Football Manager 2011
¿Mourinho o Guardiola?
Como el dejar de fumar, aprender un idioma o el ir al gimnasio, cada año me propongo que no me engancharé a Football Manager. Pienso que es lo mismo de siempre, que el motor gráfico podría mejorarse y que... ah demonios, me ha vuelto a pasar. Sin saber exactamente por qué, te dejas llevar por su gloria y acabas asumiendo que esos malditos de Sports Interactive han sabido encontrar una fórmula que, de trasladarse a la química, sería peor que el crack. Pero con sabor a fresa.
Precisamente porque ya tienen ese toque mágico, no cambian demasiado de año en año. Evidentemente ajustan los traspasos y las plantillas, rectifican atributos de jugadores y añaden las novedades pertinentes; eso, ya de por sí, da sentido a las nuevas versiones.
En 2011 los cambios más notables están en las negociaciones. Las haremos mediante un sistema dinámico con el que interactuaremos con los representantes. Oh, el horror, esas garrapatas a las que hay que darles una bolsa del Caprabo llena de billetes para que por lo menos se sienten en la mesa. Esta nueva figura influirá notablemente en tus traspasos; si los tienes contentos engrasarán la maquinaria; si te niegas a darles una prima es posible que se vayan y que te cierren las puertas a todos sus clientes (suelen representar a varios jugadores). Más gastos, en definitiva, pero también más estrategia y realismo.
Ese sistema dinámico del que hablaba, en todo caso, está bastante bien. Algunos te piden que seas tú el primero en hacer una oferta; otros ya van fortísimos directamente y otros ni te dejan hablar. Cuando haces tu movimiento, inmediatamente obtienes una respuesta, que puede ser un acuerdo o una petición para reajustar ciertas cláusulas y cifras. Eso añade tensión y dinamismo al proceso, porque además de ser instantáneo (como si tuvieses una reunión, vamos) tienes la constante sensación de que como te pases con tus faroles van a irse y a ponerte una cruz. Poco a poco aprendes a tocar las teclas adecuadas, y llegas a ser incluso más veterano que esos roedores.
Las conversaciones también estarán presentes en las charlas con los miembros de tu equipo. Tendrás que moldeas una relación con cada uno de ellos, aunque a veces sea difícil. Algunos jugadores son problemáticos y te responderán como niños de tres años; a falta de la opción "bofetada de revés en el cachete", tienes que posicionarte: o marcas tu autoridad o le das la razón. Las consecuencias son todavía mayores que el año pasado, con la posibilidad incluso de que se desencadene un motín en tus filas. Lo mismo con la directiva, la prensa y los agentes.
En todo caso se nota que esta será una de las áreas que trabajarán en un futuro. Es cierto que hay cierto realismo y que es un paso en la dirección adecuada, pero todavía le falta un poco de desrobotización. Es posible que en años venideros cada personaje tenga realmente una personalidad marcada –igual que tienen atributos de chute o velocidad-, pero de momento sólo es un paso en una muy buena dirección.