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Jazz en los videojuegos

¡Dentro metales!

Mucho menos predecible es el uso que se le da al jazz en las producciones japonesas. Para empezar porque es predominantemente más electrónico, pero sobre todo por la forma heterogénea y arriesgada con que suele introducirse. El Smooth Jazz es uno de los sub-géneros más usados, y todos los que hayáis probado un Gran Turismo identificaréis a la primera este estilo que tanto recuerda a los hilos musicales de ascensor. De hecho, es un estilo muy presente en muchos títulos deportivos venidos de este país. Por ejemplo, ahora mismo me viene a la cabeza Wave Race 64.

Hoy en día juegos japoneses de todo tipo se atreven con el jazz de formas diversas. Metal Gear Solid 2 finaliza con un jazzy blues realmente maravilloso, mientras que Final Fantasy XIII nos presenta al personaje de Sahz con un tema que desencaja totalmente en la banda sonora, pero que funciona perfectamente. Lo mismo con Yakuza 2 y sus casposas baladas más propias de un karaoke. La lista de títulos podría ser interminable (especialmente en los juegos de lucha, por ejemplo Marvel Vs Capcom 2), variada y siempre en la línea del jazz electrónico de bandas como la emblemática Fourplay dirigida por Bob James.

Lo más sorprendente es que en Japón llevan años incorporando el jazz dentro de sus videojuegos. No fue necesario que llegará el CD-ROM y su mayor capacidad de almacenamiento para que se lanzaran al ruedo sacando jazz de los vetustos chips de sus consolas. Juegos tan dispares como Out Run, Super Mario Bros 2 o Super Castlevania IV incluyen unos arreglos absolutamente inspirados. Y sí, por si no había quedado claro, no bromeo cuando digo que estos temas, como mucho otros, destilan puro jazz. Escuchad con que música repartía mamporros Simon Belmont en Super Nintendo...

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_Super_Castlevania_IV_-_Stage_3_The_Submerged_City by Franky Durango

Volviendo a occidente no hay que olvidar otras muchas piezas de jazz presentes en videojuegos que no necesariamente son del género sandbox y que además se atreven con algunas fusiones curiosas, tal y como experimentó el propio jazz cuando a partir de los 70 empezó a mezclarse con los ritmos latinos, el rock o el flamenco. En este sentido no podemos olvidar los numerosos juegos de gestión y estrategia que amenizan nuestras partidas con este sonido, especialmente Maxis y sus sagas Sim. Tenemos desde algo más clásico como en Sims 3000 hasta mezclas locas de bebop con percusión latina y big band como en el extraño arcade de conducción Streets of Sim City.