DeathSmiles
¡Oh Dios mío, está lleno de... balas!
Cave, la creadora de algunos de los mejores shmups de la década de los 90, es una auténtica rara avis dentro del sector del videojuego. Especializados en un nicho como son los manic shooters (también conocidos como bullet hell), con un método de trabajo totalmente artesanal, equipos de desarrollo compuestos por media docena de personas y priorizando las ya casi extintas máquinas recreativas como principal plataforma para sus nuevos lanzamientos, este pequeño estudio japonés goza de auténtica adoración por parte de los aficionados al género. Con joyas en su haber como DoDonPachi, ESP Ra. De. o Guwange eso tampoco debería extrañarle a nadie, la verdad.
Es una pena que a pesar de que han convertido algunos de sus mayores éxitos a Xbox 360 (lo cual no deja de ser curioso, teniendo en cuenta que no es precisamente la consola más popular en el país nipón) ninguna de las versiones domésticas ha llegado a occidente. Históricamente, los fans americanos y europeos hemos tenido que echar mano de emuladores como MAME para disfrutar de sus obras, aunque recientemente se han publicado algunos ports para iPhone e iPod Touch en la App Store. Pero el control táctil para un shmup no es lo mismo, razón por la cual el hecho de que al fin una distribuidora (Rising Star Games, en este caso) se haya animado a traer un juego de Cave a nuestras tierras es aún más digno de celebración.
DeathSmiles es una fiel adaptación (incluso conserva las ralentizaciones originales provocadas cuando en la pantalla se acumula una cantidad indecente de balas) de la recreativa del mismo nombre de 2007, una de las pocas (la única, de hecho, junto con Progear no Arashi) que Cave hizo con monitor horizontal. No es la mejor obra del estudio japonés, honor que en mi opinión ostentan DoDonPachi y o Espgaluda, pero sí es el candidato ideal para agradar al público que no vive y duerme en un salón de juego de Shinjuku: combina accesibilidad con profundidad, ofreciendo una experiencia que incluso el usuario poco experto en el género puede llegar a apreciar.
Lo cual no quiere decir que sea fácil, porque no lo es para nada. DeathSmiles es un título dirigido a ese tipo de jugador que no se siente intimidado por el reto, que está dispuesto a tolerar infinidad de muertes en pos de conseguir una mayor puntuación y conocer al dedillo el patrón de ataque de los miles de enemigos que aparecen por la pantalla. Cuando lo dominas el juego te recompensa como ninguno que hayas jugado últimamente, porque hay pocas sensaciones tan placenteras como salir indemne de una infernal oleada de bolitas de colores de la que parece imposible escapar con vida.