, vio aquí la oportunidad de explotar su recién adquirida franquicia en la gestación de un título de rol que funcionase bajo Source.
Una franquicia con nombre, un motor puntero y el respaldo de dos gigantes de la industria dispuestos a proporcionar recursos materiales y humanos hasta el momento inalcanzables. Sin duda los modestos chicos de Arkane tenían algo grande entre manos. Quizás demasiado.
Una franquicia con nombre, un motor puntero y el respaldo de dos gigantes de la industria dispuestos a proporcionar recursos materiales y humanos hasta el momento inalcanzables. Sin duda los modestos chicos de Arkane tenían algo grande entre manos. Quizás demasiado.
Dark Messiah es un juego de acción en primera persona con ligeros tintes de rol. En este sentido supone un leve acercamiento a la serie Might and Magic pero en un universo nuevo: Ashán, en el que encarnas a Sareth, joven discípulo del mago Phenrig al que le encomiendan la misión de colaborar en la búsqueda del Cráneo de las Sombras, reliquia del Séptimo Dragón con capacidad para liberar a los ejércitos de los demonios, recluidos en una especie de limbo desde que fueran derrotados en las Guerras del Fuego, hace mil años. Como ya es habitual en los títulos que presumen de argumento, nada es lo que parece y la historia ofrece importantes giros argumentales. No obstante, resultan tan previsibles que cabe plantearse incluso la posibilidad de que el desarrollador haya optado por introducirlos prescindiendo premeditadamente del factor sorpresa.
El comienzo del juego es de lo más prometedor. Gráficamente aún hoy resulta vistoso, y el diseño de escenarios y personajes recrea con eficacia un mundo visceral, mágico y antiguo. Tras un breve tutorial en forma de misión en el que descubres las posibilidades de interacción que brinda el entorno, el protagonista es enviado a la ciudad de Yelmo de Piedra. La llegada a esta capital no puede ser más espectacular y cinematográfica: aún no has descendido del caballo cuando la apacible población resulta súbitamente atacada por un ejército de nigromantes acompañados de un enorme cíclope. Tiene lugar entonces una frenética carrera contrarreloj que finaliza cuando alcanzas la balista con la que dar muerte al gigante. Si el reto inicial de un estudio de desarrollo consiste diseñar un comienzo que atrape al jugador, Arkane Studios lo clava.