Primer vistazo al rendimiento de la nueva AMD Radeon RX Vega 64

El embargo para la nueva gama Radeon RX Vega de AMD ya se ha levantado y en los próximos días os traeremos el análisis de la RX Vega 56, una versión recortada en términos de potencia de proceso y ancho de banda de memoria, pero que aun así es más rápida que la GTX 1070 de Nvidia. ¿Y qué hay de la RX Vega 64, la tarjeta tope de gama? AMD nos proporcionó las unidades de prueba a mediados de la semana pasada, lo cual limitó mucho el tiempo para hacer pruebas. Nos hemos centrado en la RX Vega 56, pero también os podemos ofrecer las primeras impresiones con su hermana mayor.

Y cuando decimos tope de gama, lo decimos en serio. AMD ha enviado a la prensa la versión con refrigeración líquida de la tarjeta, la cual tiene una significativa ventaja en cuanto a velocidades de reloj respecto al modelo refrigerado por aire (el cual no hemos visto) y solo está disponible como parte del bundle 'Aqua Pack', el cual ofrece descuentos con una pantalla FreeSync de gama alta y un combo de procesador y placa base Ryzen 7. Parece que es una edición limitada, y la verdad es que hubiésemos preferido analizar la versión refrigerada por aire, que es la que seguramente acabará en manos de los usuarios.

Siendo así, podemos asumir que los números que aquí mostramos representan a la Vega 64 en las mejores condiciones, plantando cara a la GTX 1080 de Nvidia. Algunos defectos que encontramos también con la Vega 56 (problemas en Assassin's Creed Unity y Crysis 3) también son aplicables aquí, pero por lo demás nuestras pruebas a 4K muestran a la Vega 64 por delante de la GTX 1080 en Infinite Warfare con una ventaja del cinco por ciento, y en el resto de benchmarks resultados muy, muy similares entre ambas tarjetas.

Teniendo en cuenta la diferencia de precio entre la Vega 56 y la tope de gama, la Vega 64 con refrigeración líquida, el incremento en los frame-rates es más pequeño de lo que cabía esperar. Dejando de lado Assassin's Creed Unity (con el que Vega claramente tiene problemas) la mejora en el rendimiento oscila entre un once y un diecisiete por ciento, con una media del trece por ciento en todos los juegos probados. Además, es fácil overclockear la memoria HBM2 de la Vega 56, lo cual reduce las diferencias en títulos que hacen uso del ancho de banda.

Tras probar la Vega 56 y la Vega 64 premium, el modelo más barato es claramente el que ofrece un mejor valor actualmente. La tarjeta refrigerada por agua puede hacer frente a la GTX 1080, pero es más cara y tiene un elevado consumo.

Dentro de poco publicaremos el análisis completo, aunque realmente nuestra prioridad es probar la versión con refrigeración por aire, que es la que seguramente compraréis. Esto, a su vez, genera la pregunta de cuánto más rápida es la edición con refrigeración líquida que la estándar, y lo cerca que está la Vega 56 de la variante más común de la Vega 64. La Vega tope de gama viene con una BIOS secundaria que imita el perfil de potencia de la versión refrigerada con aire, y con ella el rendimiento se reduce alrededor del tres por ciento en las primeras pruebas realizadas. De todas formas, aún es muy pronto para ver si esto es realmente representativo del modelo refrigerado por aire real.

La Vega 64 con refrigeración líquida es parecida a la R9 Fury X de la anterior generación en el sentido de que la robusta configuración para la refrigeración permite a AMD llevar el núcleo Vega muy cerca de sus límites.

Hay otros detalles que podemos destacar pese a ser unas pruebas tempranas. Para empezar, la Vega 64 con refrigeración líquida es parecida a la R9 Fury X de la anterior generación en el sentido de que la robusta configuración para la refrigeración permite a AMD llevar el núcleo Vega muy cerca de sus límites. Solo hemos podido overclockear el núcleo un cuatro o un cinco por ciento antes de que el sistema se volviese inestable, y tampoco hay mucho margen en la memoria HBM2.

También hemos encontrado un problema preocupante durante las pruebas. Inicialmente probamos la tarjeta con una fuente de alimentación Corsair RM1000i, la cual cumple la recomendación de 1000W de AMD. Sin embargo, nuestro sistema se reseteaba de forma aleatoria al jugar. Al principio pensamos que era un problema con la tarjeta de pruebas, así que AMD la cambió por otra. Pero el mismo problema se repitió hasta que cambiamos la fuente por una Thermaltake Toughpower de 1200W. La fuente de Corsair ha funcionado perfectamente hasta ahora, y no tuvo problemas en dar energía a la GTX 1080 Ti en SLI, con lo cual la inestabilidad con la Vega refrigerada por agua es extraña. Además, las pruebas con la Vega 56 -incluso overclockeada y con un consumo similar- se hicieron con la fuente Corsair sin problemas.

¿Primeras impresiones? Tras probar la Vega 56 y la Vega 64 premium, el modelo más barato es claramente el que ofrece un mejor valor actualmente. La tarjeta refrigerada por agua puede hacer frente a la GTX 1080, pero es más cara y tiene un elevado consumo. Insistimos, eso sí, en que esto son las primeras impresiones, y que tendremos un análisis completo con todas las métricas en cuando sea posible.