Análisis de la Steam Deck
Un nuevo nivel de rendimiento portátil.
Imagina un nivel de rendimiento como el de PlayStation 4 con la resolución en modo portátil de Switch (o mejor) y te puedes hacer una idea de lo que es capaz de ofrecer la Steam Deck en términos de rendimiento. Con unos pocos ajustes puedes jugar a Horizon Zero Dawn o a God of War con resolución nativa y a 30FPS, lo cual, francamente, es digno de ver. La Steam Deck, sin embargo, no es la sucesora de PlayStation Vita: es mucho más que eso. Está construida alrededor de una iteración basada en Linux de la plataforma Steam, lo cual significa que, al menos en teoría, tienes una máquina capaz de ejecutar toda la biblioteca de Steam, con acceso a décadas de juegos. Además no es una consola cerrada, es un PC abierto, lo cual significa que puedes ejecutar en ella lo que quieras, incluido Windows.
Sospecho que esta es la razón por la cual la Steam Deck era una máquina tan esperada, porque el sistema ofrece tantas oportunidades que, inevitablemente, se convierte en lo que todo el mundo quería de una portátil. ¿La versión barata y potente que Nintendo todavía no ha lanzado al mercado en forma de una supuesta Switch Pro? ¿Una PlayStation 4 portátil? ¿El dispositivo portátil definitivo para juegos retro? Steam Deck puede ser potencialmente todo eso, y tras pasar un par de horas con ella ya te puedes hacer una idea de lo que es realmente capaz. A partir de ahí, las posibilidades parecen infinitas.
Sin embargo, también estamos ante la dura realidad de que hay algunas pegas y frustraciones. Ahora mismo se mantiene la sensación de que la Steam Deck sigue siendo un trabajo en progreso. Las actualizaciones de SteamOS y del software se publicaron durante el proceso de análisis, a veces alterando la experiencia de forma dramática. Hasta el día antes del embargo se seguían publicando nuevas actualizaciones (afortunadamente con pequeños cambios), y estoy seguro de que habrán más próximamente. Lo cierto es que no fue hasta el lunes 21 de febrero cuando empecé a sentir que el sistema era lo suficientemente estable como para analizarlo. Sigue habiendo cosas a pulir y en lo que respecta a la compatibilidad con la biblioteca de Steam sigue habiendo mucho trabajo por delante. Por ejemplo, Nex Machina y The Witcher 2 se colgaban con una pantalla negra tras cargar, Red Dead Redemption 2 se cuelga de forma aleatoria y en Doom 64 hay tirones que duran segundos y que hacen que el juego sea injugable. La sensación general es que todavía queda un largo camino hasta que la compatibilidad de la Steam Deck llegue a donde debe estar.
Pero cuando funciona es una maravilla. En eventos pre-lanzamiento y en piezas de marketing Valve quizás ha rebajado las expectativas. Cuando vi por primera vez vídeos de Control, parecía que la máquina tenía problemas para alcanzar los 30FPS. Basándome en mi propia experiencia, tras ajustar las opciones a un nivel superior al de la calidad de la versión de PlayStation 4, la máquina puede ir fácilmente más allá de los 30FPS durante toda la partida, convirtiéndose en una gran muestra de lo que es capaz. Forza Horizon 5 parecía tener problemas antes del lanzamiento (y los tuvo durante el periodo de análisis, si somos honestos), pero tras la última gran actualización de SteamOS funciona perfectamente con el preset Alto y 4xMSAA a 30FPS; parece una versión mini-Xbox One del juego, con mejoras respecto a la versión de Xbox One S. ¿Doom Eternal? Sube todo al detalle Ultra, activa el escalado dinámico de resolución y verás como funciona a 60FPS estables de principio a fin, lo cual es increíble. Hay limitaciones y debilidades concretas con las que tienes que ir con cuidado, especialmente cuando la CPU y la GPU compiten por los recursos, pero lo cierto es que esta Steam Machine ofrece niveles de rendimiento reveladores para cualquier dispositivo portátil, ya no digamos para una consola.
El formato de la Steam Deck: Grande, pero muy cómoda
¿Qué hay de su formato, del tamaño y el peso? Sabemos que es grande, pero ¿afecta esto al jugar? Valve envió a Digital Foundry la versión con SSD de 512GB (también hay disponibles versiones de 256GB y 64GB) y las primeras impresiones están a la altura de las expectativas: es, efectivamente, grande y gruesa, especialmente si la comparas con una Nintendo Switch. Es el precio a pagar por el rendimiento: una refrigeración adecuada requiere espacio, como también lo requiere la batería de 40Whr. Lo que me ha sorprendido es que al jugar es más cómoda que Switch, y me resultó más fácil de usar. En sesiones largas de juego los bordes de los Joy-Cons se clavan en las manos, y a menudo con Switch también sufres adormecimiento en ellas. La Steam Deck, en cambio, es fácil de coger y no solo solventa cualquier problema de comodidad, sino que se sujeta bien el peso de la máquina. La Steam Deck se calienta, pero nunca demasiado, y la zona por la que la agarras está lejos de las partes que se calientan más de la carcasa.
