Skip to main content

Killzone 2

Halo killer.

Entonces, estamos de acuerdo en que el modo campaña de Killzone 2 es excelente. La sorpresa (o no, dado el mimo con el que Guerrilla ha trabajado todas las áreas del juego) es que el modo multijugador no le va a la zaga, y más que un añadido supone casi un segundo juego en sí mismo. Un aspecto en el que, además, está a la altura de los grandes referentes del género para PlayStation 3, como son Call of Duty 4 o Resistance 2.

Killzone 2 apuesta por un acercamiento un poco táctico, más parecido al de la saga Rainbow Six que a la acción directa de Resistance, con enfrentamientos de hasta 32 jugadores en ocho mapas diferentes. Al igual que durante la campaña, resulta básico emplear a conciencia los elementos de cobertura del escenario, puesto que quedar expuestos al punto de mira del bando enemigo casi siempre resultará con una muerte segura.

También, y como empieza a ser común en los shooters en primera persona, el modo online toma ciertos elementos de RPG, con la asignación de puntos de experiencia que nos permiten ir ascendiendo en el escalafón militar. Empezando como un simple soldado raso de infantería, a medida que vayamos completando asignaciones con éxito y eliminando enemigos, podremos escoger diferentes clases de soldado, además de desbloquear nuevas armas y habilidades. Mediante este sistema mejora la curva de dificultad, permitiendo que tanto los jugadores primerizos como los más expertos vayan descubriendo nuevas cosas a lo largo del tiempo.

Las clases en Killzone 2 son muy similares a las de Team Fortress o Battlefield. Tenemos soldados de infantería, médicos, francotiradores con camuflaje óptico y la posibilidad de señalar enemigos en el mapa, tácticos para hacer ataques con infantería y construir nuevos puntos de respawn, ingenieros para colocar y reparar torretas automáticas y saboteadores que colocan bombas y se disfrazan. La principal aportación de Killzone 2 en la gestión de clases viene dada por la posibilidad de escoger dos tipos principales para mezclarlos en una clase híbrida que se ajuste mejor a las preferencias del jugador.

Una buena táctica marca la diferencia entre la victoria o el fracaso de nuestro escuadrón.

Killzone 2 posee los modos multijugador habituales del género: Body Count (deathmatch por equipos), Search and Retrieve (capturar la bandera), Search and Destroy (colocación de explosivos en un objetivo) y Assassination, en el cual la máquina asigna aleatoriamente un objetivo para que su equipo lo defienda y el enemigo intente abatirlo. Quizás la principal novedad (y una que esperamos ver a partir de ahora en otros juegos) es el modo War Zone, que junta todos los anteriores tipos de misión en una misma partida. Aparte de aportar variedad en los enfrentamientos de mayor duración, también nos permite explorar todas las posibilidades del multijugador de Killzone 2 sin necesidad de ir entrando y saliendo al menú de selección de misión.

Nuestra experiencia online ha sido bastante positiva, con unos servidores que, de momento, resisten bien la carga y muestran poco o ningún rastro de lag. Obviamente queda por comprobar si la situación será la misma cuando el juego esté a la venta y miles de jugadores se conecten, pero viendo el esmero con el que Sony y Guerrilla han pulido todos y cada uno de los aspectos del juego nos extrañaría mucho que hubiesen dejado ese fleco suelto.

Pero incluso en el caso de que no dispongamos de conexión a Internet también podremos disfrutar de su multijugador. Guerrilla ha implementado el modo Skirmish, en el cual podremos enfrentarnos contra un máximo de quince bots controlados por la consola, con una IA de dificultad ajustable. Con ocho mapas disponibles y las diferentes variantes del multijugador online, Skirmish es una excelente manera de practicar antes de saltar al ruedo y unirnos a los enfrentamientos en la PlayStation Network.

Killzone 2 supone, en resumen, un hito dentro del mundo del videojuego. Ya no sólo por su apartado técnico, a años luz de lo visto hasta ahora, sino por la capacidad que posee de sumergir al jugador en un mundo de ficción que muestra realismo apabullante. El gran enemigo del juego de Guerrilla era él mismo y las expectativas creadas durante los últimos años, pero damos fe de que no sólo las han cumplido sino que las han superado con creces. Killzone 2 es un título que todo jugador, aficionado o no a los shooters en primera persona, debería probar. Una experiencia que diluye esa delgada línea que separa a los videojuegos de otros medios de expresión teóricamente más inmersivos y reales como el cine. Pero sobre todo, es un magnífico ejemplo de cómo los videojuegos ya han conseguido romper esa invisible pero gran barrera que supone la cuarta pared. Bienvenidos, ahora sí, a una nueva generación.

10 / 10

También te puede interesar