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Fat Princess: Fistful of Cake

Estrategia muy golosa.

Fat Princess: Fistful of Cake es la conversión a PSP del juego aparecido inicialmente para Playstation 3 a través del servicio PSN Network el pasado verano. En esta ocasión la distribución clásica incorpora, además nuevos mapas para el desarrollo individual, dos nuevos modos de juego para ser consumidos vía Internet y un modo local ad-hoc que permite la consola portátil. Fat Princess cuenta la historia de las princesas de dos reinos rivales que una tarde salen a pasear juntas por el bosque y encuentran un pastel del que dan buena cuenta. Absurdo, ¿verdad? Pues el pastel resultó estar maldito, causando en las dos princesas la enfermedad del hambre eterna que les impide dejar de comer.

Con este argumento rocambolesco comienza el enfrentamiento entre los reyes de ambos reinos, que buscan “por las malas” salvar a sus hijas luchando entre sí. A lo largo de 18 niveles en el modo individual manejaremos al súbdito de uno de los bandos al más puro estilo “Captura la bandera”, es decir, haz algo antes de que lo haga tu enemigo.

El desarrollo es semejante al de un juego de estrategia, tenemos de nuestro lado un pequeño ejército de peones que pueden transformarse en mineros, soldados, arqueros, leñadores, magos o sacerdotes. Pero con una salvedad importante, son autónomos, actúan por su cuenta y no podremos darles órdenes salvo en momentos puntuales en los que podremos reclamar su ayuda. Controlamos a uno de estos peones, podemos cambiar de profesión acudiendo a uno de los centros de adiestramiento y cogiendo el sombrero correspondiente, y podemos morir –moriremos– muchas veces, siendo entonces teletransportados y reiniciados en un punto concreto del mapa.

¿El objetivo? A veces boicotear al contrario poniendo bombas en su reino; otras destruir sus construcciones; también tendremos que secuestrar a su princesa, o evitar que sea rescatada dándole de comer pasteles para que engorde y sea más complicado trasladarla. Objetivos hilarantes que permitirán diferentes posibilidades a la hora de escoger profesión. Por ejemplo, podemos escoger arquero, un personaje con menos puntos de vida pero que evitando el combate directo y refugiándonos en la segunda línea podremos resolver el escenario simplemente protegiendo la retaguardia mientras el grueso del equipo ejecuta la misión de forma autónoma.

También podemos tomar las riendas del combate y encabezar una avanzadilla contra el enemigo conquistando fortificaciones y destruyendo puestos fronterizos. O incluso dedicarnos a la recolección de madera y metales preciosos para mejorar nuestras tropas y dejar la guerra a la máquina. Una libertad de acción no muy usual y que tiene un talón de Aquiles: la inteligencia de los bots, los personajes manipulados por la máquina, es tan elevada que podemos no hacer nada durante minutos y seguir adelante en el juego.

Es lo que sucede cuando insertamos el UMD por primera vez y escogemos seguir la historia para un jugador, aterrizamos sobre un mapa y vemos decenas de hombrecillos esperar por un sombrero para proteger el emplazamiento, o atacar al enemigo, o recolectar materias primas para obtener la capacidad de arrojar bombas. En definitiva, escoger una profesión, que será también nuestra primera decisión, y mientras aprendemos a interactuar con las posibilidades de cada especie podemos perder la partida o incluso ganarla sin saber el porqué.