Análisis del iPad Air 2
Probamos a fondo la nueva tablet de Apple.
Si estás buscando una buena tableta con un precio razonable, tecnología puntera y un sistema operativo rápido y sencillo de usar, la segunda generación del iPad Air es la opción perfecta. Mantiene o mejora los puntos fuertes del modelo del año pasado y pule la mayoría de asperezas presentes en la plataforma iOS. Además, incluye una actualización masiva en la CPU y una potencia gráfica que iguala - e incluso supera - a la de Xbox 360 y PlayStation. Pero, ¿es eso suficiente? El reto que tiene enfrente la industria es que las ventas de tabletas están disminuyendo de forma dramática, y ni Apple ni sus competidoras parecen saber cómo corregir el rumbo de la situación.
El mercado de las tabletas parece enfrentarse a demasiado problemas graves. Para empezar, la tecnología móvil está evolucionando de forma muy rápida, pero la complejidad de las tareas que procesan no. El iPad no decodifica medios mejor que sus predecesores, y desde luego navegar por Facebook o por la web no requiere una ampliación del cuarenta por ciento en la potencia de la CPU o de más del doble en el rendimiento de la GPU, como ocurre en la nueva tableta de iPad. El nuevo iPad es más fluido y rápido, pero no hasta el punto en que la actualización es indispensable. De hecho, mucha gente opina que el problema de la obsolescencia de los iPads antiguos no está en el uso diario, sino en las actualizaciones de iOS, que a menudo hacen que el hardware antiguo sea más lento sin razón aparente.
Por si todo esto fuese poco, el mercado de los dispositivos móviles está evolucionando. ¿Por qué comprar una tableta y un smartphone cuando la nueva generación de 'phablets' hace básicamente lo mismo en un único dispositivo? Siempre hemos admirado la forma en que Apple incluía la tecnología más potente en el tamaño más pequeño, pero este año hemos visto un iPhone más grande, un un phablet: el iPhone 6 Plus. Es lo que pide el mercado y las cifras de ventas han sido fenomenales, pero la consecuencia es que Apple ya no sabe muy bien cómo justificar la existencia del nuevo iPad Air. Ha creado un dispositivo alucinante que en un principio acierta en todo, pero no sabe qué hacer con la maravilla tecnológica que ha producido. Mientras, el pequeño iPad Mini 3 tiene todas las características propias de un dispositivo en vistas de extinción.
Tratar de venderlo en un mercado en declive es aún más difícil cuando descubres que a nivel visual el modelo de este año es prácticamente idéntico al anterior. Sí, hay cambios como el sensor de huellas dactilares TouchID (que funciona muy bien y, tras un año con el del iPhone 5S, es complicado volver al antiguo botón Home) o una espectacular pantalla con una nueva capa antireflectante, y el nuevo iPad es también un milímetro más fino que el anterior, pero en la práctica no hay diferencia alguna en su uso diario (Apple dice que es la tableta más fina jamás fabricada, aunque la Venue 8 7000 de 6mm de Dell quizás tenga algo que decir al respecto). Sea como fuere, las sensaciones son muy parecidas a las del modelo del año pasado, aunque hay un cambio un poco molesto - la desaparición del botón lateral de bloqueo de volumen en este nuevo iPad.
Los mayores cambios están dentro de la carcasa unibody de aluminio, y la estrella de la función es el procesador A8X, fabricado con el puntero proceso de 20nm. La mayoría de procesadores modernos - como el de la PS4 o la Xbox One, junto con cualquier tarjeta gráfica moderna - se fabrican con el proceso antiguo de 28nm, más maduro. Al reducirlo a 20nm se consigue que los transistores en la die sean más pequeños que nunca, lo cual implica más poder de computación requiriendo mucha menos energía. Apple afirma que dentro del A8X hay tres mil millones de transistores, un logro considerable si tienes en cuenta que dentro de los últimos chips de sobremesa con cuatro núcleos de Intel apenas hay mil cuatrocientos millones.