La configuración del control es cómoda y se siente bien. Piensa en una mezcla de Xbox y Switch para los sticks analógicos, el d-pad y los botones, y te harás una idea. Los dos pads situados bajo los sticks permiten a la Steam Deck usar juegos que se controlan con ratón, y la impresionante vibración háptica del Steam Controller también está implementada aquí. Los gatillos ofrecen buenas sensaciones y, pese a que es interesante incluir palas en la parte posterior para añadir más funcionalidades, a menudo los activaba de forma accidental. La compatibilidad es buena, adaptándose a las configuraciones actuales para el Steam Controller, aunque me sobró el movimiento de cámara asignado al giroscopio en Dark Souls III.
La experiencia audiovisual que ofrece la portátil tiene partes buenas y partes malas. Había ciertas dudas acerca de la calidad de la pantalla cuando aparecieron las primeras impresiones hace un par de semanas, y la verdad es que se nota un sacrificio en ella. La reproducción del color, los niveles de negro y el brillo no son nada del otro mundo, y la omisión de un refresco variable (VRR) es una oportunidad perdida para un sistema en el que muchos juegos funcionan sin bloqueo entre 45FPS y 60FPS. Si pones la Steam Deck al lado de una Switch OLED aprecias que la diferencia es como de la noche al día en favor de la consola de Nintendo, y creo que incluso prefiero la pantalla LCD de la Switch original a la de la Steam Deck. A nivel acústico las sensaciones son contradictorias: por un lado los altavoces son impresionantes y es raro poder aplaudir los niveles de bajos de un dispositivo portátil, pero aquí es genial. Sin embargo, el ruido del ventilador es sin duda intrusivo. No es que la Steam Deck sea ruidosa per se, sino que el agudo ruido que hace el ventilador cuando el sistema está bajo carga es problemático.
En lo que respecta a los puertos, en la parte inferior de la máquina no hay nada excepto un slot MicroSD, mientras que en la parte superior tenemos el botón de encendido, un LED de funcionamiento, controles de volumen, un conector jack stereo de 3.5mm para auriculares y un puerto USB-C para carga, salida de vídeo y expansión USB. Valve lanzará su propio dock, pero cualquier hub USB-C decente te sirve si eres capaz de aceptar una solución más desordenada. Asegúrate, eso sí, de que usas uno que permita alimentación por USB, porque la vas a necesitar.
Trasladando la interfaz de Steam a una portátil
Al encender la Steam Deck nos encontramos ante una versión personalizada de la interfaz de usuario de Steam. Por un lado resulta bastante abrumadora si se compara con la interfaz de una consola estándar, y también es un poco lenta en su navegación, especialmente en la tienda. Pero por el otro, es Steam y con una pequeña aclimatación te encuentras como en casa. Bajo el trackpad izquierdo se encuentra el botón Steam, el cual te ofrece un acceso rápido a lo más básico de Steam: la pantalla principal, tu biblioteca y la tienda, junto con una serie de opciones.
En la parte derecha un botón de menú te ofrece acceso rápido a las notificaciones, la lista de amigos y una pantalla de opciones resumida, junto con un intrigante menú de rendimiento. Aquí puedes especificar distintos niveles de métricas de rendimiento internas, activar o desactivar el limitador de frame-rate a 30FPS o 60FPS o incluso alterar el límite energético del procesador Van Gogh de AMD o la velocidad de su GPU. El limitador a 30FPS es extremadamente útil y lo he usado muchísimo, pero recomiendo dejar el resto de opciones tal y como están.
Las opciones de escalado quizás sean más útiles al usar la máquina con el dock, pero básicamente esta opción indica a la Steam Deck qué quieres que pase cuando un juego funciona a resoluciones por debajo de 800p o 720p. Puedes reescalar con una técnica lineal estándar, con un algoritmo de proximidad (que seguramente irá genial con emuladores retro) o con una opción íntegra, la cual básicamente deja todo a la resolución nativa cuando está en el dock, con bordes negros.
