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Forza Motorsport 3

Epic content.

Sobre los cerca de 100 circuitos que nos aguardan podemos decir lo mismo, a nivel visual están muy bien recreados, al conocido escenario de Montserrat solamente le falta contar con los niños cantores de l'Escolania para acabar de transportarnos allí mismo, los 20,76 km del legendario Nürbungring harán palidecer a los aficionados del motor, el japonés Fujimi Kaido es como dar un paseo virtual por el país del sol naciente y el otoñal Maple Valley (viejo conocido de los fans de la saga) vuelve para darnos cobijo en esas tardes en las que conectamos el Forza para desconectar un ratillo del mundo real. Todos ellos están realizados con una paleta de colores vivos que sin dejar de ser realistas los acercan al terreno de lo virtual de forma muy acertada. No obstante, al parecer sus creadores han ido tan lejos en su voluntad de ofrecer algo perfecto y limpio que se han olvidado de que en este mundo real también llueve, se hace de noche y asoman los nubarrones. Así, en Forza 3 siempre encontramos una climatología óptima para las carreras.

A cambio de sacrificar estos pequeños detalles/pijaditas tenemos algo que a todas luces es más importante cuando estamos hablando de un simulador, y es que todo el rato lo veremos y conduciremos a 60 estables frames por segundo; y con esto entramos a hablar del gran baluarte de Forza 3: las físicas. Desde Turn 10 han primado la estabilidad y la física a los pequeños alardes gráficos, así que si visualmente es un portento imaginad como se comporta a nivel técnico. La principal novedad en este aspecto es que ahora los coches sufren desperfectos y pueden llegar a volcar. Dan Greenawalt ya nos explicó en la entrevista que le realizamos recientemente que los fabricantes (sin excepción) les habían dado permiso para que hicieran con sus coches lo que quisieran, ¡y vaya si lo han hecho!

Para probar si era verdad decidí coger un vehículo relativamente rápido, algo interesante como el Toyota Motorsport GT-ONE TS020 y aunque hacer esto con este coche debería ser penado con unas luces rojas rojas (como mínimo), me dedique a darle caña y estamparlo contra todo. Es cierto que di vueltas de campana, que mi coche volcó y que se volvió a poner derecho como si estuviera jugando al OutRun, que se ralló hasta parecer irreconocible... En efecto, sus creadores no nos tomaban el pelo, pero todavía hay que mejorar un poco en realismo en lo que se refiere a impactos. De todas maneras, nos guste más o menos el resultado final el hecho de que ya no juguemos a carreras con coches que eran más cajas de zapatos que coches es digno de elogio.

El sistema de daños.

A nivel de físicas, otra de las novedades de las que más nos han hablado es la deformación de las ruedas dependiendo de la velocidad, la inclinación de nuestros vehículo respecto de la pista, etc. Un detalle tan “pequeño” como este tiene su respuesta en la conducción y los jugadores expertos deben fijarse bien para sacar un mayor rendimiento de los coches. Es para este tipo de jugadores que Forza 3 incluye un completísimo sistema de telemetría que nos muestra diferentes aspectos técnicos del coche en tiempo real. Accedemos a esta información desde la carrera mediante las cuatro direcciones de la cruceta, pero además se nos brinda la posibilidad de configurar por completo el HUD para que veamos lo que nos interesa con mayor comodidad.

Los amantes del mundo del motor se lo pueden pasar en grande poniendo a punto los coches en el completísimo sistema de configuración de tuneo que incorpora Forza 3. Parámetros como la presión de los neumáticos, las relaciones del cambio, el alineamiento de las ruedas, las suspensiones de los frenos, el apoyo aerodinámico o el diferencial, entre otros aspectos son fundamentales para mejorar el índice de rendimiento de nuestro vehículos. Pero que no se asusten aquellos jugadores que únicamente quieren hacer carreras y tener los coches siempre a tope, puesto que para ellos existe la opción de Mejora rápida, con la que la máquina se encarga de optimizar nuestro coche a cambio de un módico precio. Es en aspectos como este donde se pone de relieve el gran trabajo de Turn 10 para hacer accesible el simulador a todo tipo de jugadores.

El selector de dificultad es otro de los puntos fuertes de este título ya que permite que tanto los novatos como los profesionales puedan disfrutar de la misma manera. La ausencia de un tutorial al estilo de los carnets de Gran Turismo se ve sustituida en esta caso por cinco niveles de dificultad personalizables en los que podemos calibrar el grado de ayuda que recibamos. Así, si no somos muy diestros en este noble arte de la conducción podemos solicitar frenos automáticos, frenos antibloqueo, control de estabilidad, control de tracción, cambio de marchas automático, trazado óptimo, escoger la dificultad de los oponentes, poco consumo y menos desgaste de ruedas. A medida que le cogemos el punto y aprendemos por donde es mejor tomar las curvas vamos quitando capas de ayuda y sin que nos demos cuenta estamos corriendo como un auténtico; y lo mejor de todo es que aunque estas opciones parezcan algo enrevesadas, activarlas y desactivarlas es algo fácil e intuitivo. Por el contrario, aquellos que directamente se lancen al asfalto sin más ayuda que sus habilidosas manos tienen la ventaja de que ganarán más créditos, puesto que a menos ayuda más dinero se gana en los diferentes eventos.