Intel y AMD unen fuerzas, pero ¿qué significa eso para los jugadores?
Un sorprendente (e importante) anuncio.
Tras años de roadmaps predecibles y saltos iterativos de la tecnología existente, a lo largo de estos últimos doce meses hemos asistido a alguna que otra evolución radical en las capacidades del hardware de PC. Pero ni siquiera eso nos había preparado para el anuncio de esta semana: Intel y AMD han unido fuerzas para luchar contra Nvidia en el mercado de los portátiles. Una nueva gama de procesadores Kaby Lake G estará disponible en los próximos meses, combinando un procesador Intel Core i7 con una GPU Radeon semi-personalizada y un módulo de memoria HBM2. ¿Por qué se ha producido esta colaboración entre empresas rivales y qué significa para los jugadores de PC?
Para empezar, no subestimemos el dominio de la marca GeForce en el mercado de las gráficas para portátiles; desde la GTX 1050 hasta la GTX 1080, la gama Pascal de GPUs móviles es extremadamente potente. Su potencia es similar a la de sus equivalentes de escritorio o, en ciertos casos, es un diez por ciento menos, pero lo cierto es que la experiencia que ofrecen es prácticamente la misma. Con un consumo energético comedido, la tecnología de Nvidia ha abierto la puerta a la creación de productos como el Razer Blade 14, un equipo comparable a un PC de escritorio con un procesador i5 de cuatro núcleos y una GTX 1060. Esto es más que suficiente para jugar a 1080p o 1440p, todo ello en un ordenador portátil de catorce pulgadas. El Blade es, seguramente, el uso más miniaturizado de un chip Pascal de gama media, algo con lo que Intel y AMD no podían competir.
Para Intel, la colaboración con AMD supone la eliminación de su solución gráfica Iris/Iris Pro en su nueva gama Kaby Lake G. Con ella el fabricante de Santa Clara ofrecía gráficos integrados de gama alta y una rápida memoria cache de 128MB, algo que mejoraba el rendimiento pero que ni de lejos se acercaba a los estándares de Nvidia, por no hablar que sus drivers siempre han sido problemáticos. Para AMD, la colaboración con Intel supone otro triunfo de sus diseños personalizados, quizás no tan lucrativo como el que tiene con Sony (PS4) o Microsoft (Xbox One) pero sin duda una valiosa fuente de ingresos y la posibilidad de que vaya a más en futuros proyectos si este resulta exitoso.
Los procesadores Kaby Lake G son fascinantes, montando lo que sospechamos es una CPU Core i7 estándar de séptima generación con una GPU Radeon y un nuevo tipo de interconexión, la cual permite una colaboración más cercana entre ambos chips. El ancho de banda de la memoria siempre ha resultado problemático con las gráficas integradas, pero el uso de HBM2 soluciona esto de un plumazo: los renders publicados por Intel sugieren que es un único modulo con un límite teórico de 256GB/s, que probablemente sea inferior en el producto final pero aun así se acerca bastante a la Radeon RX 580. Teniendo en cuenta las especificaciones y precio de la memoria HBM2 a día de hoy, parece muy probable que la cantidad sean 4GB.
Según las filtraciones, la GPU Radeon integrada en estos nuevos procesadores tendría unos 3.3 teraflops de potencia, algo más o menos a medio camino entre una PS4 y una PS4 Pro.
Las especificaciones que se han filtrado nos ofrecen una idea de la configuración técnica de la GPU Radeon. Según varias fuentes estamos ante un chip gráfico con 1536 procesadores de stream integrados en 24 unidades de computación. Las frecuencias -que pueden cambiar- están entre 1GHz y 1.1GHz. Todo esto son, por ahora, especulaciones, pero básicamente estaríamos ante una GPU que ofrecería 3.3 teraflops de potencia. Para que os hagáis una idea, eso estaría más o menos a medio camino entre una PlayStation 4 y una PlayStation 4 Pro.
Pero hasta qué punto esta especificación es capaz de competir con las soluciones móviles GeForce de Nvidia es algo que está por ver. La GTX 1060 ofrece un excelente rendimiento a 1080p con títulos modernos y detalle ultra, y su versión de escritorio -ligeramente más rápida- compite con la Radeon RX 570 y RX 580, con 5.1TF y 6.17TF respectivamente. Suponiendo que las filtraciones sean correctas, el producto de Intel y AMD se acercará más a los niveles de rendimiento de una Nvidia GTX 1050Ti, estando quizás un poco por encima. Sospechamos que en Nvidia ahora mismo no estarán muy preocupados, porque una de sus fuentes de ingresos más lucrativas no se vería afectada por ahora.
Pero si no puede competir en rendimiento, ¿qué ventaja tiene la propuesta de Intel y AMD? Todo se reduce al formato. En los materiales enviados a la prensa especializada Intel insiste en el ahorro de espacio que ofrece Kaby Lake G respecto a la configuración estándar actual de CPU, GPU y cluster de memoria GDDR5. También habla del grosor del procesador, el cual aseguran es muy pequeño. Podemos asumir, entonces, que este será el principal atractivo de Kaby Lake G para los fabricantes, lo que diferencia a este procesador de las propuestas actuales: la posibilidad de mover los últimos juegos del mercado a resolución 1080p y con un detalle decente, todo ello dentro de un ordenador muy fino y ligero.
El principal atractivo de estos procesadores es que permitirán la fabricación de portátiles para jugar muchísimo más finos y ligeros que los actuales.
Quedan muchos detalles por conocer, como por ejemplo hasta qué punto se ha modificado la GPU en colaboración con Intel, o incluso cuál será la arquitectura en la que está basada. Uno asumiría que se trata de la última revisión de Vega, considerando que la misma tecnología se utiliza en la próxima APU de nueva generación de AMD, con el nombre clave Raven Ridge. Pero, por otro lado, Vega requería una gran cantidad de transistores para ampliar las velocidades de reloj, lo cual hace que la vieja arquitectura Polaris sea más adecuada para una GPU que estará en el territorio del 1GHz. El tiempo dirá, pero como AMD trabaja bajo contrato para Intel será la segunda la que ofrezca más detalles en las próximas semanas.
En estos momentos las especificaciones no son tan emocionantes como la idea que hay detrás: que archienemigas como Intel y AMD estén colaborando en un nuevo proyecto conjunto. Nuestra sensación es que es el formato que permitirá este diseño es lo verdaderamente importante; a día de hoy portátiles como el Razer Blade 14 son la excepción, no la norma. La solución de Intel no será barata, eso seguro, pero la llegada al mercado de máquinas con mayor capacidad para mover juegos con carcasas pequeñas al estilo de la del MacBook solo puede considerarse como una buena noticia.
Traducción por Josep Maria Sempere.