¿Ha mejorado lo suficiente Super Bomberman R con el último parche?
Sí, pero con un precio a pagar.
Las mejoras de rendimiento son habituales en los parches de los videojuegos modernos, pero ¿cuántos logran doblar el frame-rate con uno? Con el lanzamiento de la actualización 1.3 para Super Bomberman R eso es lo que ha conseguido Konami. Según las notas de la actualización no parece haber mucho más, pero los usuarios no han tardado mucho en descubrir que esa mejora de rendimiento tiene un precio.
Cuando el juego llegó junto a Nintendo Switch el pasado mes de marzo, esos mismo usuarios mostraron su descontento ante la decisión de los desarrolladores de que el juego funcionase a 30FPS. Salvo alguna excepción aislada, la saga Bomberman siempre ha funcionado a 60FPS, y al jugar notas que algo no acaba de ir bien sin el frame-rate más alto. Pese a este y otros problemas, como el del exceso input lag, el juego fue un éxito y Konami decidió seguir apoyándolo tras el lanzamiento.
Por defecto, el código de lanzamiento de Super Bomberman R funcionaba a 1080p y 30FPS al tener la consola conectada en el dock y a 720p y 30FPS en el modo portátil. Tras actualizar nuestra copia a la versión 1.3, probamos en modo Batalla y vimos rápidamente que, efectivamente, ahora funcionaba a 60FPS. Con un control que responde mejor y un frame-rate más alto, la experiencia es claramente superior.
¿Cómo ha conseguido el equipo de desarrollo que un juego a 30FPS programado en Unity pase a funcionar a 60FPS en Switch? Fácil: han priorizado el frame-rate a la resolución. Cuando está funcionando en el dock, con el nuevo parche Super Bomberman R reduce la resolución de 1080p a 720p. Eso supone una considerable penalización en la nitidez de la imagen, pero creemos que una jugabilidad más fluida lo compensa. Estos sacrificios se extienden también al modo portátil, donde se pasa de los 720p del código original a una resolución de 960x540. La pérdida de nitidez vuelve a resultar evidente, pero la fluidez extra se agradece.
Y la cosa no termina aquí. Al jugar al modo Historia se mantiene la resolución original de 1080p, pero el limitador de frame-rate desaparece. Como consecuencia de ello, ahora funciona con un nivel de rendimiento mayor aunque menos estable, con una media de 45FPS. No es óptimo, pero sin hablarlo con los desarrolladores no podemos saber si el detalle del modo Historia impide que funcionase a 60FPS con una resolución de 720p.
En términos de rendimiento, entonces, la conclusión es que se ha sacrificado calidad de imagen en pos de un mayor frame-rate. Aunque hubiésemos preferido un selector para escoger entre una opción u otra, la decisión de apostar por los 60FPS en el modo Batalla es positiva de cara a la jugabilidad, que es lo que verdaderamente importa.
Con un apoyo constante por parte de los desarrolladores, Super Bomberman R sigue mejorando con cada actualización. Aparte de mejorar el rendimiento y la respuesta del control, el último parche introduce otras mejoras. Por ejemplo, algunas arenas se han ajustado para mejorar la visibilidad, reduciendo la altura de las paredes y la ubicación de las fuentes de iluminación. También es posible ajustar la cámara para reproducir la experiencia tradicional, así como cambiar la dificultad de los oponentes controlados por la IA.
Comparado con las mejores entregas de la franquicia (Saturn Bomberman y el Bomberman '94 de PC Engine) Super Bomberman R se queda un poco atrás, pero la experiencia general es recomendable. Los más puristas de la saga echarán en falta algunas características presentes en los viejos juegos -como la opción de montar sobre un dinosaurio, una mayor variedad de power-ups o el modo para diez jugadores- pero la nueva entrega para Switch es un claro paso en la buena dirección.
Aunque hubiésemos preferido un juego más pulido para su lanzamiento hay que aplaudir a Konami por tener en cuenta las críticas y mejorarlo en un corto plazo de tiempo. Esperemos que las mejoras no se queden aquí, pero ahora mismo, como fans de Bomberman, ya podemos recomendar este título como uno que vale la pena.
Traducción por Josep Maria Sempere.