Gran Turismo 5
Conducción con toques de simulador.
En lo que a opciones se refiere, cumple sobradamente, permitiendo seleccionar los circuitos, organizar las carreras en base a un modelo de coche concreto, a un límite de potencia (con el agravante de que no se puede limitar la potencia por debajo), etc. Las pistas ofrecidas serán variadas, aunque el hecho de que la mayoría tengan limitadas las condiciones meteorológicas le resta bastante interés.
Pero no podemos analizar el titulo limitándonos a hablar de los modos de juego, porque estamos ante un producto que promete una recreación automovilístisa sonora, y visual de primer nivel.
Gráficamente es bastante impresionante, sobre todo en lo que a los coches premium concierne. No así en los estándar, que dejan bastante que desear. Y cabe plantearse si no habría sido suficiente con los 221 premium, porque el ver unos al lado de otros en la pista desluce el conjunto en ocasiones. El modelado de los premium es, sencillamente, espectacular, con una atención al detalle muy pocas veces vista. Los brillos, interiores, faros y demás elementos son una delicia para el aficionado al motor. Realmente es una de las mejores representaciones de un coche que se hayan hecho. Pero, por otro lado, hay que decir que los estándar, como decíamos anteriormente, no están a la altura. Querer tener un juego con más de 1000 coches tiene un precio, y es que no todos van a recibir el mismo cuidado. Y eso se nota, vaya si se nota.
Como añadido, diremos que GT5 permite la vision 3D, si tenemos una televisión de este tipo, lo cual deberia ser interesante en los modelos premium, y además el uso de la cámara del nuevo sistema de control Move, que seguro resulta en una manera curiosa de controlar los coches, pero son conjeturas porque no hemos podido probarlo. Si alguien nos dona una TV 3D para probarlo, se lo agradeceremos.
Los modelos de los coches estándar van de lo bueno a lo muy malo, con algunos casos muy puntuales que nos hacen preguntarnos por qué demonios no se ha quitado ese vehículo, pues el juego ganaría sin él. En lo que a los circuitos se refiere, el nivel está alto, aunque en ciertos circuitos se echan en falta más elementos en los exteriores de pista que sí están presentes en otros títulos anteriores a GT5. Por lo demás, el modelado de las trazadas es muy realista, llegando a rozar el puro espectáculo en los circuitos urbanos de Madrid o Londres.
Y aquí nos gustaría hablar de la gran pega del motor gráfico: los efectos de partículas. No es que no estén a la altura del resto del producto, es que están a un nivel muy, pero que muy bajo. Cuando entramos en una nube de polvo, derrapamos sobre el asfalto o corremos sobre una montaña de nieve, el efecto "pegado" entra en escena y vemos cómo el gráfico parece una pegatina detrás del coche. No es aceptable un fallo así, aunque sea tan poco importante para la jugabilidad, máxime viendo el mimo puesto en otros puntos del juego.
Pasemos al sonido, que es un punto polémico entre los expertos. Por un lado tenemos unas recreaciones de sonido increibles en muchos coches, con diferencias en base a las piezas que le hayamos instalado (si tenemos un buen 5.1 para apreciarlo), pero por otro lado tenemos coches que suenan demasiado parecidos entre sí, al ser reciclados de Gran Turismo 4. Así tendremos unos coches con un sonido espectacular, siempre oscilante en base al comportamiento del coche, y otros que suenan exactamente igual que un coche similar. Sea como sea, no deja de ser un detalle sólo para muy, muy puristas, porque la sensación sonora que dan todos y cada uno de los coches es trepidante y muy disfrutable. Mucho más criticable es el que no exista variación de sonido correcta cuando pasamos por un túnel o los extraños ruidos producidos en algunas ocasiones al pisar un piano.
Pero nos dejamos lo más importante, ¿cómo se siente el jugador con Gran Turismo 5?
Bien, muy bien.
Partamos de la base de que es un juego hecho para jugar con volante, aunque el funcionamiento con pad es bastante bueno y muy bien adaptado debido a la sensibilidad de los sticks analógicos del Dualshock 3, pero olvidaos de tener un control preciso con los coches más potentes si usais los botones en lugar de los sticks. Para este análisis hemos usado un pad Dualshock 3, un volante Logitech Driving Force Pro y un volante Logitech G25 y en los volantes es cuando GT5 se muestra como una fiera y lo da todo.
La respuesta y sensaciones de los coches a las órdenes del jugador es precisa, adecuada y coherente con la pista, coche y modificaciones. Obviamente el aspecto meteorológico del juego tambien se hace notar: correr con un Impreza en nieve es fabuloso, y meter un Ferrari en una pista de gravilla nos hará vivir el infierno. En todo momento somos capaces de apreciar la diferencia de tracción entre los coches, la longitud de sus marchas, el exceso de potencia y demás detalles. Notaremos el pisar un piano, sabremos cuando estamos a rebufo de un rival, sufriremos la falta de agarre y el comportamiento correcto en las curvas. El conjunto es muy, muy correcto, resultando en una experiencia absolutamente satisfactoria para la mayoría del público al que va dirigido.
Y a modo de conclusión, ¿cumple Gran Turismo 5 con lo prometido durante tanto tiempo?
Si, lo hace, pero a medias.
En lo jugable hay pocas, muy pocas pegas que poner a este juego: es muy divertido, visual y sonoramente es espectacular y para el fanático del automovilismo es una delicia de detalles. Pero hay que señalar los defectos, igual que las virtudes, y hay que decir que los coches estándar no están a la altura, hay algún fallo gráfico y la IA es limitada.
Es un juego de conducción con toques de simulador, los justos para que sea una experiencia automovilística asequible y configurable para todo el mundo, desde los más fans del arcade hasta los que buscan algo realista sin llegar a los extremos de verdaderos simuladores hardcore como rFactor, LFS o iRacing.
Desde luego, no hay nada parecido en PlayStation 3, ni por aproximación y es un juego enormemente disfrutable y con una vida de juego enorme, y eso sin contar el online, que responde como se debe. Es un juego de conducción con toques de simulador, los justos para que sea una experiencia automovilística asequible y configurable para todo el mundo, desde los más fans del arcade hasta los que buscan algo realista sin llegar a los extremos de verdaderos simuladores hardcore como rFactor, LFS o iRacing.
Y es la hora de sumar por las virtudes y restar por los defectos. Por ponerlo en una frase, si eres fanático de los coches y tienes una PS3 es un juego sencillamente imprescindible.