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Final Fantasy VII: Crisis Core

RPG + tragaperras. En serio.

Lo que antes llamaba la atención ahora lo sobrellevamos con normalidad, o con total indiferencia. A Crisis Core le ocurre algo similar, pero en este caso el factor nostalgia, lejos de perder fuerza, actúa como reclamo para los fans (y para las ventas). No podemos olvidar que la mayoría de los que estamos aquí éramos adolescentes impresionables durante la generación PSX. En otra ocasión hablaré de mi delicada relación con la saga, pero es esa baza la que Square Enix ha jugado durante el diseño del juego. Si ya eras seguidor del original, con este te va a chorrear la baba como a un borracho. En cambio si no te atrajo o no lo jugaste, tan solo te parecerá un nombre más en la lista de RPG's de acción del momento.

Pero dejémonos de disertar, vayamos al juego.

A diferencia de Dirge of Cerberus, ese capítulo para PlayStation 2 que venía a completar la historia de Final Fantasy VII pero que no aportaba gran cosa, Crisis Core sí que mantiene un estrecho vínculo con el mítico juego protagonizado por Cloud y Sephiroth. Algo lógico considerando que es una precuela de éste. Para aplacar a las hordas de fans que esperaban un remake next gen del original, Square ha procurado ser lo más fiel posible a su mitología. En esta ocasión se conserva el tono y el estilo del predecesor, incluida la atmósfera del juego, el inocente sentido del humor, la iconografía y el diseño en conjunto. Localizaciones como el Edificio Shinra, los suburbios o la capilla de Aerith están recreados al detalle en unas magníficas 3D, con uno nitidez y un brillo que explotan tremendamente bien las posibilidades de la pantalla de PSP. Advertimos que si no sentís una nostalgia brutal paseando por los subterráneos de la Mansión Shinra o por el interior del Reactor Mako de Monte Nibel deberéis preparar vuestro carnet de fan de Final Fantasy VII, porque un miembro de nuestro partido pasará a recogéroslo en las próximas semanas.

Muchos de los personajes que pasaron a la historia del género hace ya once años repiten protagonismo en esta entrega. Así, a parte de los citados, volveremos a ver a Aerith, Yuffie, Los Turcos...y un largo etcétera, hasta llegar al protagonista, el propio Zack Fair. Por si nadie os lo ha dicho (una de dos, o no tenéis amigos o acabáis de despertar de una hibernación glacial) esta es su historia, así que olvidaos de controlar al pelopincho rubio. Ahora Zack es lo que mola, o eso dicen. Fue el jefe, mentor y amigo de Cloud en SOLDADO, al que éste, en su paranoia, termina por suplantarle la personalidad. La intervención de Zack en Final Fantasy VII fue meramente testimonial pero más tarde protagonizó Last Order, la OVA que narra los acontecimientos acaecidos dos años antes. En Square Enix se dieron cuenta a tiempo de que el personaje estaba desaprovechado y que tenía cierto potencial.

La superestrella del J-Pop y diseñador en sus ratos libres Tetsuya Nomura se ha encargado de adaptar los viejos diseños a la tendencia marcada en Advent Children. A partir de la octava entrega sus personajes han ido evolucionando hacia un estilismo más “delicado”, con unos personajes de rasgos muy definidos y vestuario no menos estrambótico.

Crisis Core está localizado siete años antes del Final Fantasy VII original, centrándose en la guerra entre Shinra y el próspero continente occidental de Wutai. Tras la desaparición de Génesis, uno de los guerreros más poderosos de la compañía, nos pondremos en la piel de Zack, un joven soldado a punto de realizar su sueño. La primera misión consiste en investigar los motivos de la supuesta deserción de Génesis, encontrarlo y poner fin a la guerra. Lo que cualquier soldado hace a diario, vaya. Para ello nos enviarán a Wutai, bajo la supervisión de Angeal, mentor e ideal de guerrero, y Sephirot, el legendario Primera Clase. Angeal es un tipo empalagoso hasta decir basta, advertidos quedáis. La historia que cuenta el juego se diferencia de la mayoría de RPGs por el hecho de alejarse de los clásicos clichés argumentales de “salvar al mundo del supervillano” o “evitar una catástrofe apocalíptica”. En este caso se sustenta en la relación de Zack con los tres insignes miembors de SOLDADO, Angeal, Génesis y Sephirot, y el vínculo de éstos con el misterioso Proyecto G. A lo largo del juego vivimos cantidad de escenas memorables. Muchas de ellas se utilizan para dar una explicación a hechos presupuestos en el original, lo que mantiene constante la atención del jugador. Algunas, como el origen de la espada de Cloud o la vida amorosa de Aerith en Midgar, tendrán un especial interés para los fans. En general la historia es uno de los puntos fuertes, pero las verdaderas novedades están en el apartado jugable.