Final Fantasy XIII
Un trabajo de artesanía.
Hace muy pocos días os comentábamos la deriva un tanto errática de los actuales juegos de rol japoneses en un interesante artículo. Ciertamente, desde la era de los 32 bits las cosas no han cambiado mucho. El salto a la quinta generación de consolas hizo que juegos como Final Fantasy, que anteriormente ya contaban con un nicho de público bastante amplio, ganasen en espectacularidad e instauró una constante que se mantiene hasta hoy: la de las imponentes escenas CG que ayudan a contar la historia.
Con el avance tecnológico que ha habido desde entonces, resulta interesante que este cliché del género se siga manteniendo cuando casi todos los demás juegos apuestan por escenas narrativas con gráficos generados por el motor de juego, en gran medida para fomentar la sensación de continuidad y para facilitar la interacción durante las mismas, en muchos casos. Parece que Final Fantasy sigue empeñada en ser una franquicia que refine más y más su producto, en vez de adaptarlo a los estándares de los nuevos tiempos: Final Fantasy XIII parece un buen ejemplo de ello.
Final Fantasy XIII es el equivalente en el videojuego de un trabajo artesano. Traslucen, en su acabado y en su diseño, un interés y un cuidado por los detalles, un mimo por la estructura clásica sobre la que llevan trabajando más de veinte años, que resultan más que dignos de respeto. Pero no es sólo una cuestión de amor por los mecanismos con que trabajan desde hace tanto: Momotu Toriyama, el director del juego, nos contó que los otros Final Fantasy XIII (Verus y Agito) serán muy poco tradicionales, así que el clasicismo de FFXIII es más que nada una cuestión de equilibrio para la franquicia en esta decimotercera entrega.
Con todo esto viene dicho que los fans del género J-RPG van a encontrar en FFXIII exactamente lo que buscan. Para empezar, van a encontrar una historia de tonos elevados y con aspiraciones épicas y –casi– metafísicas. Una historia de temas, más que de personajes, muy en la línea FF y muy en sintonía con la sensibilidad oriental. El desarrollo de estos personajes por cierto, nos recordó mucho al que ya vimos en FFX. Descubrir los detalles tendrá que ser cosa de cada uno de vosotros, pero ya os podemos avanzar que el planteamiento parece más oscuro y menos teen que en anteriores ocasiones, hasta el punto de que de su reservada protagonista no sabremos su verdadero nombre, sólo su apodo: Lightning.
No es habitual que los protagonistas de Final Fantasy sean femeninos, pero los productores del juego nos comentaron que asociaban este cambio a un comienzo desde cero de la franquicia en esta generación de consolas HD y que Lightning tampoco es un personaje femenino al uso. Se trata de una chica de acción, parca en palabras y más dura que el pedernal. Desde luego, no se parece en nada a Yuna, eso está claro.