Killzone 3
Una experiencia todavía mejor.
Si os interesa este juego, posiblemente lo hará, también, nuestra guia Killzone 3. Es paso a paso y os ayudará a que no os quedéis encallados, además de descubrir todas las armas y secretos.
Aunque para nosotros Killzone 2 fue uno de los mejores shooters de su año, no estuvo exento de críticas.
Una de las principales era que el control tenía lag. Si bien es cierto que en Guerrilla proponían un esquema de botones distinto -apuntar clicando el stick, cubrirse con el gatillo, disparar con uno de los botones superiores- que se salía de la convención de la mayoría de FPS, también lo es que los tiempos de respuesta eran algo extravagantes.
Unos argumentaron que eso añadía realismo, porque daba la sensación de que las armas eran engorrosas de manejar, y transmitía la pesadumbrez de la guerra. Otros, simplemente, que era un error de programación.
En Killzone 3 todo esto se soluciona, y han encontrado un equilibrio perfecto entre ambas posturas. No sabemos exactamente qué han hecho, pero se ha logrado llegar a un punto en el que el movimiento es mucho más natural sin perder ese deje de metal pesado.
Todo esto lo hemos comprobado jugando a una versión beta que Sony ha tenido a bien mandarnos antes de que el juego llegue a las tiendas a finales de febrero. ¿Qué más hemos descubierto?
Para empezar, que las situaciones de combate serán algo más abiertas. Killzone sigue siendo eminentemente pasillero, pero como la mayoria de shooters de hoy en día propone arenas de batalla grandes y abiertas en las que puedes moverte y elegir tu ruta. Siempre tendrás que llegar al mismo sitio, pero podrás flanquear, cubrirte en mil y un sitios y rectificar tu ruta en caso de que te encuentres en un aprieto.
De la historia poco podemos contar, porque lo que contiene nuestro disco está bastante descontextualizado y es corto. Básicamente tenemos que evitar que los Helghast salgan de su planeta y vayan a invadir la Tierra. Rico, Sev y compañía discuten sobre cuál es la mejor táctica para acabar decidiendo lo que ya nos temíamos: a saco a por los malos.
EL malo, y utilizo las mayúsculas porque es enorme, es un bicho metálico llamado MAWLR. Nos recuerda a esos gigantones tan característicos de Resistance. Se mueve estruondosamente, sus gigantes patas metálicas destrozan todo lo que pisan y dispara -y destruye- nuestras coberturas. En los pocos momentos en los que descansa, abre unos compartimentos para ventirlarse, y ahí es donde debemos coger el WASP y coserlo a cohetes.
Suerte que esta fantástica arma también tiene balas convencionales, porque pronto nos asaltan unos soldados. Cuando acabamos con ellos, seguimos adelante hacia una zona de trincheras.