El trasfondo de CoD Elite
Un experimento que podría definir el futuro de Activision.
Activision es una compañía que se sustenta en dos pilares. El primero es World of Warcraft, un producto que genera miles de millones de euros en beneficios cada año gracias a las predecibles y sólidas suscripciones mensuales. El segundo es Call of Duty, una franquicia millonaria cuyas credenciales son ser un producto retail que se publica cada año poco antes del periodo navideño.
Todo lo demás que hace Activision, tomando prestada la expresión de Steve Jobs, es realmente solo un hobby. Jobs hablaba del AppleTV, pero el término se puede aplicar perfectamente al resto del catálogo de Activision. Algunos de ellos son hobbies muy rentables, como las demás franquicias de Blizzard, pero en comparación con las dos marcas que aguantan a la compañía son secundarios.
Por lo tanto, me imagino que a los directivos de Activision les atormenta una pesadilla recurrente - o al menos debería atormentarles. ¿Qué pasa si uno de esos pilares se derrumba? ¿Qué pasa si uno de esos productos falla y todos los beneficios que reportan a la compañía desaparecen? En un mercado tan inestable como el del videojuego, apostar todo a tan solo dos cartas parece excesivamente confiado.
Activision ha anunciado algo que es casi sorprendente por lo inofensivo que resulta
Si esto ocurriese, en todo caso, es muy poco probable que el que sufra fuese World of Warcraft. El gigante de Blizzard domina el mercado y quizás ya no tenga brutales cifras de crecimiento(uno problema en si mismo, ya que los accionistas a los que Activision se debe están más preocupados por el crecimiento continuado que por la solidez de los beneficios), pero ciertamente no va a decaer. Sus jugadores han tomado un firme compromiso, uno que es difícil de conseguir pero que una vez obtienes asegura una inmensa fidelidad al juego - un factor vital en la base de jugadores de WoW y, de hecho, de cualquier MMO.
Call of Duty, en cambio, es mucho más frágil. Mientras que los jugadores de WoW deben tomar la firme decisión de dejar de pagar por el juego, CoD depende de que los jugadores decidan gastar 70€ cada año en la cada nueva entrega. La presión que eso provoca en la marca es obvia - solo eres bueno mientras tu último juego lo sea, pero si un año fallas tendrás un año de mala crítica y quejas de los consumidores, y al siguiente puedes sufrir una debacle en ventas que por mucho que inviertas en publicidad no vas a poder arreglar.
Activision tiene dos formas de asegurarse ante ese tipo de eventualidad. La primera es crear más pilares - desarrollar nuevas franquicias con el mismo potencial comercial que sus actuales blockbusters. Con la reciente muerte o "descanso" de las franquicias Guitar Hero y Tony Hawk, nunca han tenido una necesidad tan brutal de hacerlo. El trato de la compañía con Bungie seguramente le nutra con ese tipo de franquicia en los próximos años, aunque sería poco inteligente pensar que es una apuesta segura - recuerda que el último estudio que pasó de trabajar en una importante franquicia de Microsoft a desarrollar una nueva IP para Activision fue Bizarre Creations, y todos sabemos cómo terminó la historia.
La segunda forma de blindarte, entonces, es cambiar de forma gradual el arriesgado modelo de negocio que actualmente usa CoD hacia el mucho más seguro que representa WoW. Desde una perspectiva de negocio nada podría tener más sentido - o ser más atractivo - que esta idea. Desde una perspectiva más realista y detallada, sin embargo, es un concepto plagado de problemas, el más importante de los cuales es que los fans del juego detestan dicha posibilidad.