Drakensang: The River of Time
La vieja escuela sigue en forma.
Tras algo más de un año en las tiendas españolas, FX Interactive presenta la segunda parte de Drakensang, uno de los juegos de rol (del llamado "occidental", para distinguirlo de las aportaciones del país del sol naciente que desde hace tiempo llenan los catálogos) mejor valorados en el año de su nacimiento. El actual título, que como su primera parte ha sido creado por la desarrolladora alemana Radon Labs, recibe el subtítulo The River Of Time.
Su trama argumental se desarrolla unos 20 años antes de los hechos de Drakensang, tal como lo narra desde el principio el enano Forgrimm, uno de los personajes que acompañaba al protagonista de ese título. El personaje al que encarnaremos es, por lo tanto, distinto (por lo que el no poder importar el personaje del título anterior no carece de sentido), y mientras viaja en el río que aparece de forma omnipresente en la historia hacia la primera localidad en la historia para instruirse en sus habilidades, un ataque pirata desembocará finalmente en una trama donde las cosas acaban sin ser lo que parecían.
La mecánica del juego es la misma que en la primera parte, con el mismo sistema basado en las normas del juego de rol alemán de lápiz y papel llamado The Dark Eye. Este sistema se apoya muy fuertemente en las tiradas de dados, tal como explicó perfectamente en su día nuestro compañero Pedro Tonda y que no repetiremos ahora. La creación del personaje es prácticamente idéntica, con las mismas combinaciones de clase, raza y género que ya habíamos visto, pero en este caso disponemos de un mínimo abanico de opciones de personalización de la apariencia del héroe. Simplemente consiste en tres opciones distintas de facciones del rostro, el cabello y la complexión. Algo que, aunque es algo limitado, se agradece para hacernos sentir que el avatar que llevamos es algo más personal y, a la larga, nos ofrece un mayor grado de inmersión en la historia.
El tutorial es bastante más corto que en la anterior entrega, algo que es bastante de agradecer si ya la has jugado antes pues, tal como acabamos de ver, pocas son las novedades a nivel de mecánica y, simplemente para recordar el sistema del juego, es más que suficiente.
La propia jugabilidad de la historia es quizás algo mejor que en la primera parte. Aunque la trama principal sigue siendo básicamente lineal, su seguimiento es mucho más dinámico y, si queremos avanzar en ella, veremos cómo no se queda estancada como podía parecer en el título precursor. Por supuesto, casi en cualquier lugar donde nos encontremos aparecerán misiones secundarias para evadirnos un poco del mundanal ruido que quiere hacer revolucionar el status quo tal como lo conocemos y, ¿por qué no? ganar algo de experiencia adicional, que siempre va bien en un juego de estas características. Un elemento que agradeceremos a la hora de buscar estas misiones secundarias, o simplemente al explorar, es la aparición de puntos de transporte rápido por el mapa que nos ahorrarán ese tiempo inútil de pasar por los mismos puntos una y otra vez sin nada nuevo que aportar.