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FIFA 11

Fútbol total.

Como punto negativo, sólo nos podríamos quejar de cierta lentitud en los desplazamientos horizontales, pero se nota poco gracias a que, por fin, la potencia de los tiros a puerta es mucho más realista. Eso, acompañado de un comportamiento ultra realista de los porteros, da una variedad tremenda a las jugadas de ataque. El pase de la muerte ya no siempre es infalible, los globitos son atajados seriamente y los uno contra uno no dan risa.

Se me están cansando los dedos de teclear elogios, y creo que ya he dejado claro el punto: jugar a FIFA 11 mola, y mola mucho más que FIFA 10. Pasemos a los modos de juego.

Los cambios, en este apartado, han sido mínimos. Lo más destacable es que ahora el modo carrera nos deja empezar nuestra trayectoria como jugador, como entrenador o como jugador-entrenador (Zola, Vialli, grandes hombres). Todo es bastante similar al año pasado, pero un poco más ágil; elementos como los partidos simultáneos o la integración del periódico Marca están bastante bien. Podemos empezar con equipos pequeños e ir subiendo o directamente con un grande, y desplegar nuestro fútbol durante 15 años.

Además, podemos enfrentarnos a este reto controlando a todo el equipo o a un solo personaje, que puede ser uno que ya exista o uno hecho desde cero –al podéis poner vuestra cara mediante la web de FIFA 11-. El editor, eso sí, es bastante malucho y poco gracioso. Por lo menos nos queda el consuelo de poder crear cánticos propios y asignarlos a equipos y situaciones determinadas, o escuchar nuestra música directamente del disco duro.

El componente online, desgraciadamente, no lo hemos podido probar, pero tampoco se avecinan grandes cambios. En cuanto el juego salga a la venta y los servidores estén llenos actualizaremos el artículo, en caso de encontrar algo reseñable. Lo que más ganas tenemos de probar son los partidos de 11 contra 11, en los que por primera vez se puede controlar al portero.

Hemos disputado varios encuentros con esta modalidad –offline, eso sí-, y aunque se agradece y es bienvenida, es abrumadoramente aburrida. A no ser que tus compañeros sean malos a rabiar, tocarás uno o dos balones por partido. Los controles están bien, y en el campo de entrenamiento te lo pasas en grande, pero en los encuentros es triste. Y es que… ¿recordáis quién era el portero en el colegio? Pues eso.

FIFA 11 es un enorme juego de fútbol, pero todavía puede mejorar, especialmente en cuestiones de interfaz, porque los menús de edición de táctica siguen siendo lentos y poco intuitivos. Tampoco me gusta que puedas personalizar tantísimo las opciones de control: hay mil opciones que pueden ser manuales, semiautomáticas o automáticas. En muchas ocasiones no tienes ni idea de qué estás tocando, y en otras se crean demasiados desequilibrios entre los distintos estilos de juego. Que propongan un par estaría bien, pero habría que limitar tanta opción.

En todo caso, seríamos locos si le pidiésemos mucho más. Es divertido, inteligente y mejora sustancialmente a su antecesor. Que cada cambio hecho afecte tan positivamente al juego es una buena señal: saben qué hacen y a dónde van. Y nosotros, por descontado, les acompañaremos, porque la de tardes de diversión que tenemos por delante no las puedo ni imaginar.

9 / 10

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