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E3: The Saboteur

Paris, je t'aime.

  • ¿De qué va?: Somos un agente infiltrado en la París ocupada por el ejército nazi. Nuestra misión como miembro de la resistencia es devolver la esperanza al pueblo y vengar la muerte de nuestros compañeros.
  • Lo que nos gusta: Su estética en blanco y negro con pequeños destellos de color que nos recuerda a películas como Sin City. La posibilidad de afrontar las misiones de distintas maneras.
  • A mejorar: Como juego de acción parece que no irá más allá de los clásicos clichés del género (barriles explosivos incluidos) y nos gustaría que acabara siendo una experiencia mucho más variada.
  • Nuestro veredicto: ****

A diferencia de la mayoría de juegos que hoy en día tienen como escenario la Segunda Guerra Mundial, The Saboteur no se basa tanto en las grandes batallas, frentes y nombres que han quedado grabados en libros de historia, sino que aporta un punto de vista mucho más cercano al propio individuo y a cómo la población sufrió este conflicto en el sino de una gran ciudad ocupada como París. Sean Devlin, su protagonista, no es el prototipo del valeroso (y neutro) soldado al que estamos tan acostumbrados a controlar, es más bien una encarnación de esos anti-héroes de la resistencia fascista que tanto inspiraron a escritores como Ernest Hemingway. Lo cierto es que es difícil no simpatizar con él y con todos los polígonos de este juego, auténticos aspersores de humo de tabaco y romanticismo en tiempos difíciles.

Tal como ya os dijimos en nuestra crónica de la conferencia de Electronic Arts, este título desarrollado por los californianos Pandemic Studios, los mismos autores de juegos como Full Spectrum Warrior (2004), Star Wars: Battlefront II (2005) o Mercenaries 2 (2008), puede convertirse sin hacer demasiado ruido en una de las grandes sorpresas del año. Aunque no se mostró jugable en el stand de EA, pudimos asistir a una demostración a cargo de Phil Hong, el productor del juego, de la que a continuación pasamos revista.

Como hemos dicho, el argumento The Saboteur gira entorno a la lucha guerrillera que la resistencia francesa a la ocupación nazi protagonizó tras la invasión de París en 1940, y que era dirigida desde Londres por el gobierno en el exilio. Aunque todavía no se han desvelado todos los detalles de la historia es bastante probable que el protagonista sea una especie de infiltrado que trabaja para la conocida fundación Francia Libre, representada por la Cruz de Lorena (que podemos ver en el tráiler) y que fue fundada entre otros por el ex-presidente de la República francesa Charles de Gaulle. Las cosas se complican cuando varios de los amigos de Sean son asesinados por los nazis, algo que hace que decida tomarse su lucha como una venganza personal.

The Saboteur ofrece una perspectiva diferente de la Segunda Guerra Mundial a través de los videojuegos.

Partiendo de esta premisa argumental, es importante apuntar que la mecánica del juego está fuertemente ligada a la propia naturaleza del tipo de lucha que llevaban a cabo este tipo de organizaciones de la resistencia, nos referimos evidentemente al sabotaje. Aunque el valor de estos soldados encubiertos estaba fuera de toda duda, plantear un ataque cara a cara contra un ejército era cuanto menos un suicidio para estos pequeños grupos, así que sus incursiones se caracterizaban por el ataque a las instalaciones, a las vías de suministro y a los altos cargos de las fuerzas ocupantes.

Por esta razón The Saboteur no es un juego de tiros en primera persona, no tendría sentido. Su mecánica es la de un juego de acción estructurado en misiones que tienen lugar dentro de un mundo de juego abierto al estilo GTA. De esta forma tenemos la oportunidad de recorrer con cierta libertad una recreación a escala reducida de París mientras decidimos si hacemos una u otra misión o vagamos sin más objetivo que realizar otro tipo objetivos secundarios. En total nos han comentado que la aventura principal tendrá una duración aproximada de entre 15 y 20 horas.

Tiempos difíciles para pasear tranquilamente por París.

De todas maneras, donde reside la auténtica esencia de The Saboteur, y que consigue que esta mecánica de mundo abierto acabe pareciendo algo realmente nuevo –cuando no deja de ser el mismo planteamiento de muchos juegos de acción actuales– es en el tratamiento estético que se le ha dado al juego, y más concretamente al uso particular que hace del color. Es sin ningún tipo de duda su principal rasgo distintivo. Como podéis ver en los vídeos que se han publicado del juego, The Saboteur intenta transmitir la opresión que supone la ocupación nazi mediante el uso del blanco y negro. También tiene que ver en esta decisión el propio imaginario colectivo, acostumbrado a ver la Segunda Guerra Mundial como “una guerra en blanco y negro”, aunque exista multitud de material filmado en color. Asimismo, fruto de la confesa influencia que en Pandemic han tenido películas como Sin City se muestran algunos detalles en color con la intención de que destaquen sobre los demás, como son los emblemas, la sangre o la luz dentro de las casas. Pero todavía hay más, ya que el uso del blanco y negro no es solamente estético, se convierte en un elemento más de la propia mecánica del juego.