¿En qué se ha gastado todo eso? Para empezar el número de núcleos de la CPU aumenta por primera vez desde el iPad 2. El procesador A8 del iPhone 6 tiene la configuración estándar de doble núcleo de Apple, pero el iPad la aumenta hasta tres núcleos a 1.5GHz. La parte gráfica de la ecuación también se ha ampliado considerablemente, con lo que se cree es una GPU PowerVR GX6650 de seis núcleos. Esto, sin embargo, no explica la enorme cantidad de transistores. Nuestra teoría es que la tecnología de fabricación a 20nm es nueva y aún no está refinada, así que es complicadísimo conseguir chips totalmente perfectos. Es muy posible que la die incluya un núcleo de la CPU o un cluster de la GPU desactivados, con lo cual aunque el chip tenga un defecto pueda seguir siendo usado. La microfotografía del chip nos dará más información en el futuro cercano.
En cualquier caso los benchmarks del iPad Air 2 son fenomenales. Las pruebas de CPU de Geekbench 3 sugieren un excelente rendimiento con un núcleo, acercándose al estándar de un portátil decente, mientras que el rendimiento multinúcleo es sencillamente alucinante. Sin embargo, hay que ir con cuidado al mirar las puntuaciones de CPU obtenidas con 3DMark. Tal y como explica la propia FutureMark, la tecnología propietaria Cyclone de las CPUs de Apple es especialmente buena con algunas tareas, pero deja algo que desear en otras. Por respetable que sea Geekbench está claro que no nos ofrece una visión completa, así que la comparación directa con procesadores de ordenadores de sobremesa basándonos sólo en sus pruebas quizás no sea demasiado fiable.
iPad Air 2 | iPad Air | iPhone 6 Plus | iPad 4 | iPad 2/mini | Shield Tablet | MS Surface Pro 2 | |
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Geekbench Single-Core | 1819 | 1465 | 1557 | 774 | 251 | 1123 | 2504 |
Geekbench Multi-Core | 4510 | 2656 | 2800 | 1408 | 430 | 3479 | 4762 |
3DMark Graphics | 31771 | 20001 | 24067 | 11725 | 2625 | 35433 | 47841 |
3DMark Physics | 10371 | 8368 | 9320 | 8502 | 2870 | 20250 | 30343 |
3DMark IceStorm Unlimited | 21776 | 15280 | 17782 | 10814 | 2676 | 30372 | 42324 |
GFXBench T-Rex | 70.5FPS | 28.3FPS | 44.6FPS | 16.5FPS | 3.5FPS | 64.4FPS | 63.0FPS |
GFXBench Manhattan | 32.6FPS | 12.9FPS | 19.5FPS | - | - | 31.0FPS | - |
En términos gráficos, el nuevo iPad Air está a la altura de la mejor tecnología móvil. Sea el PowerVR GX6650 lo que monta en su interior o no, es difícil discutir el enorme poderío gráfico que proporciona. Recientemente vimos el excelente rendimiento que ofrecía el procesador Tegra K1 de Nvidia en la Shield Tablet, puesto a prueba con el fantástico port para Android de Trine 2. Los benchmarks apuntan a que Apple iguala - y en algunos casos supera - a lo que Nvidia logró con el K1, lo cual es destacable.
El problema es que ahora mismo no hay ninguna killer app capaz de demostrar de lo que es capaz realmente el iPad Air 2. Es curioso que los juegos casi no tuviesen presencia en el evento de este año del iPad, y no hubo demos en directo mostrando lo buena que es esta tecnología con lo último en gráficos móviles. En vez de eso Apple reposicionó el iPad Air - de forma bastante extraña - como una herramienta de productividad, mostrando la nueva tecnología con demos de edición de vídeo y manipulación fotográfica. Cosas interesantes, desde luego, pero no especialmente atractivas. Desde nuestro punto de vista nos gustaría usar el ipad como reemplazo total del portátil, pero está claro que para eso se necesita mucho más que una simple actualización del procesador: es obligatoria una evolución radical de la interfaz de usuario.
Un aspecto en el que se aprecia una clara mejora que se traduce en una experiencia mejorada es la gestión de la memoria. Las apps - especialmente Safari - tienden muchos menos a salir al springboard gracias a la ampliación a 2GB de memoria RAM introducida por Apple (y que debería haberse aplicado también a los teléfonos de este año). Al trabajar junto con la mejora de la CPU la navegación no es muchísimo más rápida, pero sí más fluida al tener varias pestañas abiertas, y desde luego mucho más estable. La diferencia es notable aunque no reveladora si lo comparas con el iPad Air del año pasado, pero frente al iPad 4 y modelos anteriores la navegación es más suave y responde mejor.
