Skip to main content

La Arruga es Bella

5 Juegos a los que les sientan bien los años.

Por suerte, en esta época de remakes HD y adaptaciones, no es difícil poder disfrutar de los juegos con los que machacábamos botones en nuestra infancia simplemente accediendo a nuestro móvil o tablet. Sí, lo sabemos, la nostalgia mueve millones. Nada mejor que volver a sentirnos jóvenes por unos momentos al rejugar las viejas glorias del panteón de los videojuegos y olvidarnos de que la frente ha ido ganando terreno al flequillo poco a poco. La distribución digital ha puesto en bandeja de plata a las masas un ilustre catálogo procedente de dos décadas atrás; en su mayoría arcades, esos juegos de cagar o espera de metro. Pero no sólo de arcades vive el retro.

  El tiempo, aunque duela, pasa y, a excepción de Jordi Hurtado, somos algo más viejos, con alguna arruga  y alguna talla de más. Los videojuegos no están exentos del incesante paso del tiempo que, al igual que a las personas, puede desvirtuar el espejismo de la juventud o ensalzar las cualidades, como el buen vino. Hace poco hablábamos sobre El placer de rejugar, ese pequeño viaje en el tiempo que nos permite revivir experiencias gratas.

Pero, ¿que pasa cuando esta segunda pasada nos deja totalmente planchados? "A mí los gráficos no me importan" dicen los conocedores del mundillo. "Este juego tiene unas mecánicas y un control atemporales" afirman otros. Pues no, amigos, no. No son pocas las veces que he querido revivir años mozos a resolución 8 bits y no he sido capaz de aguantar más de 20 minutos. Los videojuegos envejecen, machacando a golpe de bug el grato recuerdo alojado en tu memoria; recuerdo cubierto de los algodones que la ilusión de un niño puede dar.

  He querido recopilar 5 de las obras a los que la arruga ha sentado bien, juegos por los que los años han pasado, pero no devastado. Juegos que se mantienen frescos aún haciéndose ver antiguos, o clásicos, como los paquetes recopilatorios nos los quieren vender. He aquí mi selección:

Klonoa Door to Phantomille

 

Este injustamente olvidado gato de orejas largas supone un crimen de abandono animal por parte de la industria. La llegada de Klonoa a PlayStation en 1997 trajo un soplo de aire fresco, planteando un digno rival a Crash Bandicoot, ídolo de masas del momento.

Si por algo destaca Klonoa es por su simplicidad. Un botón de salto y otro botón con el que atrapar a los enemigos para lanzarlos contra otros enemigos, o impulsarnos más alto. Un control simple acompañado de coloristas y dinámicos escenarios en 2D y media, con un diseño y un cálculo entre plataformas simplemente perfecto, planteando retos de combinaciones aéreas a la antigua usanza.

  Además de la excelencia jugable de Klonoa, merece hacer parada en su argumento, el cual, tras la premisa de: "rescata a la princesa porque el malo se la ha llevado para que le limpie el castillo", esconde un giro argumental al final del juego de los que quedan para la posteridad. Un título perfecto para jugar tanto en consola como en emulador portátil y que, una vez terminado, nos deja con una plenitud que pocos  plataformas pueden ofrecer.

The Longest Journey

  Esta aventura gráfica, que nos llegaba a PC de la mano de los chicos de Funcom, nos pone en la piel de April Ryan, una chica atrapada entre dos mundos: el de la ciencia y el de la magia. Un argumento a primera vista la mar de atractivo y que no sólo se queda en una primera impresión. Pese a ser una aventura point & click al uso, la maravillosa historia que nos relata The Lonsgest Journey puede ponerse a la par de grandes clásicos del cine como La Historia Interminable o Willow.

  Éste es un claro ejemplo de cómo el argumento es capaz de convertirse en estandarte y llevar el peso de un videojuego él solito. La experiencia de rejugar este título es la misma que nos puede ofrecer un sofá, palomitas  y películas de los 90 un domingo por la tarde: visualmente dan el cante, vemos hasta las costuras de los muñecos, pero estamos dispuestos a creérnoslo igual que nos lo creímos cuando éramos niños. Y es que, gráficamente, The Longest Journey se ha quedado bastante atrás. Si el día de su lanzamiento, allá por el 2000, no destacó por un gran apartado técnico, imaginad 12 años de evolución tecnológica después.

Aún así, recomiendo encarecidamente dar una segunda vuelta a esta aventura gráfica por la que, por si no lo habéis notado aún, proceso un amor infinito pese a su experimental y más que olvidable secuela: Dreamfall.