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From Dust

El regreso de Eric Chahi.

En From Dust eres Dios, y Dios, por lo que parece, se dedica a aspirar cosas. Es como una gran aspiradora voladora que media continuamente entre la población y el mundo en el que habitan. O al menos, eso parece.

La influencia aquí es indirecta. A medida que intentas llevar a tu gente de un antiguo monumento al siguiente y te aseguras de realmente que lo hacen, construyendo caminos entre el mar o aspirando grandes bolas de arena cuando bloquean el paso, parece un poco como Katamari Damacy - si Katamari Damacy hubiese sido diseñado por Moisés, cosas de la que estoy convencido que no fue así.

El juego nació, como muchas otras cosas, de la fascinación por los volcanes. Eric Chahi, el creador de Another World y Heart of Darkness, sintió a finales de los noventa la necesidad de alejarse de la industria del videojuego durante una temporada, y acabó mezclado con el mundo del arte, la fotografía y, al final, la volcanología.

"Como creador me emocionan muchas cosas", explica. "Me encanta el mundo de los minerales, donde hay un montón de características geológicas, y lo más grande para mi durante esa época de mi vida eran los volcanes".

"Fui a volcanes que de verdad estaban activos. Al principio no pensaba que fuese posible. Era una verdadera pasión por estar ahí para ver como la tierra erupcionaba y cobraba vida. Ves a la tierra respirar, a la lava crear increíbles paisajes. Ver la lava a solo unos metros de ti es increíble. Cambió mi forma de entender el mundo, y eso realmente ha influenciado a From Dust".

El nuevo juego de Chahi explica la historia de una tribu amnésica que busca redescubrir su pasado. Esto ocurre, la mayor parte del tiempo, llevando a tus seguidores a través de grandes mapas, construyendo poblados alrededor de un antiguos tótems y recopilando su historia, a medida que tu deidad obtiene nuevos poderes mientras tu pueblo avanza. Para el jugador el objetivo es dirigir tu tribu controlada por una IA de un punto a otro y entonces nutrirla de forma creativa.

Puede sonar como una inacabable sucesión de misiones de escolta, pero From Dust es en realidad rápido, divertido, con una mecánica central que se parece un poco a la depuración informática, eliminando un único obstáculo con orden en vez de varios a la vez.

La IA de tu tribu es sorprendentemente buena - córtales el pasos y no sólo tratarán sino que encontrarán la forma de crear una nueva orgánicamente - y se las apaña bastante bien ella sola, pero lo que es incluso mejor es que el juego siempre hace que las intenciones de tu tribu sean claras. Sitúa un objetivo alejado y el camino que seguirá tu tribu se marcará con un hilo espectral. Cuando el camino tope con una característica geográfica que no puedan superar sin tu intervención el hilo se vuelve rojo, marcando las áreas que deben centrar tu atención.

Ahí es donde entras en juego. Al principio los retos que este particular dios debe superar son simples: tienes que llevar a tus fieles más allá de un pequeño mar, lo cual se puede superar fácilmente colocando arena para crear un puente o creando una paren para formar un lago y después drenar toda el agua.

A medida que tus poderes evolucionan los escenarios se vuelven más complejos y dinámicos, y los retos se vuelven muchísimo más interesantes. Los niveles más avanzados ofrecen complejas penínsulas que debes cruzar, o lugares en los que tu objetivo está sumergido bajo el mar o amenazado por un río de lava. ("Escucha la lava", dice Chahi. "Hemos capturado su sonido de un volcán real".)