Otros componentes también han mejorado significativamente, especialmente la cámara iSight y el software que la maneja. Tenemos óptica mejorada con mayor apertura, autoenfoque, un filtro híbrido IR y control de exposición aparte de otros extras traídos directamente de los últimos iPhones, como vídeo a cámara lenta, time-lapse y fotografía en ráfagas. Puedes conseguir resultados excelentes con esta nueva configuración, pero la realidad es que el iPad sigue siendo - y seguirá siendo - un dispositivo frágil y poco cómodo para hacer fotos o vídeo. En la presentación los directivos trataban de vender el nuevo iPad como un dispositivo de fotografía y vídeo, y aunque la capa antireflectante ayuda en exteriores, sigue siendo poco usable cuando hay mucha luz. En definitiva, seguiremos usando nuestros smartphones y, en caso de necesitar algo mejor, una cámara en condiciones.
Considerando que los juegos son un elemento crucial y muy lucrativo de la iTunes App Store, resulta un poco decepcionante ver que una tecnología tan atractiva como el A8X no llega acompañado de un software a la altura. Tenemos un procesador gráfico puntero, en teoría capaz de superar a la anterior generación de consolas, pero de momento no hay nada capaz de forzar este hardware, no hay un equivalente al Trine 2 para el Tegra K1 de Nvidia. Y Apple otras veces sí ha promocionado el juego en el ipad; al fin y al cabo el iPad 2 llegó a las tiendas con una CPU de doble núcleo y multiplicando por cinco la potencia de la GPU de su predecesor, con Infinity Blade para demostrar el inicio de una nueva era de juego móvil.
Al no tener el next big thing en juegos para móviles, lo que nos queda son mejoras en el frame-rate de juegos ya existentes y poco más. Modern Combat 5 y World of Tanks Blitz alcanzan los 60FPS con más consistencia de lo que lo hacían con el iPad Air o el iPad 4, pero los gráficos son los mismos. El rendimiento de BioShock mejora de forma marginal, y sigue siendo igual de feo. En el mejor de los casos el iPad Air 2 produce un rendimiento mucho mejor en Eternity Warriors 3, mientras que Anomaly 2 consigue mantener los 60FPS estables, algo que las tabletas anteriores eran incapaces de hacer. En todos los casos queda claro, sin embargo, que la mejora de 2.5x en el rendimiento gráfico no se traduce igual a los frame-rates. Como ocurría con el Tegra K1 - y de hecho con el A5 del iPad 2 en 2011 - el A8X necesitará algo de atención a nivel de programación para poder demostrar todo su potencial.
iPad Air 2 - El veredicto de Digital Foundry
Si buscas una tableta con la mejor tecnología disponible, una fantástica pantalla y un formato excelente, el iPad Air 2 es lo mejor que vas a encontrar en el mercado. Todo lo que nos hizo designar a su antecesora como la mejor tableta de 2013 está aquí, y además se solucionan la mayoría de los pequeños defectos que tenía.
Si posees un iPad más antiguo y más grueso (básicamente cualquier cosa más antigua que el Air), vale la pena pasarse al último modelo, especialmente si tienes el iPad 2 o su sucesor inmediato. El incremento de velocidad que ofrece el A8X es innegable, pero lo mejor es la actualización a 2GB de RAM, lo cual parece solucionar de una vez por todas los problemas de estabilidad más molestos. Además, ganarás con el refinado chasis del Air: el formato ha mejorado, y el menor peso y tamaño de los marcos hacen que sea una actualización excelente si tienes una tableta antigua.
Pero en un momento en el que el mercado de las tabletas necesita algo especial para frenar su declive, nuestra impresión es que los diseñadores han logrado mejorar el diseño de la tableta, pero no ofrecen nada convincente en cuanto a su uso - el A8X pide a gritos una killer app que demuestre sus posibilidades. Los retos presentes en el sector de las tabletas no se van a solucionar simplemente con tecnología brillante, porque necesitan nuevas ideas y contenido indispensable. Ahora mismo el resultado es que el iPad Air 2 parece un producto potencialmente revolucionario que se siente como una simple actualización iterativa.
Traducción por Josep Maria Sempere.