También hay compatibilidad a nivel de sistema para la tecnología FidelityFX Super Resolution (FSR) de AMD. El usuario escoge la resolución in-game y la opción FSR la escala después a la resolución nativa de la pantalla, con una opción de nitidez disponible para ajustar el efecto de mejora de bordes. Es realmente FSR, pero distinto de las implementaciones específicas de cada juego. En esos casos se trabaja con el contenido 3D, dejando los elementos del HUD a resolución nativa. Por lo que he podido ver, la implementación de FSR a nivel de sistema de la Steam Deck lo reescala todo.
Valve también ha realizado un esfuerzo para realizar una transición de lo que viene a ser un PC portátil a una consola híbrida, empezando por una función de suspensión. Al igual que en Nintendo Switch, al pulsar el botón de encendido durante una partida el juego se pone en un modo de bajo consumo, apagando el sistema. Al apretar otra vez el botón el sistema vuelve a la vida, exactamente en el punto donde estabas, y lo hace en apenas un par de segundos. Es impresionante aunque, una vez más, esta función necesita un poco más de trabajo. Ahora mismo no es posible descargar juegos en el modo de suspensión; el sistema debe estar totalmente activo, ruido del ventilador incluido.
Un rendimiento que supera sobradamente las expectativas
El rendimiento ha sido lo más sorprendente de la Steam Deck porque, basándome en mis pruebas, supera sin problemas a los anteriores chips gráficos Vega de AMD, incluso en títulos que no funcionan de forma nativa en Linux. Para demostrar el rendimiento puntero de la GPU RDNA 2 que monta el procesador Van Gogh probé títulos como Control, Death Stranding o Shadow of the Tomb Raider en la Steam Deck y en un portátil Asus Zephyrus G14, con un procesador Ryzen 9 4800HS con una gráfica Vega 8 y un TDP de 35W.
Esperaba que la eficiencia extra de la Steam Deck se compensase con el incremento de 2.3x en consumo del 4900HS para producir frame-rates similares o muy cercanos. Sin embargo, descubrí que la GPU de la Steam Deck ofrecía entre un 51% y un 61.5% más de rendimiento. Teniendo en cuenta que estamos comparando el rendimiento bajo Linux con la capa de compatibilidad Proton en juegos como Control o Death Stranding, estos resultados son francamente impresionantes. La mejora de rendimiento que ofrece RDNA 2 resulta clave para que el dispositivo portátil de Valve impresione tanto, y es gracias eso que se puede jugar a ports para de consola para PC con opciones de calidad equivalentes.
En general, el rendimiento de la Steam Deck es realmente impresionante, así que hay que hacerse una pregunta: ¿cuál es el precio a pagar por él? El precio de la máquina no es un problema: el precio base de 399 dólares de la Steam Deck es brillante, e incluso el modelo de gama alta de 649 dólares con SSD de 512GB sigue teniendo una relación calidad-precio fantástica. El precio a pagar, en realidad, es la duración de la batería. Podría daros los resultados con varios juegos, pero realmente creo que no tiene mucho sentido. Lo cierto es que tienes el control de las opciones gráficas del juego, tienes control sobre el frame-rate y tienes control sobre la resolución. Todos estos aspectos afectan a la duración de la batería. Sobre lo que no tienes control es en el contenido del juego, el cual puede cambiar muchísimo y también afecta a la duración de la batería, para lo bueno y para lo malo.
Al final, obtener una autonomía decente depende de que el usuario ajuste el juego según sea necesario y utilice las opciones dentro del juego y a nivel de sistema para extraer la duración de batería deseable. Es una cuestión matemática: el máximo consumo que he visto en la Steam Deck con la batería oscila alrededor de los 27W (15W para el procesador más lo necesario para la pantalla, el almacenamiento, la Wi-Fi, la memoria, etc.) y la batería tiene una capacidad de 40wHr. Cuarenta dividido entre veintisiete nos da 1.48, lo cual significa que con juegos exigentes y sin hacer ajustes obtendrás una hora y media de autonomía. Sin embargo, reduce las opciones gráficas, reduce la resolución y usa, sobre todo, el limitador a 30FPS y entonces se limita el consumo de la batería, aumentando la autonomía. Valve ofrece unas útiles métricas de rendimiento que hacen los cálculos por ti. ¿El resumen? Tenemos alrededor de hora y media de batería si jugamos a God of War con el nivel de calidad de PS4 y el frame-rate desbloqueado, lo cual aumenta a dos horas activando el limitador a 30FPS. En el otro lado de la balanza tenemos Cuphead, el cual pude jugar durante casi seis horas a 60FPS.
