IL-2 Sturmovik: Birds of Prey
Cambio de rumbo.
El aspecto visual luce de forma espléndida. Destacan por encima de todo los modelados de los aviones y los diseños interiores de las cabinas. Además, el juego cuenta con un estupendo motor de daños en tiempo real que consigue que los aviones se rompan a pedazos, permitiéndonos distinguir agujeros de bala en el fuselaje y en las alas. Por ejemplo, es posible derribar aviones enemigos disparando certeramente en un ala o en la cola y seccionándola; sólo quedará ver cómo la nave cae en picado mientras su piloto trata de salvar la vida. Por supuesto, de ametrallar el motor la nave se convertirá en una bola de fuego y humo hasta estrellarse sonoramente contra el suelo. Por cierto, una pequeña cámara nos permitirá visualizar todo esto, además de señalarnos objetivos o seguir la trayectoria de nuestras bombas y misiles.
Los efectos de fuego y humo son correctos, sin destacar en exceso, aunque lo suficiente como para convertir un escuadrón en llamas en un bonito espectáculo. Además, hay un par de detalles interesantes como que la cabina pueda ensuciarse, sombras en tiempo real o lo que he comentado del sistema de daños.
Los escenarios rozan el excelente al ser fieles reproducciones de cada zona. Por ejemplo, la campiña inglesa totalmente llana y plagada de cultivos, pueblecitos y carreteras, o el frío inviernal de Stalingrado, con sus páramos helados y la ciudad medio derruida. Por supuesto, si bajamos casi a nivel de suelo el grado de detalle caerá en picado –y nunca mejor dicho–, pero es algo completamente normal; mientras volemos a media altura, el 95% de las veces, al bajar la mirada no haremos sino sorprendernos por lo realista que parece el terreno. Como única pega se puede achacar el rango de visión, que aunque muy amplio podría eliminarse la molesta niebla al tratarse de un juego así, pero desde luego no empaña el conjunto en absoluto. Las nubes consiguen un nivel y un realismo casi sin precedentes.
Lo que sí incordia más son las ralentizaciones, que si bien han disminuido drásticamente desde la versión de preview, todavía aparecen de vez en cuando. Por contra, casi todo el rato la pantalla estará plagada de unidades tanto enemigas como aliadas, además de explosiones y efectos varios, por lo que el hecho que la mayoría del tiempo el framerate se mantenga estable es todo un mérito.
En cuanto al sonido, la música goza un muy buen nivel al tratarse del compositor de otros grandes como Oblivion o Company of Heroes, mientras que los efectos mantienen la obsesiva fidelidad que podemos esperar. Las voces, en perfecto castellano, no destacan en exceso, si bien es divertido el detalle de que los dobladores pongan acento británico o ruso en los mensajes de radio.
Resumiendo y como he dicho al principio, IL-2 Sturmovik: Birds of Prey es un buen producto, en el que se puede apreciar como sus desarrolladores han puesto muchas ganas, mimo y trabajo. Seguramente se trate de uno de los mejores juegos de aviones para consola de la actual generación, pero el hecho de llevar IL-2 Sturmovik en su nombre quizá le perjudique más que ayude. Su mayor base de fans, aunque insisto en que disfrutarán como enanos con este juego, posiblemente prefieran permanecer en la versión antigua para PC, no sólo porque se trate de un simulador puro, sino por el hecho de que esté para PC con todo lo que ello conlleva: Joysticks, un multijugador mucho más versátil y libre, y sobre todo, contenido creado por usuarios y modificaciones.