El limitador a 30FPS a nivel de sistema de la Steam Deck funciona bien, y resulta ser esencial
Como norma general a la hora de jugar a los últimos juegos en la Steam Deck he comprobado si funcionan a 30FPS o 60FPS en PlayStation 4 o Xbox One, y luego he ajustado las opciones en la Steam Deck. Es aquí donde hay que felicitar a Valve por su limitador a 30FPS a nivel de sistema: no es perfecto y tiene algunos pequeños inconvenientes, pero lo cierto es que la mayor parte del tiempo ofrece una persistencia de 33.3 milisegundos por frame, un nuevo frame por cada dos refrescos de pantalla.
Y, lo más importante, es que el limitador a 30FPS de la Steam Deck ofrece un frame-pacing consistente. Es la única forma de que 30FPS se vean fluidos y consistentes en una pantalla de 60Hz. Valve entiende esto y lo ha implementado. Y sí, esto significa que juegos a 30FPS que en consola no se muestran bien funcionan correctamente en la Steam Deck, siendo Dark Souls 3 un buen ejemplo de ello.
Una última advertencia, eso sí. Steam Deck parece una consola, pero no lo es. Realmente es un PC. Ahora mismo, al menos, la Steam Deck no te lleva de la mano y para conseguir que todo funcione bien es el usuario el que debe ir haciendo pruebas con los ajustes. Equilibrar las opciones gráficas, descubrir qué autonomía tiene con cada juego... todo eso depende de ti. Usar una Steam Deck tras, por ejemplo, una Nintendo Switch, hace que te des cuenta de lo mucho que hacen por ti los desarrolladores y fabricantes a la hora de sacar el máximo provecho de un hardware con recursos limitados.
La Steam Deck te ofrece libertad, pero puede que necesites un tiempo para entender qué estás haciendo, juego por juego, además. Y no esperes que todos los títulos funcionen en ella; comentaba anteriormente que hay muchos juegos que todavía no funcionan, y puedes encontrarte en una situación en la que un juego que antes funcionaba luego deje de hacerlo tras una actualización. Cyberpunk 2077, por ejemplo, funcionaba antes, pero dejó de hacerlo tras la publicación del parche 1.5, colgándose tras el inicio.
Si los problemas de compatibilidad y las limitaciones de su batería no te echan atrás, la idea de que esto no es una consola y que la tradición de ajustar opciones del PC sigue siendo una constante marcan la diferencia. Quizás lo que uno saca en claro de la experiencia con la Steam Deck es que se aprecia mucho más el duro trabajo que hacen los desarrolladores y editores por ti, una situación que probablemente mejore con el paso del tiempo, a medida que más juegos incluyan perfiles específicos para la Steam Deck.
El software y la compatibilidad necesitan mejorar, pero la Steam Deck es impresionante
Desde el punto de vista del hardware esta portátil realmente excede todas las expectativas que teníamos en ella. Ha habido muchos momentos en estos últimos días en los que me ha emocionado: ¿hasta dónde podía llevar Doom Eternal sin que tuviese caídas de frame-rate? ¿Funcionan las opciones Ultra con el escalado dinámico de resolución? ¡Sí! ¿Correr entre la densa vegetación de Forza Horizon 4 a casi 30FPS estables con el detalle en Alto? ¡Sí! ¿Funciona God of War a 800p con el frame-rate desbloqueado a un rendimiento mayor que el de la versión original de PlayStation 4? ¡Sí! Es fantástico.
El port para PC de Horizon Zero Dawn tenía algunos problemas, pero ¿puede la Steam Deck ofrecer 30FPS sólidos con opciones de calidad equivalentes a las de PS4? Más allá de algún tirón ocasional causado por el streaming de datos, sí puede. Y ahora pongamos las cosas todavía más difíciles: ¿puede mover el famoso port para PC de Batman Arkham Knight con un frame-rate estable? Sí, y además con el detalle al máximo (excluyendo las opciones exclusivas para tarjetas Nvidia). Suma y sigue.
Todavía quedan cosas por mejorar a nivel de software y no puedo evitar pensar que detalles como el ruido del ventilador o la autonomía de la batería solo podrán solventarse con una revisión del hardware que incluya un nuevo procesador con un nodo de producción más eficiente. Y aun teniendo el hardware en mis manos quedan algunas preguntas sin respuesta, como por ejemplo ver qué tal funciona la Steam Deck con Windows. Analizar la Steam Deck ha supuesto un gran reto y, también, sufrir un puñado de frustraciones. Probar la Steam Deck es, básicamente, probar un PC, lo cual se puede hacer de varias formas, todas ellas interesantes. Teniendo eso en cuenta, no puedo esperar a leer más análisis y ver qué otras sorpresas esconde esta máquina.
Traducción por Josep Maria Sempere.